lunes, 13 de octubre de 2014

Google: vigilar y facturar


Nicholas Carr escribió un bello artículo titulado ¿Google nos está volviendo estoopidos? En él analiza cómo el vivir conectados ha ido cambiando nuestra forma de pensar, de leer, de sentir, de consumir cultura y, por supuesto, de actuar. Modos todos que se adaptan de manera casi simbiótica a los tiempos líquidos de los que habla Zygmunt Bauman.
Yo no sé si este gigante de la red nos está haciendo más idiotas, pero que definitivamente nos dice de manera bastante explícita qué tenemos que saber y qué no, no hay dudas.
La gran mayoría de los que leen esta columna tienen acceso a Internet (de hecho, muchos la leen desde allí). De esa mayoría, un porcentaje bastante alto, con seguridad, tiene como navegador predeterminado el Google Chrome. Muy probablemente, la página de inicio sea www.google.com.ar y de allí en más se pone en marcha la deriva informática que consumimos.
¿Ustedes creen que Google va a permitir que nuestra curiosidad fluya por donde quiera? ¿Les parece casualidad que cada vez que escriben algo en el buscador antes de terminar la frase, en la pantalla ya aparezca, como si fuera el teclado predictivo de un celular, lo que la máquina cree que están buscando? ¿Y que entre los primeros enlaces que nos sugiere como respuesta a nuestra búsqueda aparezcan cuatro o cinco pertenecientes a Wikipedia y/o Blogger? Esa es, en efecto, la manera en que esta megaempresa de medios digitales nos dice qué, cómo, y dónde tenemos que encontrar lo que estamos buscando… e inclusive, antes de todo eso nos dice (con la predicción) lo que vamos a buscar. O sea, guía nuestra inquietud, condicionándola desde luego. De hecho, cuando queremos conocer algo “lo googleamos”.
“Pero también te ofrece una casi infinita lista de enlaces para que vos busques y decidas con qué te quedas”. Claro que sí, ¡y es maravilloso! Ojalá yo de pequeño hubiese accedido desde mi casa a semejante biblioteca casi universal. Y por eso mismo lo desafío, mi querido lector, a que sea honesto: ¿a cuántos enlaces de todos esos entra usted buscando la mejor respuesta a su consulta? ¿A cuántas páginas del interminable “Goooooooooooooogle” ingresa para expandir el abanico de las posibilidades eruditas? ¿De qué manera chequea las fuentes a las que Google le permite acceder? No se preocupe, no lo estoy juzgando, yo hago lo mismo. Tanto a tan poco, termina derivando en eso: ¿para qué seguir indagando, si con revisar tres o cuatro fuentes alcanza? Lo que entra es, en definitiva, un minúsculo porcentaje de lo que queda afuera. La metáfora perfecta del capitalismo supuestamente globalizado.
Pero quiero llegar a esto: la vigilancia epistemológica del haga clic acá generó en el trimestre enero/marzo del presente año u$s3.452 millones (no hay datos de los trimestres posteriores aún), un 3,1% más que el mismo trimestre del 2013. Las mejoras se deben en parte al aumento de venta de publicidades. La lógica publicitaria que Google inventó se denomina “1 a 1” (ajá, Cavallo chocho). ¿Qué significa? Que vos ponés tu negocio en Google y ellos te garantizan que quienes lo van a leer son personas que según sus búsquedas, sus correos electrónicos y las páginas que está visitando últimamente están buscando productos que vos le podés ofrecer. Ah, sí: Google tiene el derecho a acceder a todo lo que vos accedés, pequeño dato que me faltaba. ¿No me creen? ¿Y entonces cómo puede ser que a la derecha de sus pantallas, cada vez que entran al buscador aparezcan publicidades de productos que últimamente han estado queriendo comprar? ¿O de empresas de turismo que ofrecen promociones de viajes a las fotos que estuvieron chusmeando últimamente? Bueno, si no me creen, espero le crean a la BBC de Londres que en su documental The virtual revolution lo explica mejor que yo.
Por estas y otras razones me llama poderosamente la atención la algarabía con la que recibimos el último grito de la moda cibernética: el street view. Una nueva herramienta de vigilancia a la que, nosotros los celosos de nuestra propiedad, corrimos a buscarnos. He visto a varios amigos felices en sus Facebook por haber encontrado la puerta de su casa o verse caminando por ahí. Lo loco es que si esas mismas personas vieran a un pibito de gorra sacándole una foto al frente de la casa clamarían por un Ivo Cutzarida para que lo mate al intruso a martinfierrazos en la cabeza. O si fueran cámaras de catastro de la Municipalidad correrían, pero a esconder los bienes no declarados. Ni hablar de Rolando Graña: está fascinado con la idea de ahorrar en camarógrafos para su nueva temporada de Calles salvajes. Mientras tanto, el costo de lo gratis se lo sigue llevando la máquina que, según Nicholas Carr, nos está haciendo cada día más estúpidos… y al final, casi casi que le termino creyendo. ¡HAL, apágame por favor!

En Pausa #143, miércoles 8 de octubre de 2014. Pedí tu ejemplar en estos kioscos.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Bueno es muy interesante la propuesta, lo pensé unas varias veces. Creo que casi todas las megaempresas nos están vigilando todo el tiempo, creo que las leyes del mercado son unidireccionales en ese sentido y la idea es VENDER, introducir productos, necesidades... Google nos espía pero no menos que cualquier otra. Lo interesante de google y de internet es que además de que nos espían también encontramos artículos como éste que permiten el libre pensamiento.

Licenciado Ramiro dijo...

Coincido con tu opinión en un 104%. Gracias por leer el artículo y ponerlo en discusión!

Anónimo dijo...

El artículo me parece liviano y profundamente equivocado. No se ni por donde empezar...
Solo dos breves comentarios:
1) "Lo que entra es, en definitiva, un minúsculo porcentaje de lo que queda afuera. La metáfora perfecta del capitalismo". En serio pensas eso? Nunca en la historia de la humanidad hubo un porcentaje de la poblacion tan alto fuera de la pobreza como ahora. No te equivoces, el capitalismo en la forma en que lo conocemos hoy es el sistema que mas gente saco de la pobreza y que mejor hizo vivir a la gente desde que el hombre es hombre.
2) Caracterizar a street view como "una nueva herramienta de vigilancia" es tan miope, de una estrechez mental tan grande, que asusta. Cuánta privacidad perdés por el hecho de que esté google view? En serio, en una escala del 1 al 10, cuanto ves vulnerada tu privacidad por el hecho de que la gente pueda ver la fachada de tu casa? En mi caso, del 1 al 10, 0,001. No te parece que los beneficios más que compensan el practicamente inexistente costo de privacidad? Utilizo street view utilizo street view para ver de antemano en que zona alquilar un hotel, como llegar a tal o cual direccion, para pasear por las piramides de Egipto, para ver como es el pueblo europeo donde nacieron mis bisabuelos, y una lista de etcéteras interminable. No, no es una "nueva herramienta de vigilancia". Es un producto fenomenal, con miles de beneficios, a un costo individual practicamente nulo.

Agustin dijo...

El comentario de arriba es sin duda la expresión más exacta del chato pensamiento pequeño burgués.
Que si se por "donde arrancar a comentar" ;).
1°Cita mal lo que dice Ramiro, porque a la oración "Lo que entra es, en definitiva, un minúsculo porcentaje de lo que queda afuera. La metáfora perfecta del capitalismo". le falta la última parte que no es minúscula sino que define todo lo anterior, que es la SUPUESTA GLOBALIZACIÓN DEL CAPITALISMO CONTEMPORANE, esta duda del autor de la nota, si es criticable, es mas los debates en torno a la llamada globalización, han hecho correr ríos de tinta en los últimos tiempos.
Muy por el contrario la defensa integra del capitalismo que realiza el señor "Anonimo" asegurando que "el capitalismo en la forma en que lo conocemos hoy es el sistema que más gente saco de la pobreza y que mejor hizo vivir a la gente desde que el hombre es hombre." es además de una demagogia un sinsentido, el capitalismos no saco de la pobreza a nadie, sino que por el contrario hundió a más y más capas de la población bajo ella, ya que la pobreza no es un término absoluto, señor anónimo, sino que relativo, ósea con relación a algo, por ejemplo a las capacidades que determinada sociedad tiene de generar bienes materiales, por eso hace 150 años un reloj era un bien de lujo y hoy no. Además le podría buscar los métodos e indicadores que la ONU y otros organismos tienen para medir la pobreza y le aseguro de que además de erróneos (o proclives a ambigüedades) son claramente una hija putes. que esconde bajo la alfombra lo que no se puede mostrar.
La otra característica que usted le asegura al Capitalismos está relacionado con su defensa integra, ya que el Capitalismo no solo saco de la pobreza sino que en consecuencia “hizo vivir mejor a la gente”, bueno acá un par de cosas, primero ¿qué es la "gente"?. Sin dudas a los burgueses lo hizo vivir mejor, pero a la mayoría de la población la hundió más y más en la explotación, ignorancia y dominación. Pero claro, acá usted me asegurara de que primero gracias al capitalismo contemporáneo usted "puede viajar de vacaciones", que si para usted 15 días al año (que es un promedio de los días de vacaciones de la mayoría de la población) en los cuales puede "disfrutar", es porque está obviando los restante días del año es decir 350 días en los cuales tiene que trabajar o estar pendiente del trabajo (ya que domingo o sábado no se trabaja, si se tiene suerte). En ese caso usted señor es un esclavo contento, ósea un pequeño burgués o un trabajador que se cree algo que no es y de tal manera se miente a si mismo. Tratando de buscar su reflejo en el espejo de la ideología burguesa. Qué lástima por usted. Porque el ser millonario no es cuestión de deseo.

Termino acá, no por agotar el tema, sino porque ya se hace largo y tedioso si es que alguien lo quiere leer.

Sobre la nota en sí, más tarde comento algo quizás. Es un tema interesante de discutir.