miércoles, 17 de diciembre de 2014

El Lic. trae suerte


Luego de haber tenido que soportar repetidas acusaciones por parte de varios y varias miembros y miembras (y Niembra también) de este distinguido periódico durante todo el año, que no hacen más que confirmar el prejuicio de quienes lo vienen haciendo desde hace ya un considerable tiempo, aprovecho ésta, mi Hora Libre, para defenderme y demostrarles que la han pifiau. Sí, quiero que se haga justicia, aunque ello no repare los daños causados a mi moral y, peor aún, vida social.
“Callate, mufa”, fue uno de los hitazos del 2014; o al menos una de las referencias hacia mí más escuchadas en estos 365 días. Sí, así tratan a sus compañeros los amigos del Pausa (amén de haberme dicho chupamedias por haber tratado de “jefe” al jefe). Pero claro, no queda ahí la cosa. Como todos sabemos, la mentira que viene de arriba echa raíces en las capas bajas y también entre los lectores se propagó esta falacia: “El arte del buen mufar”, fue el copete con el que un pausero del Facebook compartió una de mis columnas.
Seguro ustedes pensarán que “de la nada, nada proviene” y, aunque sea mínima, alguna causa debe haber por la cual se tocan el o la izquierdo/a cuando me ven venir, o me piden por Dalma, Gianinna y Benjamin que no siga hablando. Estos ingratos se justifican en la columna Un embole mundial dedicada al homónimo donde dije que el fútbol era aburrido y resultó que fue el mejor campeonato del mundo de los últimos 30 años y Argentina, después de 24 años, jugó los siete partidos de la competencia. De allí, el “Dale Lic. seguí mufando que te falta un partido nomás”. Menos mal que nadie se acuerda que dos números después escribí una columna donde menciono por primera y última vez a Julio H. Grondona (Yo también me eduqué con Bilardo), fallecido 14 días después, porque ahí sí que mi fama sería irreversible.
Pero así somos los argentinos, vieron: un potus siempre nos tapa el bosque. Porque es mentira que sea mufa… todo lo contrario, como los almuerzos de la Chiqui Legrand, esta columna trae suerte, ¡carajo mierda! He aquí las pruebas que no me dejan mentir.
1.- Escribí Indio hacer barullo, una crónica de lo que fue Gualeguaychú con el arribo del ex Ricotero… y el ex Ricotero confirmó una nueva fecha antes de fin de año en Mendoza, lo que significa un incremento de 25 o 30 millones de pesos en su cuenta bancaria, exentos de impuestos municipales por espectáculos. De nada Solari.
2.- Y hablando de bancos, escribí ¡Clientes: atención! narrando cómo el banco me clavó con una cuenta y una tarjeta, y díganme ustedes cómo le ha ido a los bancos este año, ¿eh? Sí, ya sé, esta prueba es media tramposa: los bancos nunca pierden, pero bueno, tengo que traer agua para mi fuente, vieron.
3.- En esa misma columna que ya mencioné sobre la que se funda mi fama mufística, invité a los lectores a ver las finales de la NBA que jugaba Ginóbili. ¿Cómo le fue a “Manu”? Sí, salió campeón a los 36, venciendo al bicampeón reinante. Punto para el Lic. Amén de que Argentina después de 24 años volvió a jugar una final del mundo gracias a mi “mufada”. Pausa, vos también la tenés adentro.
4.- Este año me mudé a Gualeguaychú, me hice socio de Juventud Unida, empecé a ir a la cancha (después de años de haber renunciado al comercio futbolero), le dediqué la columna Sí, sí señores, yo soy de… al decano papelitero y “el Juve” ascendió por primera vez en su historia de más de 100 años al Nacional B. Contundente.
5.- ¡Quiricocho! fue la bienvenida a Mostaza Merlo a Santa Fe. Si bien Colón nunca salió de la zona de ascenso, la vuelta a Primera parecía complicada… hasta que develé la razón por la cual Merlo vino al club del sur de la ciudad. Doble cuota de suerte: Merlo recuperó prestigio y el Sabalero volvió a la Primera división de la AFA. “No, graciavó”, como diría un amigo.
6.- “Llora lo que todavía no ha vuelto a ser”, escribí en la columna dedicada a Mostaza, en referencia a Perico, hincha de Racing, quien hacía 13 años no podía gritar campeón con su amada Academia de Avellaneda. Perico, uno de mis ídolos literarios, me pidió expresamente que repitiera esa frase en las columnas siguientes a modo de cábala. Llore de la alegría por lo que ha vuelto a ser, maestro, el Lic. le ha traído un nuevo trofeo a sus vitrinas. Es lo menos que podía hacer por usted, barrilete cósmico.
Creo haber demostrado que los responsables del Pausa son unos ingratos mentirosos. Esto me lleva a considerar no volver a la página 3 el año que viene (como la Chiqui, que llega diciembre y siempre dice que es su último año en la TV). Aunque pensándolo mejor, ya que demostré traer buena suerte, podría usar la columna como espacio publicitario. Por un módico precio mensual puedo hacerles propaganda subliminal… duplique y hasta triplique las ganancias de su negocio, no hace falta que les dé más prueba de todo lo que este espacio provoca. ¡Y es año de elecciones! ¿Están buscando una banca en alguna cámara o concejo, un sueldo injustificado y una jubilación de privilegio obscena? ¡No lo piense más! Publicite en la Hora Libre que el Lic, sí, el Lic. se quedará con su dinero. ¿Satisfacción garantizada? Ah, no sé. Dicen que soy mufa… pero el que no arriesga no gana. ¡Felices vacaciones! Y no se quejen tanto de los mosquitos.

Publicada en Pausa #148. Pedí tu ejemplar en estos kioscos de Santa Fe y Santo Tomé.

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