lunes, 15 de junio de 2015

El vértigo de una elección que no terminó

La diferencia entre los candidatos más votados es muy inferior a la cantidad de mesas que quedan por computar. Histórico triple empate en la elección más reñida de la democracia reciente.

Desde que entraron los primeros datos, pasadas las 18.30, hasta las 22.39, Miguel Torres Del Sel aventajaba a Miguel Lifschitz. A las 22.40, con el 84% de las mesas escrutadas, Lifschitz superó al candidato del PRO. Finalmente, el peso de Rosario se hizo sentir en unas elecciones signadas por una mayor participación de votantes respecto de las Paso, por el volumen del departamento con mayor electorado de la provincia y por el formidable crecimiento de Omar Perotti, que le mordió más a Del Sel que al socialismo. Cachi Martínez, al momento, sacó menos votos que en las Paso. Cuando en el escrutinio provisorio llegó a un 93,80% de las mesas escrutadas, a las 2.30 de la madrugada, la diferencia a favor del candidato del Frente Progresista alcanzó los 2.300 votos, aproximadamente.
Desde Rosario, el socialista Miguel Lifschitz se atribuyó el triunfo pasadas las 10 de la noche.

La carga de los datos signó el vértigo con el que se vivieron las elecciones en la provincia. Primero entraron los departamentos menos poblados y luego, lentamente, empezaron a llegar los guarismos de La Capital y Rosario. Recién entonces se revirtieron los números. Del Sel llegó en un momento a estar 14 mil votos arriba. Sin embargo, la tendencia que marcaba la entrada de los votos de Rosario comenzó a hacerse sentir claramente a partir de las 22.00. Cuarenta minutos después, Lifschitz quedó al frente.
La elección quedó partida en tercios: 30,72% para el Frente Progresista, 30,59% para el PRO y 29,22% para el Frente Justicialista para la Victoria. Leído de otro modo, el 70% de los santafesinos rechazó a cualquiera de los candidatos. 

El efecto participación
Un 76,39% del electorado participó, y todavía falta computar más del 6% de las mesas. Son casi 5 puntos más que en las Paso, una cifra próxima a las elecciones de 2013 y ya superior a la de 2011 (75%). Como se predijera: un aumento de la participación cambió el panorama respecto de las primarias. Más todavía si se comparan los datos en La Capital y Rosario. El 69% de los santafesinos votó el 19 de abril; el 75% lo hizo el 14 de junio. El 72% de los rosarinos sufragaron en las Paso; casi el 75% se acercó a las urnas en las generales.
En Santa Fe, Macri y Del Sel hablaron de "picardías" y cuestionaron el proceso electoral.

En La Capital hubo una fuerte marca del voto anti Rosario. Lifschitz no contó a su favor con todos los simpatizantes de Mario Barletta en el departamento, unos 51 mil en las Paso. El socialista arrancó con los 29 mil votos del 19 de abril y el 14 de junio llegó a 71 mil. Es decir: 9 mil votantes de Barletta se fugaron en La Capital hacia otros candidatos. Pero el resultado más significativo fue el de Omar Perotti, que pasó al primer puesto con el 33,41% de las preferencias: 88 mil votos en el departamento, 28 mil más que en las Paso. Del Sel sumó apenas 3 mil votos respecto de la primaria.
En Rosario, el voto anti Del Sel fue la clave. Nuevamente, el que más creció fue el candidato del Frente Justicialista para la Victoria, que desbancó a Del Sel, por poco menos de 2.000 votos. En el sur sí funcionó la estrategia de polarización: allí Lifschitz le sacó 40 mil votos a Del Sel, que quedó tercero.

Todos ganadores
En sucesivas conferencias de prensa, Miguel Lifschitz y Miguel Del Sel se adjudicaron el triunfo por exiguas diferencias. Más cauto, Omar Perotti apuntó al escrutinio definitivo y a la cantidad de votos nulos, impugnados, en blanco, las mesas no cargadas y un largo etcétera que hará las delicias de los fiscales en el Tribunal Electoral de Santa Fe. Cargados días se esperan en el recinto de Bulevar al 2900. Lo cierto es que recién se sabrá la verdad cuando termine el escrutinio definitivo, en dos semanas.
Por lo pronto, con el 93,80% de las mesas escrutadas Miguel Lifschitz sumó 549.095
votos, Miguel Torres Del Sel 546.868 y Omar Perotti 522.398. La diferencia en contra del justicialista parece irreversible, a pesar de ser quien más creció. Del Sel se estancó, sumando apenas 10 mil votos desde la primaria. Lifschitz llevó al Frente Progresista de 533 mil votos a 549 mil: 14 mil más. Perotti solo (no contaba con un apoyo como el que significó la UCR para el socialismo) creció en 157 mil votos.
El justicialista Omar Perotti fue el más cauto y les pidió "prudencia" a sus rivales.

Mauricio Macri, que se acercó al búnker del PRO en el hotel Los Silos del Puerto de Santa Fe, se adosó a la postura de Perotti y reafirmó las mesas testigo del PRO, que dan ganador a Del Sel por menos de un punto. Junto a él en el escenario estuvieron Carlos Reutemann, Roy López Molina, que ganó su banca en como diputado provincial con una buena elección, Del Sel y Jorge Boasso, el candidato a vice. Entre el público, también estuvieron Fernando Niembro (Don Niembraaa, según Mariano Closs) y Héctor La Coneja Baldassi, comentarista de fútbol y ex árbitro, candidatos en provincia de Buenos Aires y Córdoba, respectivamente. Tampoco faltó en la amargada fiesta amarilla el ex funcionario de dictaduras y multiministro del reutemanismo, Juan Carlos Mercier.
En el búnker socialista, en el Patio de la Madera de Rosario, la muchachada de la rosa roja repitió cánticos contra TN y contra el macrismo porteño, principal sostén del armado del PRO en la provincia. “Tomala vos, dámela a mí, hoy le ganamos a Clarín”, coreaban los militantes. Mientras tanto, por el canal de cable que podría haber desaparecido con la Ley de Medios, los conductores se deliraban en chicaneos contra Miguel Lifschitz, que se anunció ganador a las 22.05, cuando Del Sel iba adelante con el 31,22%, el socialista sumaba el 30,47% y el justicialista 28,91%. Sin embargo, los resultados del escrutinio provisorio parecen darle la razón al vaticinio del candidato del Frente Progresista, al menos por ahora: una orgía de impugnaciones se avizora en el horizonte del escrutinio definitivo, donde los fiscales van a pelear mesa por mesa.

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