viernes, 9 de mayo de 2014

Belleza y denuncia desde la villa

En las villas y en los barrios más necesitados de las grandes ciudades del país, el arte aparece como una herramienta de supervivencia y también como una forma de expresión.


El reloj marca las 7:30 de la mañana y la alarma suena. Un pibe se levanta, va al baño, se cambia y sale a trabajar. Espera el tren, uno de sus lugares de trabajo, donde ofrece medias, a diez pesos los tres pares. Recorre un vagón tras otro, se baja y repite el versito en una esquina, con imponentes casas de deporte a sus espaldas, esas donde mira desde las vidrieras las zapatillas que tanto le gustan y quiere. Pero no vende nada, y nadie parece darse cuenta de que está ahí. No consiguió ni un peso, pero la indiferencia parece ser aún más mortal. Resignado, se cruza de brazos y sus ojos vidriosos transmiten tristeza e impotencia.
Así empieza una de las primeras historias que retrata Diagnóstico Esperanza, la ópera prima de César González, conocido como Camilo Blajaquis, guionista y director, actor y escritor. La historia, filmada con una sola cámara, muestra la vida cotidiana de los barrios Carlos Gardel y Fuerte Apache, en Buenos Aires. La película, estrenada el año pasado, se proyectó el sábado 26 en el Museo Histórico Provincial, como parte de un ciclo de proyecciones llamado “Territorio audiovisual: ciclo de cine y documentales”, que además contó con la presencia de Mariano Alarcón, quien interpretó al joven vendedor ambulante de la escena anterior.
—¿Cómo llegaste a formar parte de este proyecto?
—Yo vivo en Ciudad Oculta, que está cerca de la villa Carlos Gardel donde vive César, nos contactamos a través de algunos conocidos que teníamos en común. Él ya estaba con la revista Todo Piola y yo también había empezado con la mía, Filosofía Villera, compartíamos ya ese tipo de proyectos. Cuando empieza a surgir lo de la película, este amigo en común me llama y me pregunta si me interesa y así entré. Nunca había hecho nada de actuación ni nada, pero me copó la idea de que los villeros podamos contar nuestras historias.
—¿Qué es lo que buscaron transmitir con la película?
—La película lo que muestra y se propone transmitir es la realidad que se vive en la villa. Y es importante que esa realidad la mostremos los que la vivimos ahí, porque alguien que hace una película sobre la villa sin ser de la villa está dando su punto de vista sobre algo que no conoce; es el punto de vista de una persona blanca, de clase media o alta, que muestra como él ve la villa, pero si no vive ahí es imposible que pueda mostrarla como realmente es, sólo puede imaginar cosas.
Diagnóstico Esperanza expone la villa sin idealizar ni victimizar a los protagonistas de sus historias. La violencia, el maltrato, el desamparo, las drogas, forman parte de la cotidianeidad de un mundo que es eso, pero que también es mucho más. A simple vista podría parecer que la narración da sustento a los estereotipos más comunes sobre los habitantes de las villas pero, a medida que la historia transcurre, se van develando los mecanismos de un sistema perverso, que incluye a todas las clases sociales pero que castiga con mayor fuerza a los que menos tienen, donde el consumo, en su expresión más vil, confunde el tener con el ser.

El arte que salva
César González entró a los 16 años al Instituto de Menores Rocca, con la marca en su cuerpo de cinco heridas de bala. Pasó también por el Instituto Belgrano y el Agote, por el penal de Ezeiza y, finalmente, el de Marcos Paz. Entre uno y otro, entre la libertad y el encierro, se fue forjando el artista que es hoy.
Con 25 años, sacó ya dos libros de poesía, La Venganza del cordero atado y Crónica de una libertad condicional; creó la revista Todo Piola, produjo y condujo en el Canal Encuentro el programa Alegría y Dignidad y realizó, para la misma señal, Corte Rancho, una miniserie de cuatro programas. Además estudia Letras en la UBA y ya tiene en carpeta la realización de su próxima película.
Una de las imágenes de Mariano Alarcón en la película dirigida por Camilo Blajaquis. Ambos, además, son partícipes de revistas villeras.

—César siempre dice en las entrevistas que el arte salva ¿qué pensás de eso?
—Que es así totalmente. A mi el arte me salvó. Yo empecé con mi revista cuando salí en libertad, hace dos años. Un amigo me comentó que César había sacado la Todo Piola y me propuso que yo haga la mía. Al principio no tenía muchas ganas, pero después me gustó la idea, me fui entusiasmando con la gente que fui conociendo y con el propósito que me ponía al hacer cada revista.  Siempre dibujé y ahora hago dibujos para las tapas o notas de la revista, y los textos se los pido a los pibes que están privados de su libertad en diferentes penales y en los institutos de menores.
—¿Cuál es tu objetivo con esta revista?
—El objetivo de la revista es mostrar el arte de esa gente, de los pibes de la villa que cantan, dibujan, escriben; desmentir un poco a los medios y mostrar que los villeros, o algún pibe que por ahí robo o se mando alguna, no somos monstruos.

Historias villeras en el museo
Diagnóstico Esperanza fue la primera de las proyecciones de este ciclo que tendrá lugar el último fin de semana de cada mes y que permitirá apreciar algunas de las producciones de Señal Santa Fe (Paraná, biografía de un río; Proyecciones de la Memoria; Imágenes Primer Juicio Público 2009 y Mi propia Peli); una selección de trabajos de Mauricio Minotti y Malchiko Cine (El Grito de Alcorta; Historia del voto femenino en Argentina y La Campaña de Alfonsín); y, finalmente, la película de Pablo Testoni El hombre nuevo, el hombre que te debo mi país. Padre Osvaldo Catena.

“Con este ciclo buscamos llegar a la historia desde otros lugares que no sean los tradicionales, y que el museo no sea sólo un espacio para venir a mirar, sino también para participar y debatir”, explica Alicia Talsky, directora del museo.
“Nos parece que la historia no sólo tiene que ver con aquello que pasó hace 200 años, sino también con lo reciente, y las situaciones de marginalidad, de desigualdad, los contrastes enormes del capitalismo, son un hecho histórico que merece ser analizado desde un lugar que no sea siempre la crónica policial o el recorte de una noticia. Por eso nos parecía importante traer esta película a un espacio en donde habitualmente se discute lo académico, donde pueda verlo diverso tipo de público y con el desafío de llegar, quizás, a gente que tiene una mirada parcial sobre los hechos, signada por los prejuicios, con el objetivo de permitirles pensar de otra manera”, concluyó la directora del museo.

Publicada en Pausa #133, miércoles 7 de mayo de 2014
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1 comentario:

mariano alarcon dijo...

soy mariano alarcon el actor de diagnostico esperanza al que le hicieron esta nota. y por lo que lei ahi cosas que yo no dije!! q onda con eso?