viernes, 24 de diciembre de 2010

¡Usted también puede!

Cinco tretas, fullerías, argucias, artimañas o consejos... para pasar las fiestas

Por Adrian Brecha

Nos quedan tan sólo 15 días para abandonar este extraño y movido 2010. Las jornadas no llegan a cubrir la totalidad de posibles despedidas, encuentros, agasajos o ágapes con motivo de festejo.

Cualquier pretexto nos viene bien para regar las reuniones de buena bebida y epicúreos momentos.

Sin duda el epicentro festivo será el 24 y 31. Momentos en que todo se mezcla, bastante, entre los mandatos del mercado, las ilusiones infantiles y las nostalgias familiares. Hasta el más ateo termina claudicando y armando un arbolito de navidad o, en el peor de los casos envidiando la parafernalia de estructuras lumínicas que armó su vecino en el balcón gracias a la industria china.

La navidad, fiesta religiosa de origen pagano en exaltación al sol, nos obliga a tener hermosas reuniones familiares en las que año a año se repite una rutina perfecta. Un guión estructurado al mejor estilo Hollywood donde nunca faltan los conflictos, para que los personajes mediante sus parlamentos y acciones permitan desarrollar la historia. Una película muy distante de aquellas torturantes de las cadenas americanas en los días previos a estos festejos, que no sólo nos muestran un mundo maravilloso, lleno de esperanza, en donde un padre recorre NY en busca de un juguete para cumplir con su hijo, sino que además los gringos hasta tienen nieve, cuando es sabido que en estas pampas el 24 estamos cagados de calor y que pedir unos sanguchitos de miga es una empresa mucho más difícil que recorrer la Madison Avenue en busca del chiche del momento.

Por eso, desde esta pequeña trinchera de caracteres nos abocamos a no perder la alegría y a darle algunas tretas para poder transitar las fiestas en total armonía y recibir el 2011 sin necesidad de acudir al clonazepan.



1.- Primer obstáculo: decidir dónde pasar el 24. Aquí, esa frase que una noche dijo (¿tu casa o la mía?) cobra otro sentido. Elija un territorio neutral, en lo posible sin la presencia de su suegro o suegra. Un buen lugar puede ser la base Marambio, allí hay nieve.


2.- El tío Nene, siempre me decía: “Hay que chupar mucho y comer poco”. Sabio consejo. La resaca es superable, no así el atracón de lechón, sumado al pan dulce, más el helado y las garrapiñadas.


3.- Si durante su niñez no utilizó pirotecnia y el mayor riesgo fue agitar virulana encendida no es momento de que recurra a los fuegos artificiales y mucho menos a encender globos aerostáticos. Sea maduro y acepte compartir la charla familiar.


4.- El trabajo siempre es un argumento imbatible. Pero es poco creíble que sólo trabaje una vez al año en una estación de servicio.


5.- Recuerde que es un momento donde los ánimos están muy sensibles. La charlas de sobremesa deben ser banales; por ningún motivo intente defender las políticas migratorias, la ley de medios, la sanción del matrimonio igualitario o la asignación familiar. El alcohol todo lo supera.


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