Con debate y excepciones, la Legislatura le dio
media sanción a un derecho conculcado por la última dictadura: el descanso
dominical para empleados de comercio.
Los trabajadores y las cámaras que reúnen a pequeños y
medianos comerciantes pretenden que se establezca el descanso dominical
obligatorio, un derecho que fue cercenado durante la última dictadura, pero un
grupo de legisladores se opone con el argumento de que la medida podría afectar
el empleo. Queda por ver si prevalecerá el derecho al descanso o la libertad de
los empresarios de abrir los días domingo, aunque ello implique mayores costos
laborales.
La normativa apunta sobre todo a los trabajadores de los supermercados y centros comerciales, y deja afuera a los comercios familiares.
Hubo 38 votos favorables –de los distintos sub-bloques del
PJ, el socialismo, el PRO, Pares y el SI– y siete en contra –de los diputados
radicales– quienes sostuvieron su posición argumentando que la prioridad es
preservar las fuentes laborales y respetar el derecho a trabajar los domingos
por un salario diferencial.
Un día para retozar
El proyecto establece que los 24 y 31 de diciembre los
comercios deberán cerrar a las 16 y que esos horarios deberán ser exhibidos en
los accesos a cada negocio. Entre las excepciones, se incluye a los
establecimientos atendidos por sus dueños que no superen los 70 metros cuadrados
de superficie. Y, naturalmente, también a las farmacias, los establecimientos
que presten servicios esenciales de salud, transporte, hotelería,
telecomunicaciones y combustibles.
En la elaboración del proyecto coincidieron casi todas las
partes involucradas, salvo las grandes cadenas comerciales. Se tomó como base
un borrador presentado por los distintos actores involucrados: empresarios y
trabajadores a través de los sindicatos y cámaras que los agrupan. “El descanso
semanal constituye uno de los derechos esenciales y es reconocido por las
organizaciones sociales, religiosas, de la cultura, gremiales, sean de
trabajadores, de profesionales o empresarias”, sostienen.
“El Estado debe garantizar al trabajador un digno descanso
semanal, pero no cualquier día, sino el día que el descanso sea un objetivo
compartido por la mayoría de los miembros de la sociedad. Los domingos no hay
clases, ni bancos, ni empleo público, ni tribunales: es el motivo perfecto para
el encuentro familiar. Además ese día, por tradición, ha sido el día del
disfrute del tiempo libre”, se lee entre los argumentos del proyecto.
Voces a favor
El presidente de la Cámara de Diputados, Luis Rubeo, hizo hincapié en
que la iniciativa “busca igualar derechos y que los mercantiles puedan disfrutar
del domingo como día de descanso y de encuentro con la familia. Es la
recuperación de un derecho que les había sido arrebatado a los trabajadores
durante la última dictadura militar. Esta iniciativa ha acumulado un amplísimo
consenso desde el sector gremial, empresarial y político”.
Según el diputado, “se trata de cambiar el hábito de consumo
ya que las compras en los supermercados se podrán hacer hasta el sábado a las
10 de la noche”. Y aclaró: “Las farmacias, el sector gastronómico, los teatros,
cines, ferias a cielo abierto y establecimientos vinculados al esparcimiento y
los servicios públicos continuarán abriendo”.
El diputado justicialista José María Tessa, de extracción
gremial, recordó durante el debate legislativo que “en los 90, cuando aparecieron
las importaciones sin ningún tipo de filtro, la apertura indiscriminada al
comercio exterior que destruyó la industria, cuando se entregó el patrimonio
nacional, también se desregularon estas cuestiones y los compañeros terminaron
perdiendo derechos”.
En esa línea, Tessa defendió “un modelo de Estado presente,
que vuelve a regular, un Estado que protege la industria nacional y recupera el
patrimonio. En este marco discutimos esta ley. Esta es una jornada histórica y
de mucha alegría porque avanzamos hacia la recuperación de los derechos de los
trabajadores”.
Por su parte, el presidente de la Comisión de Asuntos
Laborales de la Cámara
de Diputados, Marcelo Piccardi, señaló que “se dio el tiempo suficiente para el
debate” y remarcó el consenso logrado en torno a la iniciativa: nueve de los
once integrantes de la comisión firmaron el dictamen.
La diputada oficialista Verónica Benas –del partido Pares–
defendió la iniciativa porque protege a “las empresas familiares y barriales
que perdieron contra las grandes superficies comerciales”. Y añadió que “la
relación laboral del comercio es muy conflictiva; por más que la ley de
contratos de trabajo diga que el empleado puede optar por descansar domingos o
feriados, en la práctica el que no trabaja pierde el empleo”.
La legisladora sumó otro argumento: “Estamos retomando
pautas culturales que fueron alteradas por patrones de consumo ajenos a nuestra
idiosincrasia. Ningún supuesto derecho del consumidor justifica poder comprar
un pantalón un domingo a la tarde al triple de precio, si eso significa
sacrificar el descanso de un trabajador junto a su familia”.
Por lo demás, Benas descartó que la iniciativa pueda
provocar una pérdida de puestos de trabajo: “Se están resistiendo al descanso
dominical los sectores concentrados que han estado sacando ventajas del
trabajador y de las Pymes. Con esta norma recuperan su lugar las empresas
familiares y barriales que perdieron contra las grandes superficies
comerciales”.
Sin descanso
El vocero del sub-bloque de la UCR –que forma parte del
Frente Progresista, aunque votó en disidencia– fue el diputado Darío Boscarol,
quien indicó que “existen leyes nacionales que obligan a que la posibilidad de
trabajar el día domingo sea un derecho de libre elección y, si así fuere, sea
remunerado correspondientemente: el doble o el triple de lo que se abona
normalmente”.
“Esta ley va a traer efectos negativos, consecuencias no
deseadas”, opinó el legislador radical. “Hay ciudades como Funes o Rincón donde
el domingo es la esencia del funcionamiento de los comercios. Ahí se va a
sufrir un perjuicio y hay empleados que van a perder su trabajo. Nosotros no
estamos dispuestos a acompañar una ley que disminuya las fuentes laborales”.
Su compañero de bancada Julián Galdeano señaló que no fueron
contempladas las modificaciones que propusieron los legisladores radicales en
el debate en comisión. El diputado agregó que es indispensable, antes de
avanzar con la ley, garantizar que no afecte a ningún trabajador, que no avance
sobre las autonomías locales ni perjudique el desarrollo regional.
“Hay antecedentes contrarios a que las provincias regulen la
jornada y el descanso”, explicó Galdeano; “La aprobación (media sanción) deja
muchas dudas; no hay certezas de que no se afecten fuentes de trabajo”. En
particular, pidió un trato diferencial para las localidades vinculadas al
turismo: “Se vulneró la autonomía municipal y en este punto hay un retroceso.
Me sorprendió la posición de legisladores que viven hablando de la autonomía,
pero ¿qué pasa con localidades que viven del fin de semana?”, se preguntó.
Ahora, el Senado
Si bien el Senado aún no comenzó a estudiar el proyecto, ya
aparecieron posiciones disímiles que auguran un largo debate. El justicialista
Alberto Crossetti, del departamento Belgrano, señaló que en la Cámara alta “hay una parte
que está definida, otra que no lo quiere votar y otra que está con dudas. Yo lo
consulto en mi zona y no hay forma de encontrar una claridad”.
Su colega Danilo Capitani, del departamento San Jerónimo,
dijo que “estaría de acuerdo” con el proyecto aunque todavía no logró “analizarlo
en profundidad”. El senador peronista anticipó que será “complicado” arribar a
un consenso pleno en la cámara. “Juegan mucho las cuestiones departamentales.
En el norte, la mayoría de los comercios son atendidos por sus propios dueños y
no hay supermercados. En la costa, en cambio, por el turismo, se les complica
porque tienen empleados, como en San Javier o Reconquista”, ejemplificó.
El radical Hugo Marcucci, del departamento La Capital , se alineó con su
partido y se manifestó “preocupado por la pérdida de trabajo” que pueda
acarrear la aplicación del descanso dominical. “Habrá un perjuicio para la
generación de empleo, donde los trabajadores, que en algunos casos puedan ver
ingresos de más, puedan terminar perjudicados”, explicó el legislador provincial.
La cuestión turística
Edgardo Coria, secretario gremial del Centro Unión de
Empleados de Comercio de Santa Fe, sostuvo que la media sanción “es
importantísima para todos los empleados de comercio”, a la vez que descartó que
afecte la actividad turística, como había planteado el intendente José Corral.
“Está en juego el perfil de la ciudad turística en la que
estamos trabajando y muchos empleos. No hay que apurarse a tomar una decisión
porque la ciudad se merece discutirlo con más detenimiento. En esto hay
competencias nacionales, provinciales y municipales”, indicó Corral.
Publicada en Pausa #123, miércoles 9 de octubre de 2013
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