martes, 3 de junio de 2014

Segades: un amigo del rock

El mítico violero santafesino presentó su nuevo disco: Héroes de la resistencia.


Transcurrida una serie de intentos fallidos, la dificultad era evidente: el reproductor de Windows no corría el video de presentación. Más tarde, fallaron también algunos samplers. Difícil es relacionar a Raúl Segades con estos inconvenientes por un hecho simple: él está condenado a hacer lo que más disfruta y en la forma en la que siempre lo hizo. Cada vez que debió salir al cruce, lo hizo colgándose al cuello alguna de sus violas ploteadas y su voz más cruda, sencillamente. La velada en el Centro Cultural Provincial amuchó fanáticos (de esos que no se quedan sentados), familiares, amigos y, por sobre todo, expectativa por la presentación de Héroes de la resistencia, su nuevo disco, prometida por cada rincón de la ciudad.
Segades, una perenne gloria de nuestro rock. Foto: Remi Bouquet.

Unas mañanas antes, el Negro le cambia las cuerdas a su Washburn estampada con una imagen de Lara Croft y se confiesa “titulero, porque, más allá de que en SADAIC es ventajoso a la hora de registrar los nombres, voy dejando huellas de lo que he vivido”. La resistencia: ese lugar que resulta incómodo cuando llegan las dudas con las que los condescendientes a valores prejuiciosos nos bombardean. La devoción al empleo público o al mejor coche pican en punta en este escalafón de ideales impuestos que se comenzó a combatir musicalmente cuando la semilla se hundió en la tierra durante la dictadura y el legítimo boca a boca se enfrentó a la masificación de la cultura. Este movimiento, dice Segades, es para los que se animan a ver un poco más allá, a escuchar un poco más, a leer algo más. En la pugna, los héroes se están haciendo su espacio, porque la periferia está ocupando también más espacio.
“Yo no me veo haciendo otra cosa”, se confiesa el Negro y explica que “la música es el canal que yo encontré para ser alguien, para ser lo que más o menos soñé para mí y que tantas veces ha sido boicoteado. Por suerte un lugarcito me gané y quiero hacerlo valer cada vez más”. Ese lugar es el escenario entero, por donde Segades se hace enorme, yendo de aquí para allá sin dejar los machaques, soleando, cantando y hasta haciendo stand up.
“No me preguntes cómo es Hollywood” fue el tema que dio inicio al show. El recurso que organizó al set list de la presentación de su segundo disco fue la versatilidad del frontman, que va desde los riffs a lo Whitesnake hasta las versiones acústicas al mejor estilo Clapton. Emiliano Baroni en batería, percusión, coros y guitarras en las partes más light emerge de tanto en tanto desde el segundo plano para destacarse, con mucha prestancia. Fabio Gavilán aporta, además de coros, lo que se espera de un bajo en una banda de rock: contundencia y un lugar donde la canción puede reposar mientras la guitarra enmudece. Así Segades se paseó dos horas de show recibiendo los coros del público, doblegando inconvenientes técnicos a fuerza de canciones de rock con encanto ochentoso y baladas rancheras como las aclamadas “Creo que no debí haber resucitado” y “La cabaña del tío Sam”. La veintena de canciones que sonaron constituyen la confirmación de que el mismo número de años al servicio de lo que se ama hacer, de por sí, ya es un éxito.

Publicada en Pausa #134, miércoles 28 de mayo de 2014
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