miércoles, 22 de abril de 2015

El PJ, conforme por seguir en carrera

La fórmula Perotti-Ramos alejó el fantasma de una paliza electoral.


“Es lo que hay”, admitió un reconocido un peronista al filo del cierre de la jornada electoral. Y lo que había era escueto: más allá de los candidatos de la lista Primero Santa Fe, la escasez de referentes fuertes del justicialismo santafesino en la sede del PJ local, siendo que se definía el futuro de esa fuerza política en la provincia, era evidente. Por lo demás, operadores y asesores se veían ampliamente superados en número por trabajadores de la prensa en el salón del segundo piso.
Julián Domínguez estuvo en la sede del PJ junto a Perotti, candidato a gobernador.

Una visita no anunciada sugirió una bocanada de aire triunfante en el búnker de Omar Perotti: Julián Domínguez llegó alrededor de las 20, incluso antes que el propio anfitrión. “Viene como amigo personal y compañero, no es su intención representar a nadie”, aclaraban los que sabían, en clara alusión al gobierno de Cristina Kirchner. La actitud del presidente de la Cámara de Diputados de la Nación confirmó esa versión: cuando los medios lo abordaron respondió con una amable reticencia al estrellato y una insistente referencia a las condiciones dirigenciales del ex intendente rafaelino.
Minutos después, el candidato a la Casa Gris habló cautamente. Él no quería dar declaraciones, sólo saludar cordialmente a los movileros y camarógrafos. “Es austero lo nuestro. Espero que se sientan cómodos”, dijo. Sus deseos se cumplieron: en el búnker de Perotti hubo cero hostilidad y cero opulencia. Hacia las 21:30, los sándwichitos se habían terminado y ya no hubo reposición de gaseosas. No es ningún misterio la voracidad alimenticia de los periodistas en estas ocasiones. Pero acaso la cuestión no pasara por ahí: eran momentos de esperar resultados sobre la fórmula a gobernador del PJ, no de banquetes. Sin embargo, orillaban las 22 y los precandidatos a senador Mario Lacava y a intendenta Silvina Frana no aparecían. Quizás, toda una declaración de diferencias entre el obeidismo y el perottismo. O no, porque minutos después, los mencionados llegaron.
De todas formas, a esa altura daba igual, porque durante toda la jornada cada persona de interés que arribaba se recluía en una habitación contigua (el verdadero búnker) y no daba declaraciones. Así dadas las cosas, los reporteros conversaban entre sí, a la espera de novedades. Salvo por la chica de bonitas facciones que constantemente nos devuelve la pantalla de TN, quien apoltronada en una banqueta, esperaba que las noticias la cachetearan.
Las definiciones llegaron bordeando las 23. En la planta baja los bombos habían empezado a sonar esporádicamente 90 minutos atrás. A una hora de la medianoche los candidatos de Primero Santa Fe se dirigieron a la prensa. Perotti habló de objetivos mínimos cumplidos, de cambio y de captar votos ajenos. La chica de TN venció su letargo: “¿Cómo va a hacer el kirchnerismo para recuperar esos votos?”, “¿cómo fue que perdieron taaanto ante un candidato que no tiene nada de experiencia política (por Del Sel)?”. No comprendió que, mientras ella se recostaba en un sillón con la vista puesta en Buenos Aires, en el búnker que le tocó de Santa Fe el clima partía en la incertidumbre, pasaba por la expectativa y descansaba en el alivio.
Alrededor de las 23:20, Perotti se dirigió a los militantes peronistas, que para entonces sí, hacían sonar sus bombos estruendosamente. “Hay que ir casa por casa”, les pidió. El hombre sabe de qué habla: porque con “lo que hay”, claramente, al PJ no le basta.

Publicada en Pausa #152, miércoles 22 de abril de 2015.
Pedí tu ejemplar en estos kioscos.

No hay comentarios: