Esta nota se publicó en Pausa #79, hace ya dos semanas.
Hoy en Chile hay 527 detenidos.
Con las sucesivas medidas de fuerza estudiantiles, la popularidad del presidente de Chile, Sebastián Piñera, parece haber llegado al subsuelo. La encuestadora Adimark realizó un estudio nacional de 1104 casos entre el 6 y el 30 de junio (en pdf, nuevo resultado acá), cuyos resultados revelan un 31% de apoyo al presidente y un 62% de desaprobación. Números prácticamente inversos al pico de popularidad, hace nueve meses. Era octubre de 2010 y la sonrisa de Piñera arreciaba por la tele, oronda por el rescate de los 33 mineros; desde entonces fue constante el descenso del empresario devenido político. El Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea publicó una encuesta cuyos guarismos fueron similares: 35% de respaldo a la gestión, 53% de rechazo.
En principio, es difícil mantener la imagen pública con 400 mil jóvenes reclamando en las calles, como sucedió en todo Chile el 30 de junio Esa cifra la puso la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) liderada por Giorgio Jackson y Camila Vallejo Dowling quienes rechazan la convocatoria oficial a un “Gran Acuerdo Nacional por la Educación”. “Es más de lo mismo pero con unos pesos más”, “Queremos avanzar a un sistema educativo que abra posibilidades a romper con este Chile segregador y desigual”, señalaron.
El 14 julio la Confech junto al Colegio de Profesores organizaron una movilización en Santiago: 100 mil personas caminaron por la Alameda. Se trató de la tercera demostración masiva en menos de un mes. La marcha concluyó con la represión de los carabineros, 62 detenidos y 34 oficiales heridos.
Las demandas del estudiantado refieren a la brecha entre la educación privada y pública y al cumplimiento de la prohibición del lucro en la universidad. El reclamo se dirige a la estructura del sistema educativo, herencia del tiempo del dictador Pinochet. Ya en 2006, en el marco de los reclamos que los estudiantes hicieran entonces a Michelle Bachelet, el Observatorio Chileno de Políticas Educativas de la Universidad de Chile señaló que el sistema vive una triple crisis: de calidad, de equidad y de segmentación social. “Apartheid educativo” [en pdf] es el concepto utilizado para explicar la rígida segmentación por clases de los establecimientos educativos. “La calidad parece estar reservada para quien pueda pagarla”, indicaron desde el Observatorio.
La oferta de Piñera resguarda la estructura vigente, pero le agrega un fondeo de 4 mil millones de dólares, becas y reducción de las tasas de interés para los créditos con que se paga el ingreso y la permanencia en el sistema universitario, en su mayoría privado y en su totalidad arancelado.
La baja imagen de uno de los principales líderes de las derechas del continente es aun peor en lo educativo: 69% lo desaprueba. Y el ministro del área, Joaquín Lavín (renunciado a poco de publicar esta nota), cayó del 78% de aprobación en abril al 46% en junio. Junto a Hernán Büchi, último ministro de Hacienda de Pinochet y candidato a presidente por su espacio en las primeras elecciones de la nueva democracia, Lavín fundó en 1990 la Universidad del Desarrollo, cuya joya es la escuela de negocios. Su pedigree posee una última certificación: es miembro del Opus Dei.
1 comentario:
según los estudiantes chilenos hay cuatro muertos estudiantes en chile..pero acá clarín oculta..es del palo de piñera....
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