sábado, 14 de septiembre de 2013

Botinazo cósmico en el planeta fútbol

Entrevista a Juan Peyrú, el compilador bizarro.

Por Gastón Chansard

Armar 100 selecciones y relacionar cada uno de los apellidos de los futbolistas con un tema específico es una hermosa locura o, si se quiere, algo bizarro, con un alto sentido del humor para un fútbol con pocas alegrías. Luego de leer la Selección de Estupefacientes, que forma con Lima; Pacco, Yacolev, Dopazo y Droguett; Dell’Orto, Colace, Bolado y Vizio; Zubavicius y Drogba; o la loser: Manchado; Salameh, Dudar, Nardi, Rebottaro; Pansardi, Bulgarelli, Vergassola, Malvestitti; Naif y Mannini. Pausa cayó en la tentación de salir a buscar al autor.
Juan “Tigre” Peyrú es músico y periodista, y desde el año pasado es el padre del libro Botinazo Cósmico. Así define la obra en su página web: “La idea básica de este libro era la de juntar a muchos de los futbolistas de la historia, agrupados y clasificados según el significado de su apellido. Todos los jugadores presentes en el libro son reales, al igual que sus datos, y están ubicados en sus puestos originales. Disputaron Mundiales, Copas Libertadores, Torneos de AFA, Ligas Europeas y/o Champions League”.
—¿Quién es Juan “Tigre” Peyrú?
—Soy yo, mucho gusto. ¡Je! En serio…un buen tipo, coherente, laburante, emprendedor. Por suerte hago lo que me gusta y puedo vivir de eso. Me considero una persona auténtica y feliz, sin maldad.
—¿Músico, periodista o escritor?
—Creo que mi vocación mas ferviente es la música. El Tigre & sus Manchas es una banda de rock con bastante pop. Si me sacás la música me muero. Pero me encanta hacer un poco de todo, sino me aburro. Disfruto mucho de escribir. Cuando me siento a componer letras es de los desafíos mas lindos que uno puede tener. También me fascina hacer radio, cosa que por suerte hago en Radio Provincia (AM 1270). Ahí hago unas seccione-s particulares y hablo de deportes, música y otras cosas que me gustan.
—¿Cómo surgió Botinazo Cósmico?
—Surgió como un juego, paveando con amigos, como salen las mejores cosas (en el prólogo del libro lo cuento bien). Primero empezamos con los nombres que nos venían a la cabeza pero después, como buen obsesivo compulsivo que soy, empecé a juntar data de todos lados para seguir incorporando. Cuando me di cuenta, ya tenía mas de 200 selecciones hechas.
—¿Cuándo te diste cuenta de que se podía hacer un libro?
—Cuando empecé a mostrarles a algunos amigos los primeros borradores. ¡Se cagaban de risa! Me decían que por favor hiciera algo con eso, que no lo dejara en un cajón. Ahí me noté que era divertido para cualquiera y que no hacía falta saber de fútbol para disfrutarlo. La motivación de mis amigos fue clave. Así que me decidí a darle forma de libro; lo patenté y empecé a ofrecerlo en editoriales. La primera a la que fui, Sudamericana, lo aceptó en el acto y ofreció editarlo.
—¿Futbolero desde siempre?
—Desde la cuna, pero a los 10 años explotó la bomba. Mi viejo, fanático de Racing, me empezó a llevar a la cancha en el 88 y me volví un enfermo, como buen hincha de Racing (¿alguien conoce algún hincha de Racing que no sea fanático?). Era la época gloriosa de la Supercopa: Rubén Paz, Colombatti, el “Toti” Iglesias, Olarticoechea, Fabbri, Fillol… en fin, todos unos monstruos.
—¿Qué leías, escuchabas y mirabas desde chico con respecto al fútbol?
—En esa época todo. Sabía hasta cuanto calzaba el arquero suplente de Mandiyú. Era muy fanático. Y eso que en esos tiempos no existía el bombardeo mediático que hay ahora. Era esperar Fútbol de primera con ansias los domingos a la noche para ver los goles y los martes que salía El Gráfico, que por suerte me lo traía siempre mi viejo. Todavía los guardo. De hecho, fueron una gran ayuda para la concepción del Botinazo.
—¿Cuál fue la crítica más loca que hicieron de tu libro?
—“Siento alivio tras leer este libro. Hay gente que está mucho más loca que yo. Fanáticos del fútbol, no se lo pierdan. Se van a divertir mucho”, de Juan Pablo Varsky.
—¿Cómo, cuándo y dónde le llega a Maradona el libro? ¿Y cuál fue tu sensación luego de la noticia?
—Un conocido mío, el querido Luciano Malatini, me dio una gran mano acercándole el libro a algunos futbolistas como Cavenaghi, Trezeguet, Riquelme, el ‘flaco” Schiavi, etc. Un día me llama y me dice: “Me voy a Dubai a verlo al Diego, ¿querés que le lleve un libro?”. Imaginate. Me quedé congelado. Al Diego lo amo, como a pocos. Una emoción muy grande. Me quedé una hora con la birome en la mano y la primera hoja en blanco pensando: “le estoy escribiendo al Diego. ¡Ay mamá!”. Me temblaban las piernas. Creo que terminó siendo más una declaración de amor que una dedicatoria. Para hacerla completa, un día abro el mail y “Malata” me había mandado fotos del Diego con el libro. Un maestro. El Diego dio el ok para que me las mande. Fue genial, muy emocionante. Sueño del pibe cumplido.
—¿De las 100 que armaste, cuál es la selección que más te gusta y cuál es la que más te costó armar?
—Creo que de mis preferidas son “Minas que dan” y “Minas que no dan”, con “Chichizola” y/o “Mina de vino”, de un lado y del otro, por ejemplo. Que costaron hubo varias. Pero me quedo con la corrupta: “Choriev” me completó el equipo.

Publicada en Pausa #121, miércoles 11 de septiembre de 2013

Disponible en estos kioscos

No hay comentarios: