martes, 31 de marzo de 2015

Ñoquis

La calle, por José Luis Pagés

Una vez entramos a una pensión por una canilla rota. Yo cargaba con una caja de herramientas que pesaba 10 kilos. La panorámica del comedor me recordó una escena  Papá Coriot. En un descuido la caja dio con la punta de la mesa y todos se sobresaltaron. Me volví para ofrecer las disculpas del caso. Una mujer que, sentada a la derecha, ocupaba todo el largo de la mesa me dedicó una dulce sonrisa, pero un enano de  la cabecera me dijo: “Boludo”. El choque lo había sorprendido con la cuchara entre el plato y la boca. Enseguida descubrí al judío que vendía lamparitas en las calles de mi barrio y a su izquierda el payaso que inflaba globos en calle San Martín y también el tano canoso y barrigón que ofrecía la “Amabile e quenerosa lotería de Santa Fe” en los boliches de calle Mendoza. La dueña me sacó del medio y me apuró en dirección al baño. Ahí estaba mi compañero, Antonio, los brazos en jarra, considerando qué hacer con esa puta canilla de mierda. ¡Qué momento! Se trataba de reparar o reemplazar. “Reparemos”, dijo él porque no era esa la hora de salir a comprar una canilla nueva. Cerrada la llave principal abrí la caja con la delicadeza de un instrumentista. Pico de loro. Valvulita, media pulgada. Una junta plástica. Pabilo. De la calle nos llegaba el ruido que los santafesinos hacen a las 13,  hora de volver a casa. Probamos, pero ahora el chorro del agua era incontenible. Habíamos fracasado y seguíamos fracasando cuando ya todos los santafesinos dormían la siesta. De pronto se presentó la dueña y amablemente preguntó si nos gustaría probar un plato de ñoquis de acelga con un vaso de vino de la casa. Mi compañero Antonio y yo, derrotados por la maldita canilla aceptamos, sin palabras. Gracias a Dios no fuimos invitados a la mesa principal y comimos como reyes, Antonio sentado en el inodoro y yo en el borde de la bañera. Cuando nos fuimos, un par de horas después, el payaso nos saludó con  gran reverencia.

Publicada en Pausa #150, miércoles 25 de marzo de 2015.
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