viernes, 30 de diciembre de 2011

El deporte tiene un plan

Con respaldo estatal, la actividad amateur progresó en los Panamericanos de Guadalajara.

Por Gastón Chansard

Todavía están muy frescas las imágenes del chino que representó al tenis de mesa argentino, de las grandes alegrías que llegaron con el remo, de los muchachos del handball, del gran grupo ganador de pelota, del seleccionado de hockey masculino y otras tantas disciplinas que llenaron de emoción, satisfacción y orgullo al deporte nacional.
La segunda quincena de octubre en Guadalajara fue una excelente muestra para saber dónde estaba ubicado el deporte que menos miramos, ese que no tiene a Messi, tampoco a Ginóbilli ni a Del Potro. Es el deporte que aparece cada cuatro años: primero hace una pequeña aparición en los Panamericanos y después se gana largas horas de televisión cuando llegan los Juegos Olímpicos. Este es el deporte en el que rinden exámenes los deportistas y los funcionarios estatales, por eso en México la lupa estaba puesta más que nunca, ya que el Estado argentino había apostado unos billetes más en nuestros deportistas. La puesta en marcha del Enard (Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo) fue una muy buena inversión política que se transformó en económica para los deportistas. Con este organismo en funcionamiento desde abril de 2010, los verdaderos actores del deporte por primera vez no llegaron a una competencia con una cadena de pedidos y pase de facturas al gobierno.
Hace un mes atrás, en este mismo espacio deportivo de Pausa, destacábamos la actuación albiceleste y también informábamos sobre algunos números que ayudan a entender el crecimiento: en los períodos 2010-2011, el ente insufló un presupuesto total de $105.781.467. Se discriminan de la siguiente manera: $ 29.159.120 en becas para 1063 atletas y 476 jóvenes promesas; $ 64.868.019 de respaldo para la participación en competencias internacionales; $2.125.582 en elementos para entrenamiento; $2.343.491 para la organización de certámenes en nuestro país; $5.985.475 en becas de perfeccionamiento para técnicos y entrenadores y $ 1.299.779 para cobertura médica.
En esto de reconocer los logros, en la figura del pibe Brian Toledo (lanzador de jabalina) se sintetiza el valor del deporte social. Este chico que se crió en un barrio pobre de Marcos Paz (tercer cordón del conurbano bonaerense), descubrió en su adolescencia la jabalina y los Juegos Juveniles Bonaerenses lo encarrilaron al camino del éxito.       

Números deportivos
La delegación nacional superó con holgura las expectativas desde lo meramente estadístico, ya que casi duplicó la cantidad de preseas doradas cosechadas en Río de Janeiro 2007 (21 contra 11), y subió un puesto en el medallero general, del octavo al séptimo puesto. “Vamos a disputar entre el sexto y el octavo lugar”, dijo Claudio Morresi, secretario de Deporte de la Nación, en una entrevista con Télam semanas antes de los Panamericanos.
Siguiendo con los números, fue más importante todavía la diferencia lograda sobre el octavo (Venezuela, con 12) que la registrada con el sexto, Colombia, que llegó a 24 empujado por unas pocas disciplinas a las que apuesta con firmeza (ciclismo y patín sobre el resto, deportes que, a la vez, entregan una cantidad numerosa de medallas).
Liu Song emocionó con su medalla dorada en Ping Pong. A su lado, el taekwondista Sebastián Crismanich levanta la presea y el doble de remo femenino alza los brazos de la victoria.

Las medallas en total se dividieron de la siguiente manera: 21 de oro, 19 de plata y 35 de bronce, 75 en total. Podrían haber sido tres más de oro con deportes muy caros al sentimiento nacional (fútbol, hockey sobre césped femenino y rugby en versión seven), donde todos apostaban a lo más alto del podio, lo que hubiese generado la satisfacción de alcanzar en el oro a los colombianos.
El esfuerzo que se hizo desde el Comité Olímpico Argentino (COA) en los últimos tiempos se vio reflejado en las posibilidades con que llegaron a México atletas de disciplinas que, por no ser las que se practican masivamente en el país, a través de los años han sobrevivido gracias a la estoica perseverancia de sus propios protagonistas. De las 21 medallas doradas que la Argentina obtuvo, una abrumadora mayoría de ellas provino de actividades que venían de largo compitendo internacionalmente más como podían que como debían. En calidad de visitante, nuestro país logró en Guadalajara la tercera cosecha más importante de la historia de los Panamericanos, detrás de México 1955, con 28 medallas doradas, y Winnipeg 1999, con 25.

El futuro que ilusiona
Con Guadalajara 2011 el deporte olímpico argentino cierra un buen año, donde el banco de pruebas dio resultados positivos. Ahora llega la etapa más esperada, la recta final donde todo se pone a punto para aterrizar a los trigésimos Juegos Olímpicos en Londres. El año próximo será una oportunidad para ratificar algo más importante que el número de medallas: el apoyo al deporte amateur, que es toda una invitación a que los jóvenes se involucren en las disciplinas.
“El balance es muy positivo. Se marcó un piso de donde partir para soñar con cosas grandes a partir de Toronto 2015 o Río de Janeiro 2016, cuando haya una continuidad”, opinó cuando finalizó el Panamericano el secretario general del Comité Olímpico Argentino (COA), Mario Moccia.
A celebrar por las medallas obtenidas, a celebrar por el paso hacia adelante, a celebrar porque hay futuro, a celebrar porque el deporte argentino volvió a tener un plan, y ya se sabe que cuando algo se planea, en algún momento los resultados llegan.

Publicada en Pausa #88, miércoles 7 de diciembre de 2011

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