miércoles, 5 de noviembre de 2014

El hambre, una hipoteca al futuro

El fundador de Conin, Abel Albino, brindó una conferencia en el Teatro Municipal donde abordó, desde aristas sociales y médicas, la desnutrición infantil y sus graves consecuencias.


“El gran tema que debe abordar tanto nuestro país como la región si quiere salir del atraso crónico, es la desnutrición infantil. Si queremos un gran país, grande, rico, poderoso, donde todos vivamos mejor, este el tema a atender, porque es la única forma de permitirle a cada niño que pueda desplegar su potencial genético y así lograr igualdad de oportunidades en los diferentes ámbitos de la vida”. Estas palabras repite con convicción el doctor Abel Albino y representan, en pocas líneas, el centro de su discurso y de su pensamiento.
El trabajo del doctor Albino respecto de la desnutrición es reconocido en todo el país.

En 1993, y emulando un proyecto desarrollado en los años 70 en Chile con la creación de Centros de Recuperación de la desnutrición, este pediatra nacido en Buenos Aires pero que estudió en Tucumán y comenzó a desarrollar su obra en Mendoza, replicó la experiencia con la Cooperadora para la Nutrición Infantil (Conin), pero sumándole a esos centros de recuperación los Centros de Prevención, un proyecto único y reconocido mundialmente.
“Algunas estadísticas dicen que en el país hay entre un 28 y un 30% de la población bajo la línea de pobreza, otras dicen que un 17%, si redondeamos en un 20% eso son 8 millones de personas, y de esos, 2 millones son niños. En Mendoza, cuarta ciudad de la república Argentina, tenemos gente viviendo en condiciones deplorables, en casas con techos y paredes plagados de vinchucas.  ¿Y qué hacemos con eso? compramos drogas para combatir el chagas, cuando lo que debemos hacer es matar al bicho antes que tratar al enfermo, es algo elemental. En un hospital se nos van 300 dolares diarios en intentar recuperar a un niño con gastroenterocolitis... así somos de ineficientes en el manejo de los fondos públicos, porque a las 48 horas ese pequeño vuelve a tener diarrea y necesita otro mes internado, porque después de la internación volvió al mismo lugar, a la infección, a la mugre, a este espanto”.
El contacto de Albino y sus equipos de trabajo con estas realidades, ha derivado en la apertura de 65 centros Conin en 15 provincias del país, de los cuales 9 se encuentran en Santa Fe, y otros 7 fuera de Argentina, en lugares como Paraguay, Perú, México, Guatemala, Gambia y Mozambique.
El planteo que hace Albino es claro, la desnutrición infantil genera debilidad mental y condiciones a nivel de desarrollo imposibles de revertir. Por lo tanto, con generaciones padeciendo estas condiciones infrahumanas se está hipotecando el futuro del país. “La desnutrición infantil genera la única debilidad mental que se puede prevenir porque es la única creada por el hombre, por lo tanto el hombre no sólo puede, sino que debe quebrarla. ¿Podré yo en este mundo competitivo insertarme si tengo el 30% de la población debajo de la línea de pobreza? No, imposible. La principal riqueza de un país es su capital humano, y si ese capital está dañado el país no tiene futuro. Si queremos un país desarrollado, tenemos que apuntar a este tema, todo lo demás viene luego”.

Los primeros meses, la clave
“Sólo en los dos primeros años de vida se puede actuar sobre la desnutrición con grandes posibilidades de éxito, una vez formado y desarrollado el cerebro del niño, dentro de los primeros 18 meses de vida, su condición no se puede alterar ni revertir” asegura Albino.
“El cráneo de un niño nace con 35 cm y crece a razón de 1 cm por mes en el primer año. Esa es la genética humana, pero después acciona sobre nosotros la epigenética, el entorno. Un pequeño que nació en un lugar donde no lo quieren, con un padre que se fue o con una madre que lo rechaza, está en un ambiente hostil y aunque le den de comer no aumenta de peso porque el niño para crecer y desarrollarse necesita alimento, estimulación, afecto, si eso no está el desarrollo se detiene. Combatir el hambre es lo más sencillo que hay, le das un plato de sopa, un vaso de leche, y listo, no tiene más hambre, pero combatir la desnutrición es otra historia”.
Combatir la desnutrición es atacar la pobreza extrema, que es donde mayormente se origina. El hacinamiento, el escaso saneamiento ambiental, el analfabetismo, la desocupación, moldean un entorno que favorece esta problemática apremiante. “La desnutrición es el resultado final del subdesarrollo”, dice Albino, y es un conflicto social profundo, que debe ser tenido en cuenta a la hora de brindar soluciones.
Este abordaje integral de la problemática es la revolución de Conin. El Centro de Promoción Humana y Prevención de la Desnutrición Infantil, que atiende a niños y adolescentes de entre 0 y 18 años y a sus familias a través de distintos programas y servicios, centra su trabajo en los dos aspectos vitales para el desarrollo integral de un ser humano: la alimentación y nutrición adecuada, y los estímulos y el afecto necesarios. “De nada sirve que alimentemos un chico si lo devolvemos al ambiente hostil del que proviene. Si queremos quebrar la desnutrición lo que debemos hacer es un abordaje integral de la problemática social que le da origen a la extrema pobreza: educación nutricional, educación para la salud, lactancia materna, jardín maternal, jardín infantil, estimulación temprana, escuela de artes y oficios, programa de educación agraria, lectoescritura para analfabetos, ropero familiar, club de padres, huerta familiar, escuela para padres, documentación y legalización de la familia, alcoholismo, cloacas, agua corriente, luz eléctrica...así se combate la desnutrición. No es el hambre, que se pasa con un sandwich, vamos a algo más profundo, a la raíz del conflicto”.

Conin en números
Del Centro de Recuperación Nutricional que se encuentra en Mendoza, han salido 1.500 desnutridos severos con 0 de mortalidad, cifras que no existen en otro lugar del mundo. 4.500 niños salen de los centros Conin todos los días, más de 16.000 han sido dados de alta y no han vuelto.
En una investigación realizada por un economista argentino de la Universidad de York (Inglaterra) para analizar el impacto social y económico de los centros Conin, se obtuvo como dato que con pocos recursos se puede curar la enfermedad y prevenir un gigantesco costo social como consecuencia de tener una multitud de personas lesionadas o semilesionadas neurológicamente de por vida. El dato concluyente es que atendiendo 250 niños en base a la metodología Conin, el Estado ahorra 250.000 dólares anuales. Hoy esta fundación atiende 4.500 niños en el país, por lo que el beneficio total neto es de 4 millones y medio de dólares.

Seguridad

“¿Ustedes creen que se va a incrementar la seguridad con más armas, más vigilancia y patrulleros en las calles? No. El 80% de los presos en las cárceles de Buenos Aires no tienen la primaria completa y la mayoría han sido desnutridos en 1º y 2º grado. Las posibilidades de delinquir de una persona que no tiene nada, ni que comer, son mucho mayores. El hambriento no entiende ni de Dios ni de la justicia: está hambriento, mata por comida”.

Publicada en Pausa #145. Pedí tu ejemplar en estos kioscos de Santa Fe y Santo Tomé.

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