lunes, 15 de septiembre de 2014

La mujer que ama el vértigo

Lorena Blanco, la única representante femenina entre 49 pilotos que compitieron en el TC2000 en Santa Fe.


Desde la invención de la publicidad en el automovilismo deportivo, la mujer ingresó lentamente a ese mundo compuesto por hombres. Pero esa unión que se dio entre el deporte motor y la mujer se llevó adelante por la vía de las promociones, es decir: la mujer como objeto llamador. Lo que se dice una promotora atractiva o sugerente desde el aspecto corporal para publicitar el producto. Una clara utilización del cuerpo femenino como señuelo erótico, mujeres reducidas a culos, piernas esbeltas, enormes tetas, vientres planos y labios entreabiertos para cautivar un poco más a un grupo de señores sueltos (de sus señoras). Anuncios impresos en una remera, musculosa o calza ultra ajustada que se dirigen a un público masculino heterosexual y, también, a una población femenina heterosexual que recibe una imagen ideal según ciertos ojos masculinos.
Lorena Blanco vino al callejero de Santa Fe y compitió en la categoría telonera del TC2000: la Fiat Punto Abarth Competizione.

En el mundo de las carreras las mujeres sólo suelen valoradas por el físico y escasamente por sus capacidades intelectuales: un complemento publicitario del piloto y de todo el equipo de trabajo que él lidera (léase la escudería). Son prácticamente invisibles en todo lo que representan actos trascendentes. En tiempos de términos renovados, muchos, mientras leen estas líneas ya están pensando en la famosa “cosificación de la mujer”.
Esa visión es tan real como el éxito de una nueva disputa del Súper TC 2000 en Santa Fe. Y también es real que se puede descubrir un rol activo y trascendente de la mujer en el mundo del automovilismo. Ante la pregunta si existe tal rol, la respuesta es “Sí, existe”, pero esa afirmación no salió con demasiada facilidad y visibilidad. Y en un nombre se resume esa dificultad para encontrar el rol importante de la mujer en el automovilismo deportivo: Lorena Blanco. Ella fue la única representante femenina entre 49 pilotos que compitieron en Santa Fe.
La categoría principal, el TC 2000, saltó a las calles de nuestra ciudad con 24 autos, mientras que la telonera Fiat Punto Abarth Competizione, lo hizo con 25. Lorena (empresaria y ejecutiva hotelera) es oriunda de Buenos Aires. Con corazón, crianza y acento mendocino, llegó hasta el callejero para ser parte de la categoría monomarca (amateur). La peleó desde el fondo, y con su auto número 25, largó desde el puesto 25 (última); con paciencia, audacia e inteligencia, Blanco superó a nueve autos y terminó en el puesto 16.
Lorena, que participa desde 2010 en la monomarca Fiat, cuando comenzó a dialogar con Pausa no dudó en afirmar que la primera experiencia de correr de noche en un callejero “fue una de las grandes cosas que hice en mi vida”. Horas antes de subir al auto, se la veía ansiosa, repleta de ganas y con mucha alegría de volver (por cuarta vez) a pisar suelo santafesino.
Revisando el pasado aparece su padre, y recuerda que con él, junto a un grupo de amigos, empezó en el automovilismo cuando ella era chica. “Disfrutaba de los amigos, de los autos y de llevar a sus hijos al autódromo. Así empezó todo, uno de mis hermanos, de grande comenzó a manejar, mi papá por ese motivo lo llevó al autódromo, y por esas cosas de la vida yo terminé arriba de un auto y mis hermanos y mi padre no”, contó entre risas. Tanto le gustó, que le sugirieron que vaya a la escuela de pilotos de José Bianchi, “fui a practicar y terminé acá”.
Volviendo al mundo de hombres en el automovilismo, Lorena recuerda que “hasta antes de correr me tenían en cuenta para que sirviera café y para que me encargara de que siempre hubiera algo de whisky para después de las competiciones; y acá estoy ahora”, y agrega: “es un deporte bastante machista, pero nuestro grupo es muy especial, y una vez que te pones el casco somos todos iguales”.

Autos rosas
En estos últimos años apareció en la superficie del mundo motor nacional Violeta Pernice, una piloto oriunda de San Lorenzo (Santa Fe), que con apenas 22 años ya es muy reconocida y respetada por su participación en la categoría Top Race Series, siendo en la actualidad la única dama en participar en dicha categoría del automovilismo nacional.
En tanto, la joven que más palabras de elogios cosechó es la cordobesa Julia Ballario.
La chica que nació hace 22 años en Marcos Juárez llegó a la cima nacional corriendo en el TC 2000, pero pudo pegar un gran salto internacional y se convirtió en la primera mujer argentina en correr en una categoría de monopostos en Estados Unidos. Hace menos de un mes, con su auto color rosa, culminó la temporada en la Pro Mazda con un brillante 11º puesto en el campeonato.

En Pausa #141, miércoles 10 de septiembre de 2014. Pedí tu ejemplar en estos kioscos.

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