martes, 30 de julio de 2013

Diez años en ocho variables

Comparamos los resultados de los censos de 2001 y 2010 en Santa Fe y Santo Tomé. La evolución demográfica regional abre a nuevas preguntas, contrastes y desafíos.

Por Juan Pascual
Infografía: Juan Curto para Barcelona Buró

Las variaciones intercensales muestran cómo fue el desarrollo demográfico en el territorio en donde se aplicaron los cuestionarios. Con los resultados del Censo 2010 en publicación, hemos procesado los datos de algunas variables que pudimos cotejar respecto de lo que arrojó el Censo 2001: acceso a cloacas, agua corriente y gas natural, posesión de piso de cerámico y de computadora en la vivienda, necesidades básicas insatisfechas y condición laboral. Los porcentajes fueron calculados sobre el total de habitantes al momento de cada censo.
Primero, preguntas: ¿se están yendo los santafesinos de su ciudad? ¿Cómo deberían diseñarse las políticas urbanas en coordinación con Santo Tomé (y la nueva ciudad, Rincón)? El crecimiento de la población en todo el país fue del 10,6%, mientras que en Santa Fe apenas orilló el 6%. Y, a la inversa, en Santo Tomé fue casi del 12%. Una gran estructura urbana, centralizada en la capital, se está conformando; la coordinación en materia de transporte y vías de tránsito se hace tendencialmente indispensable.
Segundo: la distancia que hay entre la mejora de las condiciones de vida individuales de los habitantes y el desarrollo de la infraestructura urbana (y cómo repercute en las vidas de los ciudadanos). Las coberturas de agua corriente y cloacas prácticamente no han variado en su alcance. De hecho, el aumento de población en nuestra ciudad superó al de la red cloacal y, por ello, si en 2001 el 53% de los habitantes de la capital provincial accedía al servicio sanitario, hoy sólo lo hace el 50%. A la inversa, se ha registrado un aumento destacable en la cobertura del gas, pero en ninguna de las dos ciudades se supera el 44%. En el caso del agua, el aumento en Santa Fe fue apenas del 2%; en Santo Tomé el crecimiento fue mayor, pero más del 20% todavía no accede a la red. El descenso en la cantidad de habitantes que viven en un hogar con NBI y la mejora en la estructura ocupacional corren en un sentido inverso respecto a este estancamiento demostrado en las otras variables.
En suma: crecimiento de expectativas individuales, por una mejora de las condiciones particulares, en contraste con un estancamiento en las condiciones de vida que han de ser sustentadas por la actividad pública, el Estado.

El crecimiento relativo en la cantidad de pobladores en Santa Fe es notablemente inferior al de Santo Tomé (prácticamente, la mitad). A este ritmo, recién dentro de 40 años la capital de la provincia llegaría a rondar los 500 mil habitantes. 

De red pública (agua corriente), de una perforación, de un pozo, de lluvia, transportada por cisterna o del río mismo: lo cierto es que en 10 años apenas un 2% y un 7% más de los habitantes de la zona pudieron acceder al elemento en su mejor calidad.

Ocupados en gris, inactivos en blanco, desocupados en negro: la evolución del mercado laboral en la región, durante estos últimos 10 años, fue francamente favorable en lo referente al dato más duro sobre empleo, ya que aumentó tanto la actividad como la ocupación.

El acceso al fuego a bajo precio es un privilegio. A este ritmo, será necesario más de medio siglo para que las dos ciudades lleguen a ser cubiertas por la red de gas y dejen así sus habitantes de tener que pagar más por el zeppelin, la garrafa, el tubo o la rústica leña.

Hacinamiento crítico, incovenientes en el acceso a la vivienda, malas condiciones sanitarias (como no tener inodoro), chicos que no asisten a la escuela o pocos ingresos: cualquier habitante que viva en un hogar con una de estas variables es un NBI. 

Ni tierra, ni cemento al ras, ni ladrillo: el piso de cerámico denota dónde hay una mayor inversión en las viviendas de los habitantes de la zona. Sin embargo, han sido muy pocos los que pudieron financiar esta mejora: un 4% y un 2% más en los últimos 10 años.

Fundamental para poder vivir en buenas condiciones de salubridad e higiene, el acceso a la cloaca sigue siendo un factor de desigualdad muy marcado en Santa Fe y Santo Tomé, donde apenas la mitad de los habitantes puede enviar sus desechos a la red pública.

El salto en la digitalización de los habitantes en las dos ciudades no llega a constituir a la computadora en un bien muy extendido, pero sí muestra una tendencia hacia la expansión, más si se consideran los efectos del plan Conectar Igualdad, no registrados en 2010 


Publicada en Pausa #117, miércoles 17 de julio de 2013

Disponible en estos kioscos.

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