miércoles, 17 de abril de 2013

El margen y la vanguardia

No lo Soporto y Diamantina: los números centrales de la primera fecha del año de Suena Rizoma.

El boca a boca ha muerto, pero vive en los eventos de Facebook y en la diseminación enfervorizada de los mensajes de texto.
Corría mayo del año pasado y cierta ebullición vertiginosa sacudió los canales digitales. Un espacio ganado por el under, Taboo, enfrente de la plaza de las palomas, iba a recibir una visita inusual: un azote de pop para hacer temblar parte de la rigidez rocker. Viejos amantes de Celestito y de Tokio Ga, todo el joven cenáculo literario local, el clan unido de la imagen (enlazados en el diseño, la fotografía, la ilustración), guerreros y guerreras del antiguo Tudor –que aún sigue latiendo como un templo de una abandonada religión secreta–, fiesteros electrónicos de memorables warehouses en San Gerónimo y Salta o Casasueño y nuevos cuerpos sin prejuicios recibieron las baladas acústicas de Leo García y las melodías de Los Todopantalla y bailaron al ritmo de las chapas y las visuales de tres reyes del disco: Lks Ga, Di y Gonzalo Gatto.
Fue la primera edición de una fiesta, Suena Rizoma. El grito inicial ya rompió la desconfianza: se sabía que de allí iba a surgir una herencia. En septiembre vio la luz, estroboscópica y negra, cuando trajeron al mismo lugar a El mató a un policía motorizado, ícono indie nacido en La Plata. Junto a ellos, el dúo local de denso rock electro ññññ y Nacho y el robot. La propuesta era distinta, el público aumentó y hasta antiguos rolingas sacaron a relucir su amor por las guitarras peladas.
Luego hubo un viraje: más íntimo, más húmedo, con más calor. En noviembre, Rizoma trajo a Santa Fe el set acústico de Ariel Minimal y Flopa y lo acompañó con la lírica musical de Sonido Lila y Salvador Bachiller, el aka del cerebro de Ediciones Diatriba, Fernando Callero, quien también aportó sus libros a la velada, los cuales fueron leídos en vivo. Junto a él, el editor rosarino Iván Rosado también sumó sus lecturas, mientras el artista plástico Leandro Jacob puso sus postales.
Con esas tres fechas Suena Rizoma había demostrado su robustez y su propósito. El engendro había crecido y hundido nuevas extremidades en la movida local, sin jerarquías, sin mirada torva y con un único anhelo: agitar.
“Promover la originalidad de la propuesta a través de sus diferentes texturas y generar una imagen atractiva para un público curioso y en constante renovación implica que Rizoma no apunta a un género específico sino a distintos estilos, por lo tanto, la propuesta está dirigida a todo aquel que le interese participar”, explica Leticia Gerhauser, una de las organizadoras de los eventos, originado junto a Betania Cappato, Virginia Borgarello y Aníbal Chicco. Y luego continúa: “La persona que se sienta atraída es a quien apunta el evento, la música no es finita. Desde los sentidos que le adjudica al término el filósofo Deleuze, Rizoma remite a esa raíz cuyos brotes pueden ramificarse en cualquier punto: un espacio de interacción sonora y artística sin jerarquías que intenta fusionar ritmos y nuevas tendencias contemporáneas”.

Nueva raíz
Ahora, Suena Rizoma planea una fiesta en una nueva dirección. Esta vez será en los Altos de Island (Bulevar Gálvez 2365), el viernes 19 de abril a las 22.30, con la ambientación especial de la artista plástica Carla Tortul. Actuarán No lo Soporto, de Buenos Aires, un quinteto de rock-pop, con toques tecnobailables, que supo contar con el padrinazgo del Flaco Spinetta y de Gustavo Cerati y que ganara el premio a Mejor Banda Independiente de Latinoamérica en los premios MTV. Junto a ellos, Diamantina, con la voz de Alejandra Papini, alma mater del estilo pop santafesino. Las entradas tendrán un valor de $30 hasta las 12:30 del 19 de abril, luego el precio será de $40.
Además, por ser el primer Rizoma del año, el domingo 21 habrá un show especial en Stanley Rock Bar. Quienes asistan el viernes, obtendrán un importante descuento en la entrada del domingo para presenciar al dúo brasilero de electro-folk Finlandia, junto al local Estephen Galíndez y su psycho beat.
Por otra parte, después del recital del viernes, el sonido para encrespar a la audiencia y sacudir los cuerpos saldrá del virtuosismo dance de Lks Ga, forjado en el arte de combinar canciones queridas de funk y soul, dándoles el toque del beat. En la previa al show central, Jomh noise set, la mitad de ññññ y uno de los precursores del sello discográfico revelación de nuestra ciudad, Repelente Discos.
Queda el sábado, nomás, para recuperarse.

Multiplicar el margen
—¿Qué lugar vacío en la ciudad viene a ocupar el Rizoma?
—Hace un año atrás cuando nació este proyecto pensábamos en crear un espacio independiente que pueda expandirse y desplazarse de las alternativas convencionales —recuerda Leticia—. Sabemos que en Santa Fe hay una cierta dificultad para encontrar espacios habilitados para recitales y fiestas, generalmente los eventos abarcan más que nada a géneros definidos, podría decirse “clásicos” y de fácil acceso para el público. La mayoría de los organizados por el Estado tienen estas características. Nosotros sentimos que lo que nos gusta se mueve en el margen y que, a excepción de Boomerang, las fiestas del sello Repelente y otros espacios que no han podido mantenerse, no hay tantos lugares para oídos inquietos. Suena Rizoma nace, tal vez, a partir de estas vacancias, de lo que parece que hace falta y principalmente de la idea de acercar y popularizar propuestas musicales contemporáneas, multiplicando manifestaciones artísticas de toda índole.
—¿Cuáles son las nuevas raíces que piensan echar?
—Las raíces se van bifurcando por ahí… Hemos hecho vínculos con el sello local Repelente y con otras productoras de distintos puntos del país y Latinoamérica. De repente bandas están escribiendo a Rizoma para realizar fechas en Santa Fe. Hace poco nos contactó el dúo Finlandia de Brasil, cuyos integrantes tienen como objetivo abrir un corredor musical que contacte diferentes propuestas desde Porto Alegre pasando por ciudades de Uruguay y Argentina. Más adelante, tenemos pensando un encuentro de hip-hop con bandas de distintos puntos, así como una fiesta electrónica con DJ invitados de Chile y junto a DJ locales. La amplia lista de bandas que Rizoma planea convocar (tanto de nuestra ciudad como de afuera) abarca distintos géneros y contiene tanto músicos consagrados como emergentes. Rizoma intenta instalarse y permanecer, y para que proyectos de estas características crezcan, tienen que volverse para el público un lugar común que no deje de inquietar, donde la producción pueda pulirse cada vez más, la comunicación sea lo más fluida posible, los obstáculos puedan abordarse, el respaldo económico sea el suficiente para valorar cada porción del trabajo que aportan los que hacen que Rizoma exista, los artistas que no sólo son los músicos y DJs , sino también ilustradores, diseñadores, fotógrafos y gestores culturales.

Publicada en Pausa #111, miércoles 10 de abril de 2013

2 comentarios:

Luciano R dijo...

Muy buena la nota! Fui a dos de las fiestas Rizoma y me encantaron, tiene una calidad qeu ya es marca regitrada, cuidan los artistas, el sonido y la escena como pocas veces se ve en Santa fe. LEs recominedo a todos que vayan! yo voy

Anónimo dijo...

Si señores! excelentes palabras!!