sábado, 8 de diciembre de 2012

¿No te dan ganas de ser de Vélez?


Ejemplo institucional y deportivo, el club de Liniers es un grande del fúbol argentino.

Por Gastón Chansard


Si el fútbol no fuera todo lo pasional que es, con sus ribetes románticos de fidelidad eterna y sus dosis de locura que suelen encarnar hasta los más cuerdos en alguno de los noventa minutos del partido, todos los futboleros en estos años deberíamos ser, al menos por un encuentro, hinchas de Vélez Sarsfield. Y a no tomarlo como un acto de traición al club de sus amores: simplemente, como un gesto de reconocimiento a la institución de Liniers (o también, como un hecho de egoísmo pleno para satisfacer nuestro lado más exitista).
En tiempos en donde se busca de manera desesperada ejemplos de buenas conductas, de administraciones responsables, de actos de coherencia, de transparencia, pero al mismo tiempo de éxitos urgentes (la ansiedad es la enfermedad de moda), Vélez reúne muchas de esas cualidades que gran parte de la sociedad argentina suele clamar.
En lo estrictamente futbolístico es un club que tiene como columna vertebral las divisiones inferiores. En la educación futbolística y escolar de los chicos Vélez comienza, año tras año, a levantar sus cimientos para sostener una sólida estructura que se termina reflejando en el plantel de Primera División. Augusto Fernández, Fernando Ortiz, Marcelo Barovero, Héctor Canteros y Juan Manuel Martínez fueron la base del muy buen equipo de Gareca en la temporada anterior, y para afrontar este nuevo logro deportivo la dirigencia velezana solamente desembolsó una gran suma de dinero en la llegada de Facundo Ferreyra (pagó dos millones de dólares por el 50% del pase de un jugador que venía de descender con Banfield), actual goleador del equipo y del campeonato. A esa clase de decisiones le cabe el viejo dicho popular: “Donde pone el ojo, pone la bala”. Y Vélez suele poner el ojo y después la bala con mucha continuidad, por lo tanto no es difícil llegar a la conclusión de que no se trata de suerte, sino de sabiduría a la hora de elegir para amalgamar a ese nuevo jugador en la estructura de equipo que conforma el director técnico.
Y hablando de DT y de ojos para apuntar, ahí aparece otra enorme virtud de los directivos, como fue la designación de Christian Bassedas (un hombre de la casa) para ser el asesor del fútbol profesional. Y de la mano del ex jugador y campeón en ocho oportunidades con Vélez (cuatro títulos locales y cuatro internacionales) llegó la elección de Ricardo Gareca como entrenador. Desde 2008 a estos días, Bassedas se desempeña en su función sin que se le conozca públicamente ningún tipo de escándalos o peleas con nadie de la comisión directiva, jugadores o miembros del cuerpo técnico. El asesor del fútbol profesional en su  momento apuntó al “Tigre” Gareca para ser el técnico de Vélez y, juntos, cada uno en su lugar, armaron los planteles que, desde 2009, le vienen dando alegrías al hincha velezano. Maximiliano Moralez, Larrivey y Sebastián Domínguez fueron los refuerzos indicados por Bassedas en el comienzo de su gestión y terminaron siendo figuras en el equipo que se consagró campeón ante el recordado Huracán de Ángel Cappa (Clausura 09).


El primer título de Gareca, en 2009, el subcampeonato del Apertura 2010, el acceso hasta la semifinal de la Copa Libertadores el año pasado, el posterior título en el Apertura 2011 y la nueva estrella que consiguió el pasado domingo explican todas las propuestas que recibió el DT para abandonar la institución, pero las condiciones de trabajo, la planificación de la dirigencia, el respeto por la tarea desarrollada y el esfuerzo económico para cumplir con los deseos planteados por el técnico hicieron posible que el Tigre perdure en su puesto durante cuatro años consecutivos, situación casi irreal para el histérico fútbol argentino.
Vélez, como cualquier club, tiene la necesidad de vender algunos jugadores importantes (Silva, Moralez, Larrivey, Ricardo Álvarez, Zapata, Juan Manuel Martínez, Barovero y Otamendi entre otros) para sostener su economía, pero tiene la capacidad de generar otros buenos jugadores que encajen en el engranaje de juego que propone Gareca. Por ese simple y sencillo motivo, que es saber siempre a qué quiere jugar, el Fortín continuamente da pelea por el título y termina festejando campeonatos.
Asimismo merecería otra nota el resto del club, donde a nivel cultural, educativo y deportivo en general también es ejemplo a imitar en todo el país. Para los interesados, y sólo a manera de introducción al mundo Vélez, dedíquenle unos minutos a ingresar al sitio oficial de Vélez en Internet, una de las mejores web de un club deportivo, donde se destaca un trabajo de prensa digno de aplaudir por todos los colegas que se dedican a la prensa institucional.
Hace casi un año y medio atrás, cuando Vélez daba una nueva vuelta olímpica, el escritor Mempo Giardinelli escribía: “esta estrella se suma a las logradas en los campeonatos: Nacional 1968, Clausura 1993, Apertura 1995 y Clausura 1996, 1998, 2005 y 2009. Y sin embargo todavía –paradójica o neciamente– muchos lo consideran un club “chico”, aunque Vélez sólo es superado en cantidad de títulos y copas obtenidas (ocho en Argentina y cinco internacionales, incluyendo la Libertadores y la Intercontinental) por Boca Juniors, River Plate e Independiente”. A esa justificada bronca que siente el hincha velezano por no ser considerado grande, se le suma una estrella más para iluminar sus argumentos a la hora de afirmar que Vélez ya es un grande indiscutido en el fútbol argentino. Si ser grandes es el resultado de la suma de cantidad de títulos y popularidad, sólo deberían ser tres: Boca, River e Independiente. Pero si en esa lista de los grandes figuran Racing y San Lorenzo, a Vélez, con nueve campeonatos locales y cinco títulos internacionales, le sobran blasones para estar al mismo nivel.
Por el bien del fútbol argentino, que Vélez sea una enfermedad contagiosa y les llegue a todos los clubes.

2 comentarios:

doguinerpe dijo...

No tengo una mierda que envidiarles a los de Vélez,lo nuestro es sólo triunfos, alegrías, nunca un kilombo y demás...ah, me olvidaba, yo soy de Racing.

Anónimo dijo...

Los denominados "grandes" nunca, jamás, tuvieron ese mote por la cantidad de títulos. Me extraña que un escritor del "interior" no se de cuenta que caminando la Provincia podes encontrar muchos hinchas de los conocidos cinco grandes (obviamente, hay clara primacía de River y Boca), mientras que hinchas del club de Liniers los contás con la mano. Haces mención de la "popularidad" de Velez, pero no das ningún ejemplo (claramente porque Velez NO es grande y tales ejemplos no son encontrables).
Con el resto de la nota concuerdo.