Por Federico Coutaz
Estimado/a lector/a. Por única vez, he decidido no malgastar este espacio. Luego de escuchar con atención los discursos más cautivantes, hoy le ofrezco una serie de consejos que, estimo, sabrá aprovechar.
= No olvide nunca decir “de” justo antes de decir “que”. Ese subordinante que usted agrega, así como complejiza la estructura de la frase, puede hacer que lo que diga suene más complejo de lo que es. Además, si dice sólo “que”, aún cuando ésta sea la forma correcta, quien lo escuche sentirá que falta algo.
= Procure no conjugar los verbos, sobre todo al inicio de su enunciado. No es necesario y puede sonar demasiado rebuscado. Conviene, por ejemplo, de este modo: “Decirles de que”, “Agadecerte” , “Felicitarlos”, “El gusto de saludarte”, y así.
= Cada vez que se refiera al pasado, agregue la aclaración atrás, de lo contrario el sentido no será preciso. O sea, diga siempre: “Hace dos años, atrás”, “Hace veinte segundos, atrás” (aunque agregue algún segundo innecesario a esa cuenta “es preferible prevenir que curar” decía mi abuela y llevaba razón).
= Abandone por completo el modo subjuntivo, con el otro basta y sobra (más algún imperativo de acuerdo a la suerte que usted tenga). Nunca diga, por ejemplo, “si yo fuera” o “si yo tuviera”; sonará pretensioso y anacrónico. Además “si yo sería” y “si yo tendría” suenan mejor.
= Toda vez que pueda, intente matizar su discurso con la expresión “A ver”. Cualquier cosa que diga –ya sea obviedad, cliché o estupidez– parecerá fruto de su más profundo esfuerzo intelectual. Es necesario que introduzca una breve pausa para que parezca que está pensando.
= Si desea que su discurso adquiera resonancia académica, utilice la palabra “impronta” sin temor al sinsentido ni a la repetición, queda bien prácticamente siempre.
= Para mayor elegancia, incorpore las formas “todo lo que es” y “todo lo que tiene que ver con”, especialmente cuando no son necesarias. Ejemplos: “El corte es en todo lo que es la ruta 1” o “Juntamos todo lo que tiene que ver con alimentos no perecederos”. Respecto de esta última, nadie se engañará creyendo que se refiere a la producción, envasado, trasporte y consumo de esos alimentos porque, claramente, no son cosas que se puedan juntar.
Importante: Cuando domine estos sencillos artilugios, estará usted en plena condición de trabajar en cualquier medio de comunicación y/o ejercer la función pública. Anímese.
Publicado en Pausa #127
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1 comentario:
Una magistral clase de ironía.
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