martes, 31 de marzo de 2015

Los desaparecidos

Otro yo mismo, por Mari Hechim

Es 24 de marzo y no voy a ponerme a escribir sobre ningún Tristram Shandy, libro o momento, porque esta fecha ocupa todo el universo de mi ser. Muchas veces he escrito sobre este episodio de la historia argentina que nos trajo a todos tanto dolor, crujiente dolor, empecinado dolor, dolor infinito y a raudales. He hablado de esta fecha en actos, he escrito sobre esta fecha en periódicos. He recordado a los compañeros con sus nombres, desde los que fueron fusilados en 1972 en Trelew, hasta los que cayeron en 1982. Los que sufrieron en su cuerpo el terror, los que fueron torturados y asesinados, y los que murieron de pena, un par de años más tarde, tendidos en un sofá y fumando. He ido a la plaza cada aniversario y he llorado de tristeza tantas veces. He solicitado que hiciéramos análisis de las experiencias de esos años, autocríticas, recapitulaciones. Y que tuviéramos en cuenta a todos los responsables, tanto militares como civiles. Pero hoy quiero callarme. Hoy quiero callarme a los gritos:

Distribución de desaparecidos por profesión u ocupación (en porcentajes)
Obreros: 30,2%
Estudiantes: 21,0%
Empleados: 17,9%
Profesionales: 17,8%
Docentes: 5,7%
Autónomos y varios: 5,0%
Amas de casa: 3,8%
Fuerzas de seguridad: 2,5%
Periodistas: 1,6%
Actores y artistas: 1,3%
Religiosos: 0,3%

Desaparecidos según edad
De 0 a 15 años: 1,65%
De 16 a 25 años: 43,23%
De 26 a 35 años: 38,16%
De 36 a 45 años: 10,13%
De 46 a 55 años: 4,25%
De 56 a 65 años: 1,92%
Más de 66 años: 0,66%

Lugar de desaparición
En la vía pública: 24,6%
El domicilio: 62,0%
El trabajo: 7,0%
Lugar de estudio: 6,0%
Dependencia militar o policial: 0,4%

Momento de desaparición
De día: 38,0%
De noche: 62,0%

Fuente: Informe de la Comisión Nacional sobre desaparecidos de la dictadura argentina (Conadep, 1976-1983).

De todo esto podemos resumir lo que salta a la vista: la mayoría de los desaparecidos fueron trabajadores; tenían entre 15 y 25 años; fueron arrancados de su domicilio; de noche. El 62%, de noche. Esa noche que todavía tenemos pegada al cuerpo y, ya lo sabemos, nunca dejará que amanezca por mucho que la tierra siga girando y cambien los gobernantes y las circunstancias históricas, porque fue demasiado. Demasiada sangre derramada. Demasiado dolor.

Publicada en Pausa #150, miércoles 25 de marzo de 2015.
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