viernes, 10 de abril de 2015

Alberto Papini: “Queremos un nuevo puerto con base industrial”

Precandidato de la Lista Frente para Vencer, Frente Justicialista para la Victoria

Docente e investigador universitario, el economista Alberto “Pocho” Papini integra el Movimiento Evita.
—¿Por qué quiere ser concejal?
—Quiero ser concejal porque estoy en el Movimiento Evita, que me ha designado como la persona que podía encarar la campaña y porque, después de muchos años de docencia y de militancia política, quiero poner mi conocimiento y experiencia al servicio de los santafesinos  a quienes hoy, todavía, no les han llegado todos los beneficios que el modelo nacional ha dado. Todavía a la gente le falta construir su casa, todavía la gente trabaja en negro, todavía hay gente que no consiguió trabajo, pese a que la desocupación bajó del 25% al 7%. Yo soy una persona de 60 años, quiero dedicar mi experiencia, mis últimos años dedicarlos a la cuestión legislativa municipal. Yo me he educado políticamente siempre en la doctrina del justicialismo y, como se dice desde el Movimiento Evita, por los humildes, hasta que quede el último pobre. Quiero entregar los esfuerzos de mi vida, ya maduro, a algo noble, como es la política cuando se piensa bien
—¿Cómo evalúa la actual gestión de la Municipalidad y del Concejo?
—El Concejo, dadas las mayorías y minorías que tiene, y los que adhieren al oficialismo, ha dejado pasar muchas cosas. Se ha votado con el oficialismo lo del parque Alberdi, por ejemplo. Y es una gestión que embellece el centro, embellece los bulevares, pero no pone el mismo énfasis en los barrios, donde hay muchísimos déficits. Y aparte, hablan de participación pero está muy claro que hay un sesgo autoritario en la manera en la que ejecutan las cosas o por la guardia de seguridad que tienen. El autoritarismo o el ocultamiento, como con los últimos problemas de las lluvias, no están conduciendo a un buen camino a la ciudad. En términos electorales la compra del voto le está dando resultados al oficialismo. No hacen obras en los barrios pero después hacen compra de votos a través de planes y distintas medidas con sus punteros, pero llega un punto donde la gente se asquea de esa forma de gobernar. Nosotros lo estamos viendo, la gente nos está pidiendo un cambio, está cansada.
—¿Cuáles son tus propuestas concretas?
—En el tema del transporte, que a la gente le aflige, hay que recuperar la Ley de Municipios y Comunas, que establece que toda la regulación del transporte es facultad del Concejo. El Concejo delegó la facultad; lo que hoy tenemos es ilegal. Entonces, primero recuperar las facultades, para poder hacer algo. Hay que diseñar por dónde debe pasar y cuándo debe pasar el transporte y, a partir de ahí, licitar. Donde no sea rentable se hará cargo la Municipalidad, o se utilizará un sistema mixto, pero la movilidad tiene que estar. Los colectivos no entran a la noche en los barrios, por la seguridad: eso hay que solucionarlo porque sino la gente no puede ir a trabajar. Distintos barrios tienen distintas propuestas. Por ejemplo, la gente de Santa Rosa de Lima te die que en avenida Freyre se podría subir un policía, dar la vuelta por el barrio y luego bajarse. Es algo que se puede hacer ¡y no es muy costoso! Nosotros creemos que la Municipalidad tiene que hacer muchas más obras que las que está haciendo. Ha aumentado muchísimo la recaudación: el 2014 respecto del 2013 la recaudación aumentó el 95%, y no hay ese aumento en la cantidad de obras. Hay que hacer más obras y gastar bien. Hay que hacer un ente financiero para financiar obras a largo plazo. Con los recursos corrientes que tiene la Municipalidad y con el grado de endeudamiento que tiene no puede hacer todas las obras que hacen falta, entonces hay que hacer un financiamiento a largo plazo, nacional e internacional, con organismos de créditos regionales. Eso hay que hacerlo porque si no, no se hacen todas las obras. Y la Provincia tiene que mirar un poquito más a la ciudad, porque tiene muchísimas necesidades. La Provincia no tiene un buen perfil de gastos. Vos tenés que tener 10% del gasto de obras públicas e inversiones para poder dar trabajo a la gente y para poder tener la infraestructura necesaria, y estamos en el 5% o 6%. Estamos haciendo la mitad de las obras en la provincia, después de dos reformar tributarias. En el tema de seguridad, nuestra responsabilidad primaria es la iluminación y las malezas. Y después, nosotros tenemos una gran experiencia en la seguridad ciudadana: formamos 120 alarmas comunitarias. Queremos reflotarlas, pero coordinadas con la Municipalidad y con la Policía. Hay que convencer a la Policía de que eso es eficiente, que a ellos también les sirve, y tratar de complementarlo con el fortalecimiento de la policía científica. Hoy los métodos son muy antiguos, terminan en la sola coacción policial a la persona. Y el delito disminuye si hay posibilidad de que haya pena, que llegue a ser realmente condenada la persona. Para eso hay que darle todos los recursos que necesita a la llamada Ley Toniolli, de Policía Judicial, para que haya un cuerpo que pueda investigar y pueda tener elementos de prueba para poder juzgar. Respecto del puerto, tenemos un proyecto muy claro. Los continuos fracasos en las licitaciones demuestran que el proyecto de traslado del puerto no es viable, a no ser que el Estado ponga toda la plata. Y únicamente va a quedar como un beneficio inmobiliario para los propietarios de la tierra, pero ese puerto no va a tener gran funcionamiento porque tiene un máximo de 28 pies de calado. Actualmente, con suerte, tenemos 24. Rosario está en 34 pies y va por 36 pies. De 36 pies son los barcos que operan normalmente en Rosario, y no son los más grandes del mundo. Con 24, 28 pies van a entrar barcos que no son tan grades, ahí el costo es más caro. Entonces, las cargas que pueda tener nuestro puerto son marginales, porque los barcos son cada vez más grandes y con mayor calado. Para que se entienda: el puerto que se proyecta no tiene la profundidad suficiente para ser competitivo. Queremos un nuevo puerto con base industrial. Para transportar productos industriales no se necesita un barco grande y de gran calado. Nosotros proponemos que el nuevo puerto no esté en el punto donde está ahora, porque no es el más adecuado y siempre hay que dragarlo. El mejor punto es en proximidades del túnel subfluvial, donde está el canal más hondo, donde las obras de infraestructura que hay que hacer son mucho menores. Entonces, si tenemos más profundidad, menos costo, no hay duda de que hay que cambiar el lugar del puerto. Nosotros estamos sentados en un gran polo científico tecnológico, entonces nuestra diferencia competitiva podría ser una zona franca de base tecnológica. Queremos procesar importaciones y que se vuelvan a exportar. A partir de una nueva localización, de un proyecto integral que sume a la producción local y al sistema científico, podemos empezar a hablar de un puerto.
—¿Qué lugar les da a los jóvenes dentro de su propuesta?
—Yo soy del Movimiento Evita, es un movimiento de jóvenes. Por lo menos en Santa Fe, los mayores somos una rareza, una minoría: son todos jóvenes de los barrios, de la Juventud Peronista, y del movimiento universitario. El estar con ellos es continuo y a sus temáticas las conozco. Hay trabajar mucho en el tema educativo de los jóvenes y en la capacitación laboral. En Santa Fe, todos los años hay entre 7 mil y 8 mil chicos que cumplen entre 19 y 20 años, que se suman al mercado laboral. Pero Santa Fe está generando 4 mil puestos de trabajo por año, en los últimos años. Entonces tenemos un problema grave.

Una versión condensada de esta entrevista fue publicada en Pausa#151, el miércoles 8 de abril de 2015.
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