miércoles, 9 de septiembre de 2015

Aborto, un debate siempre pendiente

Aunque hay avances en la legislación que regula el aborto, en los efectores públicos de salud muchos profesionales desconocen el protocolo de atención. ¿Un derecho negado?


Cuando en mayo pasado la  Asociación Civil Ramón Carrillo denunció públicamente que, en febrero de este año, en el Hospital Iturraspe se había realizado un aborto que no reunía ninguno de los requisitos para ser considerado legal, el tema volvió ponerse en agenda.
Cuándo si, cuándo no, quien puede decidir, qué marco legal ampara esta práctica, fueron algunos de los aspectos que se discutieron en un panel organizado por la Multisectorial de Mujeres y el Inadi Santa Fe, en la Facultad de Ciencias Jurídicas de UNL, donde además se presentó un folleto cuyo fin es dar a conocer los alcances e implicancias que expresa el Protocolo para la Atención Integral de las Personas con Derecho a la Interrupción Legal del Embarazo.
La Univesidad Nacional del Litoral albergó un intercambio donde se habló sin tapujos sobre el aborto y las políticas públicas de salud. Foto: Carolina Niklison / Inadi

De la mesa, junto a las representantes de ambas organizaciones, Mabel Busaniche y Stella Maris Vallejos, también formaron parte el Dr. Francisco Villano y el Dr. Darío Montenegro, Directores del Hospital Iturraspe y del Hospital Protomédico, respectivamente.
Al presentar el folleto, Busaniche comentó de manera taxativa que “esperamos poder distribuirlos en los Centros de Salud, en las organizaciones, porque nos parece que va a posibilitar un debate que siempre aparece y que hay que seguir profundizando, sobre todo con los responsables de los efectores de salud, porque el Protocolo es claro: toda persona que está gestando puede pedir la interrupción legal del embarazo si tiene alguna problemática física, social, económica, esto es la Causal Salud, que entiende a la salud, según lo define la Organización Mundial de la Salud, como mucho más que la ausencia de enfermedad física”.
Este es, justamente, uno de los puntos de la discusión: ¿qué es salud? “Para la historia hegemónica médica, la salud es no tener enfermedad. Pero hoy sabemos, y la OMS así lo dice también, que salud no es sólo no estar enfermo” también ratifica Montenegro. “La salud tiene que ver con el proyecto de vida de las personas. Si uno le pregunta a los pacientes te dicen que salud es que no lo exploten en el trabajo, tener una vivienda digna, el acceso a la educación, a la cultura, al ocio. Entonces cuando hay que evaluar una situación particular, con una mujer que quiere interrumpir su embarazo, hay que ver todas estas cosas y eso no lo puede hacer sólo un médico, debe haber un equipo de abordaje y que este equipo sea el que termine dando una sugerencia a la mujer, porque nosotros sólo podemos sugerir y asesorar pero la que decide es la mujer, ella es la única que conoce cuáles son las condiciones de su bienestar físico, mental, emocional y social”. 

Objeción de conciencia
En el folleto presentado durante el panel-debate, se puede leer claramente: “Todo profesional de la salud tiene derecho a ejercer la objeción de conciencia con respecto a la práctica del aborto no punible, siempre y cuando no se traduzca en la dilación, retardo o impedimento para el acceso a esta práctica. La objeción de conciencia es individual y no institucional”. Esta es otra de las claves de la discusión y de los problemas a los que se enfrentan las mujeres cuando recurren al sistema público de salud a solicitar la interrupción de un embarazo.
“Las instituciones no tienen conciencia, por eso todo un hospital, o un Centro de Salud, no pueden ser objetores, sí sus profesionales, pero a la vez hay que garantizar que haya profesionales que no lo sean o que al menos puedan asesorar, orientar a las mujeres respecto de  dónde acudir, no dejarlas solas, a la deriva, porque si la mujer ya tomó la decisión lo va a hacer en otro lado, ilegalmente y con muchísimos riesgos para su vida”, comentó Montenegro. “No tenemos el dato oficial respecto de la mortalidad por abortos ilegales en Argentina, pero se estima que son unas 500 mil por año”, a lo que Villano puntualizó que “el 50% de las muertes maternas en Argentina hoy son por abortos ilegales”.

Avances y desconocimientos
Durante su alocución, el director del Hospital Iturraspe, Francisco Villano, recordó que la situación respecto de este tipo de prácticas era muy diferente hace no más de una década atrás. “Hace 10 o 15 años, cuando una mujer llegaba al hospital con una problemática de salud derivada de un aborto ilegal, no nos lo decía, no podía, porque el médico al que le contaba esto estaba obligado a denunciarla. Hoy por suerte avanzamos en ese tema, hay protocolos nacionales y a los cuales la provincia adhiere, que nos avalan. Pero muchos profesionales que hicieron objeción de conciencia, no lo hicieron por moral o cuestiones religiosas, sino por miedo y desconocimiento de estas normativas que los amparan. A veces es más fácil ser objetor que preocuparse por conocer las reglamentaciones que aseguran y protegen al profesional en este tipo de prácticas. Por esto también creo que es necesario que comiencen a salir leyes claras que regulen tanto las interrupciones como el tema de la objeción de conciencia”.

La situación en el Iturraspe
Antes de que se hiciera pública la denuncia respecto del aborto realizado en el nosocomio, ninguno de los profesionales médicos que se desempeñan en el mismo se había declarado objetor de conciencia. Días después, ya con el tema presente en los medios, todos los médicos del Servicio de Ginecología se anotaron y se generó una crisis en el Hospital.
Al ser consultado sobre esta situación que se vive en el servicio y que pondría en riesgo el derecho de las mujeres a solicitar la interrupción legal del embarazo por falta de profesionales que la lleven adelante, Villano comentó que “hoy en el Hospital Iturraspe hay objetores de conciencia y hay profesionales que no lo son, con esos profesionales se está trabajando. Hay un equipo de salud, del cual yo formo parte, conformado por médicos, psicólogos y asistentes sociales. Ese equipo es el que acompaña y brinda a las mujeres toda la información que necesitan, y en ese escuchar, contener y buscar con ellas las mejores opciones, muchos de esos embarazos han seguido su curso, porque se les ofrece la posibilidad de acompañarlas en su domicilio, informarlas sobre las ayudas económicas que puede solicitar si su situación lo requiere, gestionar este tipo de pensiones, entre otras cosas. Día a día trabajamos para fortalecer los equipos y atender a las mujeres que vienen con esta situación tan difícil y dolorosa de la mejor manera, sin juzgarla, ayudándola sea cual sea la decisión que tome”.

Publicada en Pausa #161, miércoles 9 de septiembre de 2015
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