domingo, 21 de diciembre de 2014

Parque Alberdi: árboles y billetes

ANUARIO 2014. Las movilizaciones que detuvieron temporalmente la construcción de cocheras en el espacio verde del centro pusieron en el tapete un profundo debate sobre la vida urbana.

Desde mediados de este año se hizo sentir la resistencia contra la construcción de cocheras en el Parque Alberdi y la Plaza San Martín. El reclamo puso en el tapete la discusión sobre la vinculación de lo público con lo privado en la ciudad, y descubrió el velo de una ordenanza municipal que permite que en esta capital se practiquen contratos que nada tienen que envidiarle a las privatizaciones del menemismo.

Capítulo I: Parque Alberdi
El 14 de junio, la Asamblea en Defensa de lo Público comenzaba un acampe en el espacio verde situado frente a la API, ante la mirada desconcertada de los empleados públicos y transeúntes usuales del lugar.
Es que la Municipalidad había iniciado las obras para la construcción de cocheras semisoterradas en el Parque Alberdi, y un grupo de manifestantes se oponía tanto al proyecto como a su puesta en práctica.
La iniciativa, aprobada de forma unánime por el Concejo, contempla que la UTE ganadora construirá 295 dársenas para vehículos, ocupando de forma semisubterránea 7.280 metros cuadrados de los 15.245 que tiene en superficie ese espacio público. Con respecto a los árboles –uno de los puntos de discordia que tomó mucha relevancia, más allá del jugosísimo negocio que son las cocheras en sí–, el subsecretario de Ambiente local, Roberto Celano, indicó que de los 137 existentes se conservarán 65; 46 serán trasplantados en el entorno, y los restantes se extraerán.
Por otra parte, el Monumento a la Madre será restaurado y emplazado en un espejo de agua, y se instalarán nuevos juegos infantiles por rangos de edades. Celano remarcó especialmente: “la plaza no va a desaparecer”.
No obstante, los asambleístas enfatizaron en que la ciudadanía no fue informada sobre las modificaciones que sufriría el Parque, ni sobre el impacto ambiental de las mismas. También recordaron que se trata de un espacio que es Patrimonio Arquitectónico y Urbano de la Ciudad.
Por ello, ingresaron en la Justicia una serie de presentaciones para frenar los trabajos, pero no obtuvieron resultado positivo. El 23 de julio, el juez Eduardo Sodero rechazó el recurso interpuesto por el Centro de Protección a la Naturaleza (Cepronat) y exigió condiciones mínimas a la Municipalidad para continuar con las tareas, que poco después se retomaron, y prosiguen al día de hoy, bajo el mando de Park Centro, una UTE conformada por CAM y Ponce, dos grandes constructuras de nuestra región. Particularmente, CAM posee varios emprendimientos (como Puerto Amarras o el Hotel de Campo de Colón) que de forma directa o indirecta se relacionan con el secretario de la Producción de la Municipalidad, PabloTabares, o su familia.

Capítulo II: plaza San Martín
Mientras aún resonaba la controversia por el Parque Alberdi, se conoció que el Municipio y el Concejo (con mayoría oficialista) avanzaban en una iniciativa similar para la Plaza San Martín. La propuesta que recibió el visto bueno fue presentada por Ingeconser SA, que plantea la construcción y explotación de un estacionamiento soterrado con un total de 822 cocheras.
A nivel de superficie, la empresa ofrece la reubicación de esculturas, elementos característicos y especies arbóreas, y la reparquización del lugar, con vistosos y modernos canteros. Muy atractivo. Pero una vista simple del plano arquitectónico permite ver que ese tradicional espacio público sería convertido en un gran solarium. Y que poco o nada le quedaría de “espacio verde”.
La iniciativa está lejos de la instancia definitoria: está en revisión en el Municipio, que debe elaborar su propia versión para luego llamar a licitación. Y hace meses que el proyecto reposa, plácido. Porque aunque las autoridades locales no reconozcan públicamente el “efecto Parque Alberdi” –aparentemente, hacerlo sería señal de debilidad–, lo cierto es que acusaron recibo del golpe, y los cambios en la plaza San Martín quedaron en el freezer. Al menos por el momento.

Lo público y lo privado

La ordenanza 11.852 de marzo de 2012 establece que el Ejecutivo local “podrá celebrar contratos de concesión de obra pública, de servicio público, de uso y explotación de bienes y espacios públicos, o el que jurídicamente corresponda según el caso”.
Poco y nada queda del viejo Parque, que durante 2014 fue la residencia de todo tipo de intervenciones y marchas de los vecinos. Foto: Bárbara Favant.

Así, en Santa Fe un particular puede modificar aquello que es de todos y luego usufructuar por un máximo de 30 años los beneficios de esos cambios. Estamos asistiendo a la autorización de privatizaciones en nuestra ciudad, bajo el nombre de “Régimen de Iniciativa Privada”.
En función de esa normativa es que se aprobaron los trabajos en el Parque Alberdi (que además fueron habilitados por un irrisorio canon mensual de $1.000), y por ella es que se inició el proceso sobre la plaza San Martín.
Sea cual fuere el resultado, quedó claro que las autoridades no pueden llevar nada adelante sin el aval de los vecinos, que demostraron un poder de movilización inédito respecto de estas cuestiones de la vida urbana.
A esta altura, parece que la gente no se deja avasallar más: pregunta, demanda, y quiere que clara y contundentemente se les responda sobre lo que es suyo, de sus hijos y de sus nietos.
Como los parques. Que son de todos.

Publicada en Pausa #148. Pedí tu ejemplar en estos kioscos de Santa Fe y Santo Tomé.

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