Por Juan Pascual
El secretario de la Producción de la Municipalidad, Pablo Tabares, posee vínculos comerciales directos, o a través de familiares, con la constructora CAM, una de las empresas beneficiadas con la licitación para las obras de las cocheras semisoterradas en el Parque Alberdi. Un antecedente más para sumar a su foja de dudoso ambientalista e imputado en la causa por la estafa de Bolsafe Valores (ver Pausa #136).
Junto a la constructora Ponce, CAM construcciones conformó la UTE Park Centro, que por una oferta de $33.065.498,07 ganó la licitación para las cocheras. El proceso venía bien barajado: el proyecto de la obra fue elaborado por la misma CAM, y presentado a funcionarios y concejales por la empresa. ¿Qué otra constructora se iba a presentar a esa licitación? El negocio que tiene a Tabares como público y mediático defensor es de lo más jugoso: la tierra es pública y no se paga (ahí ya hay un ahorro de cerca de $43 millones) y los ingresos a 30 años representan cerca de $581 millones de pesos (estimando una ocupación del 75% de las cocheras, 12 horas al día, todos los días, a un precio fijo, los 30 años, de $20 la hora de estacionamiento). Repetimos: $581 millones sin elevar nunca jamás el precio de la hora de estacionamiento durante 30 años.
Pero, además, Tabares y CAM poseen una estrecha relación anterior que está públicamente documentada y expuesta en al menos dos grandes negocios: el Hotel de Campo del Club Colón y Puerto Amarras Suite & Towers.
Colón De la Vera Cruz
Dentro de la herencia de penurias que Germán Lerche le dejó al club que presidiera está el Hotel de Campo de Colón, que de sabalero sólo tiene el nombre y un 20% de la propiedad, a cambio de la cesión del terreno (aun siendo así, hoy el club está en deuda con el hotel).
El hotel de campo de Colón
Presentado en mayo de 2010, el hotel fue un emprendimiento inserto como franquicia de la cadena internacional Ramada, desarrollado por CAM, operado como hotel por Dique Dos SA y administrado por la Sociedad de Bolsa De La Vera Cruz. De acuerdo al Boletín Oficial de la Provincia del 26 de septiembre de 2008, Dique Dos estaba conformada por Augusto José Serrao, Humberto Tomás Paladini, Sergio David Morgenstern y Daniel Salomón Arditti. Arditti y Morgenstern son los dueños de CAM. Es decir, construyeron el hotel que luego iban a manejar comercialmente, a través de Dique Dos. Y, en la administración, aparecen los Tabares.
Actualmente, en la web de De La Vera Cruz aparecen José Néstor Tabares como presidente y José Carlos Tabares como director de la empresa financiera. El último es hermano del secretario de la Producción, el primero es el padre y también está imputado por la estafa de Bolsafe en tanto integrante, como Pablo, del directorio del órgano de control de los operadores de bolsa, el Mercado de Valores del Litoral. (Peculiar sistema de control: está conformado por aquellos que deben ser controlados). Sin embargo, en El Litoral del 14 de mayo de 2008, es directamente Pablo quien celebra la construcción del hotel y explica cómo es el sistema de inversiones y propiedad, en tanto integrante de la Sociedad de Bolsa De la Vera Cruz: “Un inversor participa comprando una habitación del hotel, de la misma manera que puede comprar una departamento, con todas las garantías del caso”, señalaba el actual funcionario público.
Puerto para pocos
“Todavía no sabemos si será un country privado para unos pocos o el espacio de paseo para muchos. Todavía no conocemos cómo serán sus circulaciones y [si] en tal caso se participará a través de concursos para su resolución o quedará resuelto desde otros ámbitos. No sabemos si se consolidará la continuidad de un Paseo ribereño como lo es nuestra Costanera o se negará la misma”, decía un joven Leonardo Simoniello cuando, junto a Jorge Henn, formaban el bloque de concejales Encuentro para Santa Fe, en oposición al entonces intendente Martín Balbarrey. Estaba en discusión la elaboración del master plan –el reparto de tierras y sus usos– del puerto de Santa Fe. Los años terminaron en el peor de los escenarios: de público sólo queda el estacionamiento del shopping, las calles para circulación vehicular y el Molino Marconetti. El resto, todos negocios privados. Y encima, directamente no se puede acceder al punto de privilegio, donde se ve la ciudad y el río Santa Fe al mismo tiempo, la cabecera del dique II (¡oia!). Esta negro free zone está copada por el Club Marinas, en la punta de la cabecera del dique, y por una torre estrenada y dos en construcción, las cuales cuentan además con caletas para barquitos bien. Esas torres son Puerto Amarras, otro pujante emprendimiento de CAM y los Tabares, custodiado por patovas de rigor que deambulan por un bulevarcito de luminarias bastante cutre. El dinero no le ha dado demasiado glam a sus pobres diseños.
Puerto Amarras, en la cabecera del dique II
En Puerto Amarras el operador nuevamente es Dique Dos SA, también junto a la Sociedad de Bolsa De la Vera Cruz como administradora y CAM como constructora. Es el mismo esquema que el planteado con el hotel de Colón, fuera del hecho de que ahora se trata de tierras públicas (de la provincia, tras haber sido traspasadas por la Nación).
La presentación del proyecto se realizó el 2 de agosto de 2010, con la presencia de Arditti, Serrao, Mario Barletta (que era intendente) y el presidente del Ente Administrador del Puerto de Santa Fe, Marcelo Vorobiof, designado en tal cargo en enero de ese año por el gobernador Hermes Binner. Hoy, Vorobiof está imputado por “negociaciones incompatibles”, “abuso de autoridad” e “incumplimiento de deberes” a raíz de diversos negocios generados en el puerto con supuestas empresas fantasma con las que estaría relacionado.
Resta, todavía, un pase más, que liga más profundamente a los Tabares y a CAM. De acuerdo al Boletín Oficial de la Provincia, el 13 de agosto de 2013 en Asamblea Ordinaria, Dique Dos SA incorporó como director suplente a José Néstor Tabares, el presidente de De la Vera Cruz, el imputado por la causa de Bolsafe, el padre del secretario de la Producción.
Esta incorporación se realizó después de que la licitación de las cocheras de Parque Alberdi, en marzo de 2013, cayera en manos de CAM y Ponce, con Pablo ya ejerciendo funciones en el municipio.
Riesgo cero
Mucho se ha hablado respecto de la construcción de las cocheras en Parque Alberdi. Quizá el argumento más irrisorio haya sido la defensa del “riesgo empresario”. Con semejante imbricación con el Gobierno de la Ciudad, ese riesgo se angosta al mínimo. Fuera de una realidad mucho más concreta: ¿existe un mejor lugar para construir estacionamientos que a una cuadra de la peatonal?
Mientras tanto, la Asamblea Ciudadana en Defensa de lo Público continúa sosteniendo el acampe en el Alberdi, en un proceso de varias semanas en el que se han abroquelado los sectores más poderosos de la ciudad y que revela mucho más que el mayor o menor amor de la Municipalidad por los arbolitos.
Pausa #137, miércoles 16 de julio de 2014. Conseguilo en estos kioscos.
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