lunes, 14 de octubre de 2013

Parar la máquina por un día

Con debate y excepciones, la Legislatura le dio media sanción a un derecho conculcado por la última dictadura: el descanso dominical para empleados de comercio.

Los trabajadores y las cámaras que reúnen a pequeños y medianos comerciantes pretenden que se establezca el descanso dominical obligatorio, un derecho que fue cercenado durante la última dictadura, pero un grupo de legisladores se opone con el argumento de que la medida podría afectar el empleo. Queda por ver si prevalecerá el derecho al descanso o la libertad de los empresarios de abrir los días domingo, aunque ello implique mayores costos laborales.
La normativa apunta sobre todo a los trabajadores de los supermercados y centros comerciales, y deja afuera a los comercios familiares.

La Cámara de Diputados dio media sanción el jueves 3 de octubre a la ley de descanso dominical. El proyecto girado al Senado establece que los comercios pueden abrir de lunes a sábados de 7 a 22 y que los domingos y feriados nacionales son días no laborales. Dirigentes del sector estimaron que, de sancionarse la ley, beneficiará a unos cuatro mil trabajadores en la ciudad, principalmente del rubro supermercados y de los comercios ubicados en los shopping.
Hubo 38 votos favorables –de los distintos sub-bloques del PJ, el socialismo, el PRO, Pares y el SI– y siete en contra –de los diputados radicales– quienes sostuvieron su posición argumentando que la prioridad es preservar las fuentes laborales y respetar el derecho a trabajar los domingos por un salario diferencial.

Un día para retozar
El proyecto establece que los 24 y 31 de diciembre los comercios deberán cerrar a las 16 y que esos horarios deberán ser exhibidos en los accesos a cada negocio. Entre las excepciones, se incluye a los establecimientos atendidos por sus dueños que no superen los 70 metros cuadrados de superficie. Y, naturalmente, también a las farmacias, los establecimientos que presten servicios esenciales de salud, transporte, hotelería, telecomunicaciones y combustibles.
En la elaboración del proyecto coincidieron casi todas las partes involucradas, salvo las grandes cadenas comerciales. Se tomó como base un borrador presentado por los distintos actores involucrados: empresarios y trabajadores a través de los sindicatos y cámaras que los agrupan. “El descanso semanal constituye uno de los derechos esenciales y es reconocido por las organizaciones sociales, religiosas, de la cultura, gremiales, sean de trabajadores, de profesionales o empresarias”, sostienen.
“El Estado debe garantizar al trabajador un digno descanso semanal, pero no cualquier día, sino el día que el descanso sea un objetivo compartido por la mayoría de los miembros de la sociedad. Los domingos no hay clases, ni bancos, ni empleo público, ni tribunales: es el motivo perfecto para el encuentro familiar. Además ese día, por tradición, ha sido el día del disfrute del tiempo libre”, se lee entre los argumentos del proyecto.

Voces a favor
El presidente de la Cámara de Diputados, Luis Rubeo, hizo hincapié en que la iniciativa “busca igualar derechos y que los mercantiles puedan disfrutar del domingo como día de descanso y de encuentro con la familia. Es la recuperación de un derecho que les había sido arrebatado a los trabajadores durante la última dictadura militar. Esta iniciativa ha acumulado un amplísimo consenso desde el sector gremial, empresarial y político”.
Según el diputado, “se trata de cambiar el hábito de consumo ya que las compras en los supermercados se podrán hacer hasta el sábado a las 10 de la noche”. Y aclaró: “Las farmacias, el sector gastronómico, los teatros, cines, ferias a cielo abierto y establecimientos vinculados al esparcimiento y los servicios públicos continuarán abriendo”.
El diputado justicialista José María Tessa, de extracción gremial, recordó durante el debate legislativo que “en los 90, cuando aparecieron las importaciones sin ningún tipo de filtro, la apertura indiscriminada al comercio exterior que destruyó la industria, cuando se entregó el patrimonio nacional, también se desregularon estas cuestiones y los compañeros terminaron perdiendo derechos”.
En esa línea, Tessa defendió “un modelo de Estado presente, que vuelve a regular, un Estado que protege la industria nacional y recupera el patrimonio. En este marco discutimos esta ley. Esta es una jornada histórica y de mucha alegría porque avanzamos hacia la recuperación de los derechos de los trabajadores”.
Por su parte, el presidente de la Comisión de Asuntos Laborales de la Cámara de Diputados, Marcelo Piccardi, señaló que “se dio el tiempo suficiente para el debate” y remarcó el consenso logrado en torno a la iniciativa: nueve de los once integrantes de la comisión firmaron el dictamen.
La diputada oficialista Verónica Benas –del partido Pares– defendió la iniciativa porque protege a “las empresas familiares y barriales que perdieron contra las grandes superficies comerciales”. Y añadió que “la relación laboral del comercio es muy conflictiva; por más que la ley de contratos de trabajo diga que el empleado puede optar por descansar domingos o feriados, en la práctica el que no trabaja pierde el empleo”.
La legisladora sumó otro argumento: “Estamos retomando pautas culturales que fueron alteradas por patrones de consumo ajenos a nuestra idiosincrasia. Ningún supuesto derecho del consumidor justifica poder comprar un pantalón un domingo a la tarde al triple de precio, si eso significa sacrificar el descanso de un trabajador junto a su familia”.
Por lo demás, Benas descartó que la iniciativa pueda provocar una pérdida de puestos de trabajo: “Se están resistiendo al descanso dominical los sectores concentrados que han estado sacando ventajas del trabajador y de las Pymes. Con esta norma recuperan su lugar las empresas familiares y barriales que perdieron contra las grandes superficies comerciales”.

Sin descanso
El vocero del sub-bloque de la UCR –que forma parte del Frente Progresista, aunque votó en disidencia– fue el diputado Darío Boscarol, quien indicó que “existen leyes nacionales que obligan a que la posibilidad de trabajar el día domingo sea un derecho de libre elección y, si así fuere, sea remunerado correspondientemente: el doble o el triple de lo que se abona normalmente”.
“Esta ley va a traer efectos negativos, consecuencias no deseadas”, opinó el legislador radical. “Hay ciudades como Funes o Rincón donde el domingo es la esencia del funcionamiento de los comercios. Ahí se va a sufrir un perjuicio y hay empleados que van a perder su trabajo. Nosotros no estamos dispuestos a acompañar una ley que disminuya las fuentes laborales”.
Su compañero de bancada Julián Galdeano señaló que no fueron contempladas las modificaciones que propusieron los legisladores radicales en el debate en comisión. El diputado agregó que es indispensable, antes de avanzar con la ley, garantizar que no afecte a ningún trabajador, que no avance sobre las autonomías locales ni perjudique el desarrollo regional.
“Hay antecedentes contrarios a que las provincias regulen la jornada y el descanso”, explicó Galdeano; “La aprobación (media sanción) deja muchas dudas; no hay certezas de que no se afecten fuentes de trabajo”. En particular, pidió un trato diferencial para las localidades vinculadas al turismo: “Se vulneró la autonomía municipal y en este punto hay un retroceso. Me sorprendió la posición de legisladores que viven hablando de la autonomía, pero ¿qué pasa con localidades que viven del fin de semana?”, se preguntó.

Ahora, el Senado
Si bien el Senado aún no comenzó a estudiar el proyecto, ya aparecieron posiciones disímiles que auguran un largo debate. El justicialista Alberto Crossetti, del departamento Belgrano, señaló que en la Cámara alta “hay una parte que está definida, otra que no lo quiere votar y otra que está con dudas. Yo lo consulto en mi zona y no hay forma de encontrar una claridad”.
Su colega Danilo Capitani, del departamento San Jerónimo, dijo que “estaría de acuerdo” con el proyecto aunque todavía no logró “analizarlo en profundidad”. El senador peronista anticipó que será “complicado” arribar a un consenso pleno en la cámara. “Juegan mucho las cuestiones departamentales. En el norte, la mayoría de los comercios son atendidos por sus propios dueños y no hay supermercados. En la costa, en cambio, por el turismo, se les complica porque tienen empleados, como en San Javier o Reconquista”, ejemplificó.
El radical Hugo Marcucci, del departamento La Capital, se alineó con su partido y se manifestó “preocupado por la pérdida de trabajo” que pueda acarrear la aplicación del descanso dominical. “Habrá un perjuicio para la generación de empleo, donde los trabajadores, que en algunos casos puedan ver ingresos de más, puedan terminar perjudicados”, explicó el legislador provincial.

La cuestión turística
Edgardo Coria, secretario gremial del Centro Unión de Empleados de Comercio de Santa Fe, sostuvo que la media sanción “es importantísima para todos los empleados de comercio”, a la vez que descartó que afecte la actividad turística, como había planteado el intendente José Corral.
“Está en juego el perfil de la ciudad turística en la que estamos trabajando y muchos empleos. No hay que apurarse a tomar una decisión porque la ciudad se merece discutirlo con más detenimiento. En esto hay competencias nacionales, provinciales y municipales”, indicó Corral.

Publicada en Pausa #123, miércoles 9 de octubre de 2013

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