viernes, 4 de octubre de 2013

¿Qué vas a hacer con el recuerdo?

La memoria comida por las cucarachas y la humedad, frente a la esperanza en 2014.

Por Gastón Chansard

“¿Qué vas a hacer con esas revistas que encontré abajo del asador?”. La inesperada limpieza, la búsqueda de un objeto o la llegada del orden a un lugar siempre presidido por el desorden son algunas de las alternativas previas a esa consulta tan doméstica. Y se desata un universo de sensaciones y reflexiones, que tienen que ver con el recuerdo, con la niñez, las contradicciones del crecimiento, lo que pudo haber sido y lo que no fue, la mismísima historia, la bronca desmedida de llegar a ese bendito asador y encontrar El Gráfico del 1 de julio de 1986 (“¡Campeones del mundo!” y la foto de Maradona alzando la copa) atacado por la humedad, las cucarachas y algún que otro roedor.
Asombro, furia y tristeza. Me atreví a tocar las revistas, para que el roce de las manos con el papel certificara el asqueroso deterioro de una tapa histórica en la vida de millones de argentinos. Revisé las otras y, al levantar la primera, sentí cómo el papel se rompió ante el movimiento. La cara de felicidad de Diego se rasgaba en la tapa que El Gráfico había titulado “No llores por mí Inglaterra”. Un gesto inoportuno hizo pedazos otro recuerdo que marcó a lágrimas la felicidad de un pueblo futbolero.
Como si fuese un ataque perfectamente planeado, apuntaron al cuerpo y alma del Mundial 86, y los ejemplares más dañados eran (son) cinco: “La hora cero del Mundial”, con la histórica tapa de Passarella y Maradona juntos, aunque peleados (luciendo  el típico sombrero mexicano); “Valioso debut ante Corea”, con la foto de Valdano haciendo el primero de los tres goles a los asiáticos; “No llores por mí Inglaterra”, “Campeones del Mundo” y “El Bilardo que nadie conoce”, con la foto del DT, que también sufrió los ataques de la humedad santafesina y otros bichos de mierda.   

Pasado para el presente
La tarea de decidir qué hacer con esas revistas se transformó en una obra dramática escrita por algún psicólogo volcado al mundo del teatro. Sentí que esas cucarachas y ratas se habían comido una pequeña parte de mi infancia, pero en mi afán por recuperarlas comencé a revisarlas, una por una. Y además de las cuestiones que atraviesan la vida de cada individuo cuando recorre los años a través de un objeto –en este caso, revistas–, luego de ver algunos partidos de fútbol el último fin de semana, miraba con más nostalgia tapas de Ricardo Bochini en varios pasajes de los años 80. Entre ellas, una decía “Independiente fue un show”. Otra, Newell´s campeón de la mano del Tata Martino, pero esa vez como jugador; Francescoli gritando un gol contra el poderoso Argentinos de Yudica; otra decía “Ferro es una máquina”; “El año más grande de River”, en alusión al campeonato local, Libertadores de América e Intercontinental de 1986; “Boca sigue la fiesta” con la foto de Batistuta y Latorre en 1991.
¿Será que el fútbol argentino está tan estropeado como esas revistas que estaban abajo del asador o será que ya empiezo a mirar como un viejo? Muchos de los que seguimos observando este deporte nos empezamos a conformar con muy poco, entonces somos capaces de emocionarnos con un tiro libre que puede llevar peligro en el área rival, celebramos el orden y lo combativo de un equipo de mitad de cancha hacia atrás, nos ponemos ansiosos y hasta podemos insultar al jugador que no pasa como una máquina en velocidad hacia delante (hoy cuestionan a Riquelme, imagínense a un Bochini en estos tiempos), nos emocionamos con dos tiros de esquina seguidos. Por eso, cuando aparece un campeón como Newell´s, podemos argumentar que se puede jugar mejor, que se puede conservar la genética del buen fútbol argentino, que mucho de lo viejo se puede atesorar para seguir logrando éxitos.

Que 20 años no es nada
Entre tanto olor a papel húmedo y hojas decoloradas, apareció un diario literalmente amarillento que tenía en su portada como título principal: “La Selección no pudo absorber el golpe”. Era un Clarín del 1 de julio de 1994, que tenía la particularidad histórica para el periodismo argentino de hacer referencia en todos los títulos de tapa a la selección y a Maradona en el triste Mundial de Estados Unidos. La noticia principal destacaba la derrota de Argentina ante Bulgaria por 2 a 0, luego de la obligada salida de Diego por dóping; con ese resultado terminaba tercera en la zona y clasificaba con lo justo. Los otros títulos decían: “El ídolo y la gente” (informe especial donde opinaban artistas, políticos, intelectuales y deportistas). “Juro que no me drogué”. “Con Rumania, por la revancha”.
En ese diario la humedad, los insectos y roedores no hicieron daño. Quizás la cara de dolor de Maradona, la imagen de Ruggeri tomándose la cabeza y Goycochea mordiéndose el labio inferior conmovieron a los destructores del papel. Obviamente me detuve en la lectura de ese Clarín de casi 20 años atrás y, además de encontrar en su página 2 un titular que hablaba del “último día para optar entre el sistema de jubilación privado y el estatal” (menemismo al palo), las notas futbolísticas rescataron de mi memoria lo bien que jugaba esa selección de Basile, quizás la última en desplegar tanto fútbol. Y ahora que ya estamos en el Mundial, que tenemos asegurado el boleto a Brasil 2014… ¿quién nos puede quitar la ilusión de volver a ver una selección con buen fútbol 20 años después?
A poco menos de un año del comienzo del Mundial, estamos en condiciones de alimentar nuestras esperanzas a partir de la buena tarea de Alejandro Sabella al frente del seleccionado. El ex DT de Estudiantes encontró una buena parte de la base del equipo que jugará en Brasil, sólo le resta encontrar los laterales y un arquero que le de de mayores garantías. El resto está en condiciones competitivas para ser un elenco de buen trato de pelota y altamente ofensivo. De solucionar algunos aspectos defensivos, y con el toque de suerte necesaria para los mundiales, Argentina puede llegar en 2014 donde todos esperábamos que llegue en 1994.

Publicada en Pausa #122, miércoles 25 de septiembre de 2013

Disponible en estos kioscos

No hay comentarios: