El Estado decidió no actualizar los fondos para comedores
escolares y copas de leche.
Por Milagros Argenti
Entre junio de 2011 y marzo de 2014, el gobierno provincial
acumuló sólo $1,55 de aumento para las partidas de comedor escolar y 50
centavos para las de copa de leche. Los reclamos en torno a los escuetos incrementos no son nuevos; lo que sí resulta innovador es que la propia
ministra de Educación hizo pública su decisión de infringir la ley que obliga a
su cartera a aplicar una actualización de los montos en el mes de julio.
Son 180 mil los niños y adolescentes santafesinos que
almuerzan en la escuela, y 400 mil los que desayunan o meriendan. Para muchos
de ellos, la que les brinda el Estado es su única comida del día. Sin embargo,
en el transcurso de 32 inflacionarios meses, las raciones de comedor escolar
pasaron de $3,10 a $4,80, y las de copa de leche de $1,04 a $1,60. En el primer
caso, el aporte de la provincia pasó de $2,35 a $3,90, y en el segundo, de
$0,80 a $1,30. La Nación
no se queda atrás: su refuerzo nutricional saltó tímidamente de 75 a 90
centavos, y de 24 a 30 centavos, respectivamente.
Estado infractor
De esta forma, la funcionaria confirmó que no estaba en sus
planes otorgar el incremento que correspondía en julio pasado, pese a que no es
una medida opcional. Porque la norma es tajante: “la actualización del monto de
las raciones diarias asignadas a las escuelas se realizará dos veces al año, en
los meses de marzo y julio, coincidiendo con el período posterior a los recesos
escolares”, indica. En consecuencia, el proceder de la ministra implica un
flagrante incumplimiento de la ley por parte del Estado, el cual fue anunciado
livianamente y sin tapujos a través de los medios.
Según un cálculo no acumulativo a partir de cifras del Indec
y el Ipec, entre junio de 2011 y febrero de 2014, la inflación fue de 49,4%; y
en ese mismo período, la cartera educativa aumentó las partidas de comedor
escolar en un 56,71% y las de copa de leche en un 54,01%. A este dato se
aferraba el ministerio conducido por Balagué hasta marzo pasado, cuando tuvo
lugar la última actualización, para jactarse de su apego a la normativa
vigente. En efecto, ésta establece que los incrementos deben darse “de acuerdo
a la variación del Índice de Precios al Consumidor de la provincia”, por lo que
es innegable que, hasta su decisión de apartarse de la ley en julio, la cartera
educativa se venía ciñendo al IPC. No obstante, gracias al evidente retraso que
ya tenían los montos de base en 2011 ($2,35 y $0,80), cada suba ha sido, desde
entonces, vergonzante.
Estado ciego y grotesco
Paradójicamente, los misérrimos aumentos vienen acompañados
de exigencias para el personal de las escuelas, que deben hacer malabares para
dar de comer a los chicos como el gobierno pretende. Si es que lo logra. Porque
el Ministerio de Educación tiene una
lista de menúes que debe ser respetada. Entre otros alimentos onerosos, hay que
dar entre 70 y 120 gramos de carne (sólo pulpas) en ciertas comidas, y fruta al
menos dos veces por semana. Esos menúes surgen de estudios efectuados por
especialistas de la cartera provincial, que buscan propender a una correcta
nutrición de los niños y adolescentes. Por lo tanto, no cabe ponerlos en
discusión: sus objetivos son los deseables. Pero deseable es también que las
partidas asignadas concuerden con ellos.
Cada vez que corresponde aplicar incrementos, la Federación de Asociaciones Cooperadoras del Departamento La Capital evalúa la
variación de los costos de los elementos que componen los platos demandados. En
esta oportunidad, la entidad llegó a la conclusión de que para comedor escolar
hacen falta en promedio $9,84, contra los $4,80 vigentes; y para copa de leche
$2,51, contra los $1,60 asignados. Por ello, para el titular de la institución,
Juan Villafañe, que Balagué asegure que un aumento “no es necesario” no resiste
ningún análisis. “No se tiene en cuenta de qué estamos hablando”, expresó en
declaraciones a LT10. “Aquí estamos diciendo que hay muchísimos chicos que no
alcanzan a cubrir sus necesidades básicas, como la alimentación y la educación,
que son derechos consagrados. Y esto no se puede ver satisfecho porque
obviamente con la plata que mandan Provincia y Nación no alcanza ni siquiera
para cubrir el 50% de los objetivos planteados”. “Además, que quien debe velar
por el fiel cumplimiento de las leyes sea el infractor, me parece, cuanto
menos, grotesco”, sentenció. Mientras tanto, en algunas instituciones
educativas ya están acusando el golpe. Norma Soperez, vicedirectora de la
escuela Nº 567 República Oriental del Uruguay, lo grafica: “hubo que hacer una
adecuación. Les damos más pollo, o milanesas con arroz, o guiso. Hay que hacer
maravillas. A pesar de que el gobierno no quiera reconocer lo que estamos
pidiendo, no nos alcanza. La partida es irrisoria”.
En Pausa #142, miércoles 24 de septiembre de 2014. Pedí tu
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2 comentarios:
Conozco en profundidad este tema. Soy Lic. en nutrición de una empresa que presta el servicio de racionamiento al gobierno de Córdoba, y como santafecina, me entristece leer esta situación. Quisiera hacerle saber a la Sra. ministra, que el gobierno de Córdoba paga un 100 % más la ración que el gobierno de Santa Fe, y asimismo nos resulta sumamente difícil enfrentar los aumentos SEMANALES de los alimentos. ¿Qué comen los niños y adolescentes en mi ciudad natal con ese precio de ración? No sé, no me lo explico. Triste y muy preocupante. (Felicitaciones por la nota a mi querida amiga).
Gracias por tu aporte, amiga. Justo hoy la ministra reitero ante los medios que aumentar las raciones no es necesario. Le sacaré a relucir el dato de Cordoba la próxima, apenas tenga oportunidad. Muy buen aporte. T Q.
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