viernes, 24 de julio de 2015

Ahora viene la pelea principal

En octubre, además de la elección presidencial, la provincia renovará senadores y diputados.

Casi la mitad de las provincias ya eligieron gobierno para el período 2015-2019 y la primera conclusión que se puede sacar es que hubo una consolidación de los oficialismos. La elección presidencial es la única de distrito único: los 32.064.323 electores habilitados para sufragar elegirán entre los mismos candidatos. No hay otra instancia similar, por lo cual el último antecedente válido es el de octubre de 2011, cuando la presidenta Cristina Fernández de Kirchner llegó al 54%. Eso –y no las encuestas– es lo que hay que tener en cuenta al momento de analizar el escenario de cara a las primarias del 9 de agosto y las generales del 25 de octubre.
Incluida la reciente elección en la ciudad de Buenos Aires, nueve de los 22 distritos del país que este año votan ejecutivos ya eligieron a sus próximos gobernantes: en ocho ganó el oficialismo. Los principales referentes para la presidencia, Daniel Scioli y Mauricio Macri, aún no pudieron festejar una victoria trascendente que les permita caminar confiados el camino hacia octubre: el Frente Para la Victoria ganó en las provincias de La Rioja, Salta y Tierra del Fuego –de baja incidencia en el padrón– y el PRO hasta ahora sólo triunfó, con susto, en su único bastión –la ciudad de Buenos Aires– de la mano Horacio Rodríguez Larreta.
Hasta la elección en Santa Fe, en la que el macrista Miguel Torres del Sel quedó a apenas 1.700 votos de ganar la Casa Gris, el jefe de Gobierno porteño y principal opositor al gobierno nacional expresó un discurso basado en la idea de cambio radical, absoluto. La derrota en Santa Fe y el ajustado triunfo en Buenos Aires le cambiaron el eje a Macri: ahora reconoce aciertos y promueve la continuidad de muchas políticas del kirchnerismo. Su principal aliado en la provincia, el ex gobernador y actual senador Carlos Reutemann, aparece cada vez más distanciado de su “amigo”, como define al alcalde porteño. Reutemann se juega en octubre su continuidad en el Congreso, con su boleta pegada a la de un Macri en descenso. ¿Seguirá en el Senado seis años más? Compite contra dos candidatos fuertes –el kirchnerista Omar Perotti y el socialista Hermes Binner– y no hay lugar para los tres.

El desempate
Con un primer turno simbólico el 9 de agosto, en el cual ninguno tiene internas, Binner, Perotti y Reutemann competirán en las elecciones generales de octubre en las cuales Santa Fe renovará 10 de sus 19 bancas en la Cámara de Diputados de la Nación y sus tres escaños en el Senado, que se reparten dos para el ganador y el otro para el que salga segundo. El tercero, aunque quede a un voto, estará afuera de todo.
En la provincia, el Frente Progresista compite con el mismo esquema de 2013: un armado provincial que reúne a todos los partidos que lo conforman –el socialismo, la UCR, la Coalición Cívica, el GEN y otros aliados– sin referencia nacional. Luego de la buena performance en las provinciales del 14 de junio, el Frente para la Victoria propone a Perotti como primer senador y en la lista de diputados aparecen Marcos Cleri (La Cámpora), Silvina Frana (PJ Santa Fe), Alejandro Ramos (secretario de Transporte de la Nación y compañero de fórmula de Perotti) y Lucila De Ponte (Movimiento Evita).
A diferencia del Frente Progresista y del Frente para la Victoria, que lograron contener a todos sus sectores y además exhiben una fuerte presencia territorial, con candidatos provenientes de distintas lugares de la bota, el PRO santafesino se deshilachó después de las elecciones provinciales. El macrismo sólo contuvo a los puros –en los primeros lugares de la lista de diputados aparecen Anita Martínez, Lucas Incicco y José Nuñez– y a sus aliados reutemistas, con el Lole acompañado por Alejandra Vucasovich.
Binner, Perotti y Reutemann: cada fuerza santafesina larga sus peso pesado al combate.

¿Se repetirá en octubre el escenario de triple empate registrado el 14 de junio? Hay dos motivos que permiten sospechar que no: los resultados de las elecciones provinciales calaron distinto en cada fuerza (el Frente Progresista y el PJ salieron fortalecidos, mientras que para el PRO la derrota fue un golpe muy duro) y además hay distintas configuraciones de boletas (se utilizará el sistema sábana en lugar de la boleta única, con lo cual se reduce el margen de corte y tiende a haber mayor arrastre de los candidatos más importantes a favor de los menos conocidos).
Un sondeo de Andrés Mautone realizado a principios de julio, de 400 casos en Rosario, le otorga ventaja en senadores al ex gobernador Binner (26,9%), seguido por Perotti (25,9%) y, en tercer lugar, lejos, Reutemann con el 14,5%. Es un primer sondeo y la muestra solo abarca Rosario; aún quedan tres meses para las generales.
Inundados al Congreso
El Frente Popular, que postula a Víctor De Gennaro como presidente, inscribió en la provincia como precandidato a senador nacional a Jorge Castro, actor civil de la causa inundación, y a María Claudia Albornoz, referente de la Carpa Negra de los Inundados, como precandidata a diputada nacional.
Castro y Albornoz han puesto énfasis en acusar a Reutemann, actual aliado de Macri, por las siete muertes ocurridas en Rosario entre el 19 y el 20 de diciembre de 2001 y por la inundación de Santa Fe del año 2003, que dejó 158 víctimas y por la cual hay una causa penal en curso en la cual, de momento, el ex gobernador está sobreseído. Sin fueros, la suerte del Lole puede cambiar también en el plano judicial.

Mirando hacia octubre
En las primarias presidenciales solo se resuelve la interna del Frente Cambiemos entre Macri, el radical Ernesto Sanz y la líder de la Coalición Cívica Elisa Carrió y la interna del Frente UNA entre Sergio Massa y José Manuel De la Sota. Para el resto de los candidatos, será una encuesta de cara a octubre: una mucho más confiable que las que elaboran las consultoras.
Como ocurre en todas las elecciones presidenciales, una de las claves tiene que ver con la elección en provincia de Buenos Aires –el mayor distrito electoral con el 37% del padrón– que se realiza el mismo día. El kirchnerismo resolverá la interna de gobernador entre Aníbal Fernández y Julián Domínguez; el PRO postula a la vicejefa de Gobierno porteño María Eugenia Vidal. El resultado de octubre, entre el vencedor del Frente para la Victoria y la candidata macrista, será determinante para la presidencial.
Pasados los comicios porteños, Scioli –que aún no festejó ningún triunfo relevante, a excepción de la reelección en Salta del gobernador Juan Manuel Urtubey– aparece más entero que Macri y mucho más que Massa. No solo por los sondeos que circulan, que lo muestran como favorito, sino principalmente porque Macri no pudo ganar en Santa Fe –su gran apuesta previa a las primarias– y porque se llevó un triunfo pírrico en la elección en Capital Federal, donde su candidato apenas quedó a un punto y medio –descontados los votos en blanco– del postulante de ECO Martín Lousteau.
Esa recaída en el pago propio y el nulo desarrollo territorial del PRO envalentonaron al kirchnerismo. Sus principales referentes lo hicieron notar apenas terminado el balotaje porteño. Aníbal Fernández opinó que “el PRO es un partido vecinal” y que “Macri no ganó nada en ningún lado”: una referencia que abarca a Mendoza (donde ganó el radicalismo), a Santa Fe y a la propia ciudad de Buenos Aires. Scioli dijo algo parecido: “El balotaje dejó un sabor amargo en el PRO”. Hasta Massa aprovechó para montarse en la ola anti-amarilla: el tigrense piensa que la “debilidad de Macri” le abre una oportunidad.

Publicada en Pausa #158, miércoles 22 de julio de 2015
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