viernes, 29 de octubre de 2010
Momentos
jueves, 28 de octubre de 2010
Del odio

Ya hacen sus operaciones sobre el cuerpo caliente.
Sin embargo, cualquier manual psicoberreta primero preguntaría ¿cuánta violencia recibió ese cuerpo?
El odio, una impugnación viscosa y constante (se dejaba pasar como si nada, casi como chiste, los deseos de muerte que muchos, muchos políticos de talla nacional expresaron repetida y abiertamente) parece que nada hicieron sobre ese tipo.
El escarnio público continuado sobre esa figura llegó a subsumir y absorber toda crítica legítima o toda denuncia trascendente. Ni siquiera es una opinión: basta hojear los diarios de los últimos años para comprobarlo. Basta observar cómo se cubre hoy la noticia para verificarlo.
El torrente de descalificaciones sobre el muerto superó cualquier otro que haya recibido un presidente de este período de democracia plena.

Hace tiempo publicamos algo sobre el violento miedo de estos cuervos. El slogan clásico revela su efectividad explicativa: un burgués asustado siempre puede volverse un fascista violento. En esta nota se escribió:
"Hoy. La voz dice que tiene miedo y que está acosada. Expuso su temor a la Comisión de Libertad de Expresión de la Cámara de Diputados de la Nación. Allí Gustavo Sylvestre afirmó sobre unos afiches anónimos de repudio personalizado: “Ya hemos pasado por esto cuando estaba la Triple A”. Marcelo Bonelli dijo: “Todos sabemos cómo empieza esto, pero no cómo termina”, a lo que Joaquín Morales Solá iluminó: “No nos van a callar, aun si esta saga tiene que terminar con un muerto”, ya que el contexto actual implica “un clima de incitación a la violencia y al homicidio”.
Sabemos del botox y de las carteras caras. De su marido como su chirolita, hoy un Führer que todo lo maneja. De cómo se gritaban y cagaban a trompadas, sobre todo cuando ella tuvo calenturas con funcionarios de Gabinete. Tuvo ataques depresivos y pensó en renunciar; además es una medicada esquizofrénica bipolar. Forma parte de la asociación ilícita más corrupta de la historia. Ignora todo sobre todos los temas: el campo y la seguridad, en la punta. Organizó con Kirchner escuadrones de pistoleros para atacar ruralistas, utilizando el modelo ya vigente en la Tupac Amaru. Con la caja someten a todos los gobernadores, diputados, senadores, sindicalistas, intendentes, dirigentes sociales y ¡habitantes del conurbano bonaerense en general! Y tienen un ejército de cibermilitantes como Hugo Chávez, el único amigo de una Argentina aislada totalmente del mundo…
La lista puede continuar. Quienes tienen “miedo” hicieron ese listado: la prueba misma de todo lo que es posible decir sobre “la pareja presidencial”. Y por derogación de una ley, hoy la calumnia y la injuria sólo son una cuestión de discusión pública. En la misma línea argumental: en este “clima dictatorial de aprietes” todavía no se ha registrado una acción organizada de represión policial del Estado a la protesta social de calibre cercano al del clima de los 90 o, más cerca, a la fecha de la muertes de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán (detonantes del fin del gobierno de Duhalde). Más de 100 días estuvieron cortadas las rutas de la zona agropecuaria por ruralistas que en repetidas ocasiones afirmaron estar armados y que ejercieron puntualmente el poder de policía con requisas a camiones de carga; la respuesta de fuerza del Estado ni remotamente fue comparable con el sabor amargo de una represión en el puente de Corrientes à la “Freddy” Storani. Y la acción de la Triple A corresponde, en todo caso y usando más rectamente la palabra, a la ejecución de José Luis Cabezas."

Incapaces de pensar desde otro lugar, de poder pararse un momento al menos, este momento al menos, en otro lugar, siguen hablando, escribiendo, reporteando desde la misma posición. Esa posición, ese odio, les habla en su oreja, y repiten. En el manual de lo psicoberreta que usan para sus atildadas opiniones, no pueden leer algo elemental para quienes piensan así: todo el mal que se proyecta sobre alguien puede, justamente, hacerle mal.
En verdad, esa "prensa libre" es absolutamente incapaz de al menos enmascarar cómo la hiel se le escapa por la comisura, de ocultar cómo los colmillos se les salen por la boca.
Se dicen libres porque están absolutamente incapacitados, liberados, de pensar reflexivamente en su discurso y sus efectos. En su violencia vestida de equilibrio y mesura.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Una forma de pasar un duelo es recordar cuál fue la cosa buena que uno tiene en el recuerdo. Los momentos y las cosas buenas que el tipo impulsó. Que alguna vez, en los '90, en el 2001, en el 2003, parecían imposibles
Podemos nombrar algunas, unas pocas.
El cuadro de Videla y haber vuelto la política de Derechos Humanos una efectiva cuestión de Estado. La Corte Suprema más proba y mejor elegida de toda la democracia reciente. La derogación de la Ley de Flexibilización Laboral (la Ley Banelco), la apertura de las paritarias, el REPRO bancando las crisis. La férrea política exterior latinoamericana (cuando un genocida imbécil como Bush estaba en su pico). El pago de la deuda ilegítima, sí, pero también su reestructuración y su fabulosa reducción, en un porcentaje que ningún otro país logró todavía. La incorporación de 2.500.000 personas que en los '90 fueron expulsados del mercado de trabajo y que nunca, jamás, iban a poder jubilarse, junto al fin del negociado financiero más importante y usurario de la historia argentina: la apropiación del dinero de los trabajadores en las AFJP. La ley de medios. La ley de matrimonio igualitario. Llevar la inversión en educación al 6% del PBI: un reclamo histórico de la población en general, tanto como la Asignación Universal por Hijo. Haber retirado la policía de la represión de la protesta. Haber conducido el proceso por el que salimos de ese desierto de pobreza absoluta y violenta en el que nos habíamos acostumbrado a vivir y que, por momentos, parece que olvidamos que existía.
Recordemos, también, a quienes construyeron grano a grano de forma inclaudicable esa figura de psicópata demenciado, tan extendida en ciertas franjas del sentido común. Una figura, un odio visceral, que logró superar y subsumir todas las legítimas críticas que hubieron y hay sobre su acción política. Hoy esos cuervos están en silencio u ofrecen condolencias. (O en privado festejan, como supo pasar en otros tiempos aciagos).
Está bien la cortesía. Pero estemos atentos a qué se dice mañana. Porque la historia argentina sigue. Estemos atentos a cómo se habla de "las emociones", de "la vehemencia". A cómo pondrán en duda saludes mentales, fuerzas institucionales, construcciones políticas. A cómo con el cadáver se actuará sobre el poder democrático.
martes, 26 de octubre de 2010
¿Qué pasa en Playa Norte? II


lunes, 25 de octubre de 2010
¿Qué pasa en Playa Norte? I
Hoy se encuentran ante la situación de que el emplazamiento de los dos barrios a erradicar es de sumo y superior interés inmobiliario.
Eso no es invento trasnochado nuestro ni de la Asociación: lo dice el plan de ordenamiento urbano, tal como se publica en El Litoral del 28 de abril: de French al terraplén norte, casas de hasta 2 pisos; de Riobamba a la laguna (es decir: una cuadra) Torres ¡con vista al río!
sábado, 23 de octubre de 2010
Para quienes se hayan hartado de una cultura patriarcal que no da más...
¡SOMOS MALAS, PODEMOS SER PEORES!
(fragmento de la nota de Ana Fiol publicada en Pausa #65)
"La Marcha del Encuentro y la lucha para legalizar y universalizar el derecho de abortar sin morir: 30 cuadras compactas de feministas tocando tambores, voceando consignas políticas, repartiendo volantes y escribiendo todas las paredes transformaron a su paso la ciudad y a sí mismas. Una formidable demostración de fuerza y de desafío a la normalización patriarcal de los atributos de las mujeres y de la femineidad. Ruidosas, agresivas, insumisas, desobedientes, irrespetuosas, fuertes, reclamando a los gritos por una sexualidad libre de embarazos no deseados y por la soberanía, el derecho individual al propio cuerpo y a las decisiones que lo involucran. La Marcha es un único momento y lugar en el que nos reunimos como mujeres para rebelarnos de tanto “destino social de servidumbre”, como nos enseñara hace 60 años Simone de Beauvoir."

La nota completa te espera en PAUSA #65, ahora en los kioscos de SF por $3
jueves, 21 de octubre de 2010
Ya se está repartiendo el PAUSA #65

-¿Qué hará el Lole en 2011?
-Ana Fiol se manda contundente crónica y análisis del Encuentro de Mujeres
-Especial MÚSICA: Ale David y recital de Spinetta, Tito Bruschini en Mo' Blues y Deacon Jones, la flaca Tealdi nos explica qué tiene que ver Rage Against the Machine con la ciudad con mayor densidad de remeras de Pearl Jam por habitante, Marina Ramayo adelanta el nuevo disco de La Gordini y Donnie Zerbatto recomienda de la dvdteca del CCSF una gema de poppunkteen oriental
-El censista: ¡una terrible amenaza!
-Psicología deportiva y fútbol
-Apoyo a microemprendedoras
-Tamagnini ahora está en Bielorrusia... MALDITO TAMAGNINI que no para de viajar
Y más, y más, y más, y MAAAAAAAAAAAAAAAS
(si, eso fue un grito)
*******************EN PAUSA #65*******************
(o sea: compralo. Sale menos que un porrón)
sábado, 16 de octubre de 2010
Invasión (1969, de Hugo Santiago)
Por Donnie Zerbatto
De algunas calenturas gloriosas sólo me queda la memoria, algunas fotos en la cabeza. De unas pocas de esas franelas, el deseo de haber avanzado más: una semana, un mes de descajete furibundo. De sólo dos o tres atesoro la tan conocida y mentada nostalgia de lo que no fue (como la tristeza o la tos, tiembla en el pecho, pero de modo leve y rítmicamente siseante. A esa sensación ya le vendría bien un nombre, porque la frasecita para evocarla está de más gastada).
Invasión (1969) de Hugo Santiago es la franela circunstancial de la novia que nunca tuvo el cine argentino.

Uno de los mejores críticos que hayan dado estas landas publicaba serialmente en la Fierro de los ‘80. Afuera del circuito cinéfilo clásico, zambullido en esa peculiar banda que eran los lectores de las “historietas para sobrevivientes”, Ángel Faretta era una fusión entre filósofo marxista alemán de los ‘40 con nardo fanático del sci-fi y el fantasy: recomendaba con fruición y de modo agotador y recurrente la lectura de El señor de los anillos, en los tiempos en que salía en baratas ediciones tapa blanda de bolsillo –de la imprescindible Editorial Minotauro–, mientras al mismo tiempo se preocupaba por definir una propia teoría estética. De Invasión llegó a decir que fue uno de “los mejores films del mundo en los últimos años…”. Completamente por otro lado, alguno de esa pedante e imbécil runfla de snobs que escriben en El amante reconoce que es “la” peli de culto argentina. Esas afirmaciones absolutamente excesivas en la voz de un buen crítico y de un probable gansillo frívolo dan cuenta del vacío amoroso que produjo Invasión en el cine argento.
Con argumento de Borges y Bioy, la historia se resume a lo que su título indica; la invasión, la defensa de la ciudad invadida y la resistencia pueden pensarse como una anticipación de lo que vendría en el ’76. Lo mismo se dijo de la historieta de Oesterheld, El eternauta, de 1957. Puntualmente, Invasión contrapone a un grupo de uniformados tecnológicamente avanzados contra otro cuya organización, gustos y rituales pertenecen más a un código nostalgioso de un pasado a perderse que a otra cosa. Seres en rigurosas gabardinas claras, que torturan rodeados de aparatos de TV prendidos, contra milongueros medio borrachines comandados por un viejito amante de los gatos. Sería más razonable, entonces, filiar Invasión con el hitazo literario gorilón La fiesta del monstruo, producido también por B&B.
Sin embargo, pegando la vuelta, sería más razonable aún recordar que durante la dictadura la peli fue prohibida y su negativo fue robado de los estudios Alex. Sobrevivió como rareza en VHS; recién en el siglo XXI Santiago se encargó de comandar una recuperación y reedición del film (ahora en óptimas condiciones). Puede decirse que la historia se encargó de volver a escribir a la peli: hasta habría allí una suerte de celebración de la lucha armada.
O sería muuucho más razonable todavía recordar lo que Borges supo decir, varias veces y de varias formas: que las historias épicas con las que cuenta la humanidad son pocas, dos o tres a lo sumo. Que Troya puede ser Buenos Aires (por ello en el film se llama “Aquilea”). Que el chiste está en cómo se relatan esas épicas, donde lo fundamental es el tono más que los héroes. Si es así, entonces el chiste está en Santiago y su fenomenal director de fotografía, Ricardo Aronovich. Y en otro grosso, que hace la banda de sonido: Pichuco Troilo.
Santiago se fue a los 20 años a París, becado. Era 1959. Trabajó como asistente de Robert Bresson a los 23. Y a los 30 se metió con esa dupla de vejetes tarambanas que jamás se repitió en la historia cultural argentina. Su periplo no terminó allí: en 1974 hizo otra peli más con guión de Borges y Bioy (Los otros), pero nuevamente en Francia. Y en 1985 hizo una suerte de continuación de Invasión pero con guión de la principal pluma del radicalismo, Juan José Saer, llamada Las veredas de Saturno. (Se prevé para el año que viene una más sobre los avatares de Aquilea, Adiós, conformándose así una trilogía).
Actuaciones poco afectadas, casi secas, mujeres que hasta actualmente serían hermosas y una suerte de taita en el cuerpo de Lautaro Murúa, el viejo Buenos Aires como locación, el blanco y negro jugado a pleno contraste y unos travellings poderosísimos aportan a la riqueza visual de esta película. Cuesta entrar en su ritmo (se notan los 40 años pasados respecto de su producción) pero una vez adentro los hechos fluyen en un particular extrañamiento, hasta un giro final que, al mismo tiempo, interpela e inquieta.
Cochazos. La cantidad y variedad estilística de las escenas automovilísticas es, a falta de mejor palabra, sobresaliente. De día, de noche, de tarde, con el ojo en el receptáculo, en la circulación del vehículo o en la presa de una persecución, las tomas se suceden con una calidad y una marca fotográfica localmente inusitadas.
Olga Zubarry es la pareja de Lautaro Murúa en el film. Juntos llevan adelante una historia de amor centrada en los silencios y los secretos. Juntos, pero separados, se relacionan con la trama central de la peli. Juntos son muy hot.
Distopía. Si bien se utiliza el término como oposición a “utopía”, creo que le cabe mucho más a la extraña operación que se hace en la peli sobre Buenos Aires. Todas las locaciones son reconocibles (la cancha de Boca, el puerto, las callejas empedradas) pero parecen cinco centímetros corridas respecto de su función y lugar. Pasa lo mismo con el mapa de Aquilea: claramente es representativo de Buenos Aires, pero no es para nada el mapa de Buenos Aires. Es como si se usara al puente colgante como locación de una antena para conectarse con los extraterrestres y eso, en una peli, fuese creíble. En el sentido más estricto del término, el film le otorga un nuevo aura a la ciudad.
Publicado en Pausa #62
viernes, 15 de octubre de 2010
EL DESAFÍO DE TOMAR LA PALABRA.

lunes, 11 de octubre de 2010
A OCUPAR LOS ESPACIOS. Los documentalistas santafesinos se unen para hacer realidad la Ley de Medios por sus propias manos

viernes, 8 de octubre de 2010
¿Cómo hacer la Ley de Medios? (Salió Pausa #64)
La nueva Ley de Medios no existe si no sirve para hacer realidad viejos proyectos...

La nueva Ley de Medios no hubiera existido sin el debate y la participación de los que hacemos los medios...
