miércoles, 8 de octubre de 2014

Revivir las viejas ruinas

Hoy en Santa Fe y el 10 en Rosario se estrena Secretos del mar dulce, un telefilm creado por realizadores locales.


Pensar la historia como un “mirar hacia atrás” es establecer un recorte innecesario, trillado, incluso podría decirse ilógico. El pasado no habita otro lugar que no sea el presente. Aunque muchas veces oculto, siempre puede suceder que una lluvia o cualquier otra fortuna bañe eso invisible con sus propiedades purificantes. Al pasado se lo recorre de frente. No obstante, seguramente las reconstrucciones se estancarán con esos restos faltantes que quedan incompletos, con grietas y huecos irremediables, como sucede por caso con las piezas cerámicas escondidas en el fondo de un río. Un buen recurso es el de ficcionalizar esos pedazos ausentes, agregar conectores metafóricos, tomarse licencias poéticas. Palabras más, palabras menos, a este curso se encomendó el equipo de trabajo de Secretos del mar dulce, una historia de Santa Fe La Vieja, un telefilm ambientado en esa misma localidad y codirigido por Iván Olesak y Lautaro Ruatta.
Cuidados tramos de ficción y fundamentadas secuencias documentales para revisitar la historia de Santa Fe La Vieja.

El proyecto de lo que primero sería una ficción neta y después mutó a una ficción documental, comenzó en esta misma época pero durante 2012, cuando desde Señal Santa Fe requirieron el trabajo de Olesak para producir “una pieza que agregue algo más al viaje de 4to grado que todos hicimos con la escuela. Pretendimos una pieza audiovisual que no se reduzca a dar cuenta de los motivos de la mudanza y cuestiones ya reseñadas, sino que entretenga e invite al interés por seguir investigando, simultáneamente” advierte Ruatta para Pausa acerca de este trabajo que se comenzó a filmar durante el último verano y que se estrena hoy a las 20.15 en el Cine América con entrada libre y gratuita. Sin embargo, sí hay cosas que la tradición oral tendió a jerarquizar de un modo acaso inapropiado y que de alguna manera intentan ser reparadas durante la narración: además de los ciertos problemas de inundación que los terrenos originales tenían, se le suman conflictos bélicos con los “calchaquís” (término genérico que los “vecinos” empleaban para nombrar a los pueblos originarios), inconveniencias económicas relacionadas con los accesos a la ciudad, y la lista continúa.

Entrevistas, representación de documentos indagados durante la investigación (con nombres y posesiones reales) y esos conectores alegóricos se conjugan para enlazar la historia de unos niños que siguen un juego propuesto por su abuelo. Gracias a ese juego se embarcan en una odisea revisionista que los llevará a la historia de Orejano, un hombre que deja un legado de varios siglos aún cuando su nombre significa “que no tiene marca” y de un alcalde que se bifurca entre el ejercicio de su autoridad y la erosión de su entereza íntima. También cuestiones de propiedad privada y de la identidad de un pueblo rellenan el lienzo de un clima social que se completa con muchos detalles propios de ese tiempo: fundamentalmente, la narración ocurre durante el 10 de marzo de 1655.
Además del evento de hoy, la película se proyectará en el Cine El Cairo de Rosario, este viernes 10. Luego de ello, esta historia de Santa Fe La Vieja intentará seguir el mapa de cines de la provincia para después ocupar espacio en televisión y en videotecas como material testimonial, pedagógico, artístico.

En Pausa #143, miércoles 8 de octubre de 2014. Pedí tu ejemplar en estos kioscos.

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