viernes, 20 de mayo de 2011

¿Qué proponen?


Las promesas de los precandidatos a gobernador y las posiciones tomadas de cara a la interna abierta.


En la recta final hacia las primarias del 22 de mayo se sucedieron operaciones de todo tipo para seducir a los indecisos. Encuestas que se contradicen y que favorecen siempre al que las encarga, declaraciones altisonantes para lograr espacio en los medios y ataques verbales contra rivales internos. Hubo, además, propuestas. Para echar algo de luz al panorama electoral, Pausa recopiló lo más saliente del discurso de los principales

precandidatos a gobernador. ¿De qué hablaron quienes buscan llegar a la Casa Gris?


El cambio continúa

Antonio Bonfatti, el candidato del gobernador Hermes Binner, basó su campaña en el concepto de continuidad. El ministro recorrió la provincia exhibiendo los logros de la gestión: la campaña es la gestión. En eso corre con ventaja respecto de los otros precandidatos del Frente Progresista, que le achacaron haber aprovechado la estructura del Estado para apuntalar su candidatura. A su modo, aunque sin darle crédito a las irregularidades denunciadas por la UCR, Bonfatti lo admitió: “Saber cómo se desarrolla la actividad en la provincia es un punto a favor nuestro”. Según el ministro, sólo su triunfo garantiza que la provincia no arranque desde cero.

La otra arista en la que hace hincapié el binnerismo es la experiencia de sus equipos de gobierno: “Este proyecto tiene hombres y mujeres que lo gestionan. Tenemos un equipo de gestión de tres años y medio. Y en algunos equipos más de 20: salud, educación, cultura, justicia. Esta experiencia de conocimiento del Estado en primer lugar, y de todos los actores de la actividad económica, social y política de la provincia, no es un tema menor”, señaló Bonfatti.

Confiado de cara a las internas, el ministro de Gobierno planteó que el debate de fondo comenzará el 23 de mayo. Allí estarán definidos los nombres que el PJ y el Frente Progresista ofrecerán a la ciudadanía; la estrategia del binnerismo ya está planteada: “La gente tiene para elegir. O mira hacia atrás y valora qué se hizo en 24 años o mira menos hacia atrás y valora lo que nosotros hemos realizado en tres años”, dijo Bonfatti.


Ganamos todos

El otro precandidato socialista, Rubén Giustiniani, basó su campaña en su tarea como senador nacional. La ley por la cual se creó el primer parque natural para Santa Fe, el 82% móvil para los jubilados –luego vetado por el gobierno nacional–, la reducción de la mayoría de edad de 21 a 18 años, la asistencia financiera gestionada desde el Congreso por la sequía y su adhesión al reclamo por los fondos coparticipables fueron las banderas que enarboló para plantarse como candidato a gobernador.

Giustiniani se distanció del binnerismo al hacer hincapié en la necesidad de más seguridad, una bandera que enarbolan todos los precandidatos, oficialistas y opositores, a excepción de Bonfatti, quien de hacerlo estaría reconociendo una falencia de gestión. “En las grandes ciudades, como Rosario y Santa Fe, el tema de la seguridad aparece recurrentemente”, indicó. A esas problemáticas, sumó la falta de viviendas y de trabajo y la violencia de género: nunca dejó de destacar que su fórmula es la única que integró a una mujer, la esperancina Ana Copes.

El senador largó primero en las encuestas y por ello se convirtió en el blanco favorito del binnerismo. El gobernador lo llamó “candidato testimonial”; el presidente del socialismo no entró en el juego y remarcó que la suya es una “campaña propositiva”.


Unidad progresista

El radical Mario Barletta se lanzó a la carrera por la Casa Gris remarcando la necesidad de fortalecer el sistema educativo. Con el correr de las semanas se animó a promesas más fuertes: dijo que es posible terminar con el hambre en toda la provincia si se crean cinco plantas de alimentos nutritivos, se sumó al discurso de la inseguridad –declaró: “Voy a ser el jefe de las fuerzas de seguridad”– y dejó para el final la propuesta más ambiciosa: “Vamos a hacer posible el regreso del ferrocarril”.

Igual que Giustiniani, Barletta aclaró que –de imponerse en las generales del 24 de julio– dará continuidad a la gestión de Binner. Pero a la vez marcó sus diferencias. Su discurso sobre educación apunta más a la articulación con el sector productivo. Sus consignas aparecieron en un artículo de su autoría publicado en Clarín: “La universalización del preescolar, la búsqueda de la deserción cero, la obligatoriedad de la secundaria y la incorporación al estudio de nuevas tecnologías aplicadas a la producción para la sustitución de importaciones”.


Frente para la Victoria

Agustín Rossi supo capitalizar sus derrotas. Cuando nadie se atrevía a enfrentar a Binner, en 2005, el entonces concejal rosarino aceptó encabezar la lista de diputados nacionales del PJ. Aquella elección fue el punto de partida de su construcción política. Ni siquiera había asumido su banca en el Congreso cuando juntó a su tropa en Santa Fe y comenzó a armar un tercer espacio, lejos de Reutemann y de Obeid. Perdió las internas de 2007 ante el candidato del gobierno provincial –Rafael Bielsa– y salió tercero en las nacionales de 2009.

El jefe de la bancada kirchnerista piensa que llegó su hora. Con Reutemann y Obeid fuera de la cancha, se decidió por una campaña con pocas propuestas –o, más bien, difusas– y con mucha acción: a Rossi se lo vio entregando subsidios a productores en nombre del gobierno nacional, inaugurando escuelas y repartiendo notebooks a los alumnos.

En su discurso propone hacer en Santa Fe lo mismo que Cristina en la Nación: “Hay dos maneras de pararse ante la gestión. Como lo hace Binner, administrando, dejando las cosas más o menos como están, no haciendo ninguna cosa demasiado mal pero ninguna demasiado buena. O como Cristina: tratando de generar políticas que transformen la realidad, gobernando. Nosotros queremos gobernar como Cristina ha gobernado el país y no como Binner ha gobernado en la provincia”.


Por más Santa Fe

Omar Perotti es el único de los candidatos del PJ que puede exhibir gestión ejecutiva. Tres veces intendente de Rafaela, salió con esos pergaminos a seducir al electorado. En el centro-norte su figura es conocida y respetada; el sur aparece como su talón de Aquiles: sólo la ciudad de Rosario concentra en 29% del electorado. Y allí Perotti va a la zaga de Rossi y de Bielsa, dos “locales”. El rafaelino le apuntó a otra cuota del electorado. Sus asesores calcularon que el 40% de los votantes viven en pueblos y ciudades pequeñas. Hacia ellos dirigió Perotti la promesa de trasladar la experiencia de su ciudad, pujante y productiva: “Nosotros hablamos primero de lo que hicimos en Rafaela y, en base a eso, de lo que vamos a hacer”.

Perotti se muestra equidistante de las dos alas del PJ: elogia a Reutemann y a Obeid y rescata algunas políticas del gobierno nacional. En busca del voto rural, se esfuerza por mantenerse despegado de todo lo que huela a kirchnerismo. En su armado aparecen figuras del obeidismo y del reutemismo; su foto con el Lole en el Senado fue un claro gesto de apoyo.

Perotti afirma: “Tenemos cuatro ejes: apoyo a la producción, generación de empleo, educación y seguridad. La seguridad va a ser política de Estado desde el primer día de gobierno, en trabajo coordinado con el Poder Judicial y con el Legislativo. Vamos a darle a la población una señal concreta: vamos a cuidar a la gente y vamos a conducir

a la Policía de otra forma”.


Encuentro santafesino

Rafael Bielsa reapareció en escena con un armado a las apuradas, sobre el cierre de listas, lo que desdibujó su lanzamiento. Sus socios –el precandidato a vicegobernador

Oscar “Cachi” Martínez y el líder de UPCN Alberto Maguid– le aportaron recursos y nombres; la lista es una rara mezcla de kirchneristas y reutemistas huérfanos de líder.

Como en 2007, Bielsa volvió a hacer gala de un discurso florido, con un registro muy lejano al del resto de los precandidatos. “Tenemos una provincia que funciona con kerosene, es hora de ponerle combustible de avión”, fue una de sus primeras frases de campaña. “El gobierno de Binner sobreprometió e infracumplió”, una de las últimas. El ex canciller habló de la necesidad de salir de un modelo netamente agroexportador para

agregar valor a la producción local y así generar más y mejor empleo. Las fotos de Bielsa con Amado Boudou, Gabriel Mariotto, Julio de Vido y Alicia Kirchner y las de Rossi con Mercedes Marcó del Pont, Alberto Sileoni, Daniel Filmus y Jorge Taiana revelan que la interna del kirchnerismo se juega también en Santa Fe. Cristina, cómoda

en el actual escenario y cada vez con menos rivales para las presidenciales de octubre, se mantiene lejos de los dos. Falta para el 23 de mayo.


Las bisagras

Se utilizará por primera vez la boleta única. El nuevo sistema termina con una lógica imperante: ya no habrá arrastre de un candidato de una categoría hacia sus compañeros de las otras categorías. Con ello, la campaña se multiplicó por cinco: ya no basta que todos se encolumnen detrás de la figura del principal candidato; todos debieron trabajar para instalar sus nombres y caras en el imaginario del electorado.

El efecto de la boleta única es incierto. Desde el punto de vista institucional se marca una bisagra –no más arrastre, no más robo de boletas–, también desde lo político será un punto de inflexión. El gobernador Binner planteó las internas casi como un plebiscito de su gestión; una derrota de Bonfatti lo deja afuera de las presidenciales y con poco margen de maniobra en los próximos seis meses. También el PJ se juega mucho. No sólo de la mano de quién pretende volver a la Casa Gris; el resultado del 22 de mayo decidirá una buena parte del futuro del partido, hasta ahora sumido en un trabajoso equilibrio entre reutemistas y kirchneristas.

Publicado en Pausa #74, todavía a la venta en los kioscos de SF.

Notas anteriores:

Rudimentos (I). La interna del Frente Progresista

Rudimentos (II). La interna del PJ

Ensaladas. Sobre la boleta única

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