martes, 12 de noviembre de 2013

La cultura popular ganó la Mitre

Por 12 años más El Birri seguirá funcionndo en la vieja Estación Mitre. El comodato firmado con la Municipalidad y su relación con el intento de desalojo del 15 de febrero.

La Municipalidad cede gratuitamente a El Birri, y éste formalmente acepta, el uso de las partes de la Ex Estación Ferroviaria Mitre”. Así comienza la primera cláusula del contrato de comodato que acordaron el Estado local y la Asociación Civil Centro Cultural y Social El Birri, firmado el viernes 25 octubre, después de un extenso período de audiencias que comenzó cerca de un mes después del intento de desalojo del que participaron fuerzas policiales, la Guardia de Seguridad Institucional y varios funcionarios del municipio.
El diálogo fue llevado adelante por representantes del plenario de El Birri (la organización toma sus decisiones a través de instancias horizontales de discusión) y por funcionarios como la concejala electa Adriana Molina y el secretario de Cultura Damián Rodríguez Kees, el fiscal municipal, Esteban Gaggiamo y la subsecretaria de Legal y Técnica, María Martín.
“Negociación no es la mejor palabra: demostramos que El Birri se usa de manera exclusiva para la actividades de este lugar, que son culturales, sociales, políticas. El proceso fue demostrar eso, y no sólo en una oficina sino en la calle. En la oficina se devolvió un reconocimiento posible desde el Estado. El Birri es un proyecto, lo enfatizamos desde el 15 de febrero, por cien años de cultura popular”, apreció Manuel Venturini, uno de los integrantes de El Birri.
Mediante sucesivas movilizaciones y con el apoyo de una Multisectorial, el Centro Cultural hizo fuertes sus posiciones a través de la recuperación inmediata del espacio, tras los hechos del 15 de febrero, y reuniendo a los colectivos militantes de la ciudad, quienes hacen de la vieja estación un lugar propio. “Los que estuvieron acá son todos los espacios en lucha: estudiantiles, laburantes, de los barrios... Una gran construcción de poder popular en la ciudad. Uno puede ser consciente de que se está construyendo poder, pero hasta que no lo pone a prueba realmente no tiene la certeza. Aprendimos que lo que estamos haciendo vale: esto fue una gran reafirmación”, festejó Venturini.

Los detalles
El nuevo comodato supera lo que estaba estipulado en la convenio anterior. Si antes el plazo de la cesión de la Mitre era de cinco años, hoy es de 12: habrá Birri al menos hasta 2025. Además, todos los espacios de la estación, planta baja y alta, serán gestionados por la Asociación en función de sus actividades (antes, el hall central era de uso compartido). Se fijaron, además, horarios para el funcionamiento nocturno: de domingos a jueves hasta las 23.00, viernes hasta la 1.00 y sábados y vísperas de feriados hasta las 2.00. Hay una puerta abierta a la madrugada, a partir de la solicitud de autorización ante la Secretaría de Control.
Además, se establece la articulación de una Mesa de Gestión Conjunta para el reacondicionamiento edilicio. Esta mesa estará compuesta por equipos técnicos de El Birri y el municipio y tendrá autoridad sobre los proyectos de refacción, los cuales quedarán a cargo presupuestario del Estado.
La marcha del 21 de febrero a la Municipalidad convocó a más de tres cuadras de personas. Así comenzó el camino al nuevo comodato.

“Esta estación tiene más de 100 años y no se le ha hecho nada en la cuestión estructural durante muchísimo tiempo. Hay muchos puntos por donde arrancar”, explicó Ángel “Lalo” Liberatti, de El Birri. Venturini continuó: “Nosotros conservamos los picaportes originales, los baños originales, acá se ha cuidado todo. Lo que necesitamos ahora es ir acondicionando lo que el edificio no resiste y que necesita muchos más capitales que los que una organización social puede producir. El principio es adentro, cuestiones relativas a un edificio que está desgastado. Mucho después vienen las cuestiones estéticas, que también se tienen que dar desde los que lo habitan, desde los vecinos del barrio y no desde un ‘artista’ o arquitecto que viene de afuera a decir cómo se pinta el frente”.
—¿Cuál es el rol de los técnicos de El Birri en esa Mesa?
La Mesa fue una propuesta que vino desde El Birri, que con su historia dentro del edificio lo conoce, lo viene trabajando desde hace mucho tiempo para sus actividades. Las organizaciones tienen sus propios equipos técnicos, que son igualmente capacitados que los estatales y que tienen la ventajas de conocer el funcionamiento interno. La restauración que se le puede dar a un centro de convenciones es entendible porque ocupa un lugar fundamental en la lógica y la estructura del Estado; esta Estación hoy está llevada adelante por una organización social, y esa es una lógica que el Estado no comprende. Planteamos igual participación para nuestros equipos técnicos, porque todos queremos que el edificio esté en mejores condiciones, pero siempre y cuando se respeten las lógicas de la organización.

Para adelante
La estación tiene la temperatura refrigerada propia de los sótanos, frente al solazo de la siesta de noviembre. La planta baja está vacía, la hamaca de trapecio pende muerta y una gata blanca come de un platito. En la planta alta, dentro de la habitación del Centro de Documentación Rojo y Negro, Venturini y Liberatti analizan la naturaleza de las relaciones entre las organizaciones horizontales y el Estado.
“Lo que hacemos es lo que hizo que un montón de gente salga a defendernos, y lo que hacemos obliga al Estado a reconocer el trabajo que se hace acá. La organización fue creciendo, demostramos que el Birri es fundamental para la ciudad, que existe, que tiene mucho recorrido y que no se puede parar. El del comodato fue un proceso duro porque el Estado no reconoce este tipo de procesos organizativos. Sea cual sea el nivel de Estado, esto no es particular del gobierno municipal. Todos los niveles del Estado pueden querer quitarle a las organizaciones sociales su lugar de trabajo. Hoy, hemos podido demostrar que el desalojo no es posible”, sentenció Venturini, mientras que Liberatti apreció que “el proceso fue reforzar las cosas por las que nos podemos quedar en el lugar. Reforzar y hacerlas visibles. Después, el comodato es una herramienta. Lo más costoso del proceso en sí fue hacer visibles las razones por las que queremos quedarnos en la Estación Mitre”.
Durante los últimos meses, el desgaste para la gente de El Birri fue mayor. Sin embargo, ya se encuentran organizando el cierre anual de los talleres de niños y adultos y trazando las líneas del próximo Carnaval. Ahora es el tiempo de retomar la tarea y hacerla crecer, por los primeros 15 años de los futuros 100 de cultura popular.

Publicada en Pausa #125, miércoles 6 de noviembre de 2013

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