sábado, 1 de diciembre de 2012

Luz, agua, casas y más futuro


Con asistencia desde distintos países, en la zona conocida como “chaco santafesino” casi 50 familias de trabajadores golondrina se asentaron para mejorar sus condiciones de vida.

Por Marcela Perticarari

Con sólidos valores asentados en sus bases, desde hace más de diez años la Fundación Aldeas Rurales Escolares (Fundare) viene realizando acciones junto a otras organizaciones comprometidas en el desarrollo de aldeas rurales, como propuesta frente a la problemática de la pobreza. La ONG se define como “el fruto del esfuerzo de un grupo de personas que consideran a la solidaridad como una herramienta capaz de potenciar al ser humano frente a las múltiples dificultades para lograr el crecimiento y desarrollo de los más desposeídos”. De esta manera, ejecuta programas destinados a la creación de aldeas rurales alrededor de las escuelas de campo con el objetivo de radicar pobladores dispersos.
Tiempo atrás, Fundare se unió a la subcomisión de Cooperación al Desarrollo Internacional del Centro Balear de Santa Fe para dotar a familias aldeanas de las instalaciones necesarias para asegurar la provisión de agua apta para consumo y generar emprendimientos productivos. La primera zona beneficiada está ubicada al norte de la provincia, en limíte con Santiago del Estero: allí se encuentra Gregoria Pérez de Denis, conocida como Estación El Nochero, una región que sufre períodos de sequía que alcanzan los ocho meses, con altos niveles de arsénico en el agua subterránea, lo que obliga a la comunidad a tener como objetivo prioritario almacenar agua potable. Los fondos para concretar las obras provienen de particulares, empresas, subsidios y entidades internacionales que efectúan aportes mensuales.

De desierto a comunidad
Ángel Pragliola, presidente de Fundare, explicó que debido a los cambios en los cultivos se agravó la situación de los peones rurales: “El algodón requiere de mano de obra, pero desapareció porque la zona fue invadida por la soja. Como muchas personas fueron desalojadas y no tenían a donde ir, terminaban formando barrios marginales en las grandes ciudades o en los pueblos de los alrededores. Nuestro objetivo fue radicarlos en un lugar, ayudarlos y acompañarlos para que construyan su propia vivienda”.
“Instalamos allí la Aldea Ing. Luis Moisés Trod –ubicada a 35 kilómetros de El Nochero– porque logramos comprar 33 hectáreas de tierra aledañas a la escuela rural, que cuenta con 200 alumnos y los tres ciclos: preescolar, primaria y secundaria. Era el lugar ideal para que nos aprueben el proyecto porque peor que eso no existía nada. Las familias vivían a algunos kilómetros de la escuela y no se conocían entre sí. Los hombres viajaban hacia las distintas cosechas: la frutilla en Coronda, el limón en Tucumán o la naranja en Concordia”, precisó.
Niños, a la escuela. El ámbito educativo es el punto de anclaje de las políticas sociales y de infraestructura que se despliegan en el norte.

Mercedes Molinas, miembro de Fundare, explicó que “la población golondrina vive en las taperas que les ofrecen los dueños de los campos. En algunos casos la gente se cansa de ser explotada y se mueve con toda la familia a lo largo de muchos kilómetros para realizar otras cosechas. Los niños pierden todo vínculo afectivo y su escolaridad. Los padres suelen ser analfabetos y tampoco tienen seguimiento en salud. La aldea viene a contrarrestar esta realidad para que los chicos vayan a la escuela, se queden en un lugar estable y los papás se puedan mover algunos kilómetros hasta sus trabajos, con una base en el hogar y con las mamás en casa”. Las tierras fueron compradas por 25 familias a un precio simbólico y en más de una oportunidad el pago se realizó con trabajos comunitarios, en tanto que otras 16 están radicadas en Moisés Trod. “Se les ofreció una hectárea a cada uno para que tengan un cultivo autosustentable. Queremos que empiecen a trabajar de manera comunitaria, porque han vivido siempre solos y les cuesta mucho trabajar con los vecinos, es muy difícil agruparlos”, comentó Mercedes. En este sentido, Fundare, junto al Ministerio de la Producción de la Provincia y la UNL, están proyectando armar una cooperativa productiva entre los habitantes para que tengan posibilidades de comercializar los excedentes de sus cosechas.
En la actualidad hay tres viviendas en construcción, algunas con la novedosa tecnología de suelo cemento y otras de manera tradicional, con ladrillos. Las casas son construidas por ellos mismos, cuentan con el asesoramiento de especialistas de la UTN y arquitectos del Politécnico de Turín que cada año viajan hasta la aldea para dar una mano. Todas tienen un diseño rural y cuentan con 100 m2 aproximadamente. A la par se está construyendo un salón de usos múltiples y un espacio destinado a un centro de salud. “No sabemos si alguna vez habrá un médico permanente, pero es importante tenerlo”, acotó Mercedes.
La mayor preocupación, el acceso al agua potable, va encontrando soluciones: a través de un concurso internacional, el Centro Balear colaboró para construir en cada vivienda una cisterna de 35 mil litros destinada a recolectar el agua de lluvia. También se juntaron fondos para instalar una bomba de ósmosis potabilizadora. En tanto, una organización holandesa aportó dinero para construir una cisterna de 100 mil litros cuyo objetivo es el riego de los emprendimientos familiares. Cuando finalicen las obras, la aldea contará con un depósito de 500 mil litros de agua. “En un principio nos esforzamos para que la gente tenga una vivienda y resulta que cuando fueron a vivir no tenían agua. Muchos cerraban la casa y se iban, por eso son importantes estas acciones”, remarcó el titular de la ONG.
Uno de los últimos logros de la fundación en Moisés Trod fue conectar la energía eléctrica. “Vimos a la gente emocionada, algunos nunca en su vida habían tenido luz y fue un cambio radical. Esto es un trabajo con mucha proyección a futuro”, definió Mercedes.

El futuro como eje
“Nuestro proyecto se puede aplicar en cualquier escuela rural. En el paraje lo dividimos en dos etapas: la primera de radicación y la segunda de sustentabilidad. En estos momentos estamos dando los pasos finales en la aldea. Calculamos que en tres años nos podemos ir y empezar en otro lado”, comentaron los miembros de la ONG.
—¿Cómo es este trabajo para ustedes a nivel personal?
—Por un lado es muy frustrante y por otro muy gratificante –contestó Mercedes–. Es una balanza permanente, con mucha movilidad emocional, no sólo para nosotros porque no podríamos hacer este trabajo sin las familias acompañándonos. Esto se hace durante los fines de semana, fuera del horario de nuestros trabajos habituales. Cuando podemos, viajamos 500 kilómetros de ida y 500 de vuelta para estar unas horas y volver enseguida. Al principio la gente no nos miraba ni nos hablaba, las mujeres eran muy sumisas; hoy podemos sentarnos en una reunión con 30 personas y reconocen nuestra ayuda. Flaqueamos cuando no tenemos apoyo y sabemos que si las políticas públicas fueran buenas nosotros no tendríamos que estar haciendo esto, pero nos acordamos de las caras de la gente y seguimos adelante.
“Cuando llegamos, hace diez años, eso era un desierto. Solamente estaba la escuela, que era primaria, con 100 alumnos. Los habitantes vivían de los planes sociales o de changas, estaban totalmente afuera del sistema. Ahora los incentivamos a pensar qué quieren hacer y a diseñar su futuro. Mucha gente se entusiasma con este proyecto porque ven un potencial. Decimos que a veces es frustrante porque querríamos otro ritmo para las decisiones y las obras, pero nos convencimos de que al ritmo lo ponen ellos. Nosotros tenemos que desafiar nuestra imaginación y nuestro esfuerzo para que las cosas avancen. Ellos tienen motivación y también quieren ver los resultados. Dentro de cinco años veremos más cosas. Lo fundamental es que las familias recuperaron la dignidad”, finalizó Ángel.

Publicada en Pausa #106, miércoles 21 de noviembre de 2012

1 comentario:

el almendro dijo...

mi querido pueblo del nochero alli naci hace 58 años! que bueno es encontrar lugares de mi niñez! ya voy a ir con mi flia. para ver en que podemos ayudar!!