Entrevista a Lula Bertoldi, voz y guitarra de Eruca Sativa.
Por Juan Almará
Lula Bertoldi es la diminuta y a la vez incandescente
cantante y guitarrista de Eruca Sativa. Con su banda editó tres discos: La
carne (2008), Es (2010) y Blanco (2012). El trío se completa con Brenda Martin
en bajo y Gabriel Pedernera en batería. Bases funk, riffs metálicos, aires
folclóricos y virtuosismo instrumental son algunos de los ingredientes que se
mezclan en ese coctel explosivo. A
través de un estilo mutante, que reconoce múltiples influencias pero que no se
ancla en ninguna, crean un rock potente, respaldado en la versátil voz de Lula:
enérgica y rea o dulce y sosegada, según lo requieran los pasajes de cada
canción. Antes de reventar Tribus el 14 de junio, repasamos con ella diversos
aspectos de la historia y actualidad del grupo.
Lo que Blanco nos dejó
—Ya pasaron ocho meses de la edición de “Blanco”, ¿qué
análisis hacés hoy del disco y su repercusión?
—Desde que salió el disco pasaron muchísimas cosas. Ha
marcado un crecimiento muy grande, que también tiene que ver con los frutos que
está dando lo que venimos haciendo desde que empezamos. La banda siempre
progresó, pero ahora lo hizo mucho más. Nos abrimos a un público nuevo, las
composiciones de Blanco llegan a más gente, exceden al target rockero. Tiene
una variedad muy amplia, por ejemplo está
“Amor ausente”, que es una vidala, un tema más tranqui. Esas canciones
alcanzan a otro tipo de audiencia. Además, en este álbum pudimos conservar los
matices. Es muy poderoso, pero tiene momentos en los que se baja un punto y se
vuelve calmo.
—La música de Eruca Sativa es contundente e intensa, pero
también se nutre de colores y búsquedas melódicas. ¿Cómo llegan a esa síntesis?
—Todo es producto de un proceso artístico, de laburo en la
sala y en vivo. En el vivo sacás cosas nuevas, y cuando vas al ensayo planteás:
“che, eso que hicimos el otro día estuvo bueno, fijémonos cómo podemos trabajar
por ese lado”. En cuanto a las melodías, en nuestra última producción hay una
indagación y riqueza diferentes. No quiero decir que Blanco sea mejor o peor
que los dos primeros, que me encantan. En realidad tiene otro sabor, una
búsqueda distinta. Tenemos mucho laburo los tres juntos, pensando las canciones
como grupo. Hemos arribado a un nivel de desarrollo humano que trasciende
cualquier intención individualista. Buscamos el bien común: hacer buenos temas,
melodías, riffs. No queremos que una cosa resalte sobre la otra, sino que cada
elemento se ubique donde tiene que estar.
Vamos a la ruta
—Llevan adelante su carrera a través de una dinámica
constante de shows en diferentes lugares del país, ¿por qué eligieron ese
camino y cómo viven esa experiencia?
—Es lo que más nos llena. Nacimos para tocar en vivo. El
disco es un plus, es un momento distinto en el que pensás: “qué lindo entrar a
grabar y componer”. Pero nos encanta estar en la ruta. Es lo más lindo que hay.
Llega el fin de semana y tengo que armar la valija y volver a salir. No termino
de entrar a mi casa y ya me estoy yendo de nuevo. Además, es una muy buena
forma de darse a conocer, más siendo un grupo de rock. La gente necesita verlo
y escucharlo tal cual es. Con todas las posibilidades que existen hoy de
registrar el material de forma casera, la gente valora mucho más el vivo. No sé
si antes pasaba eso. Seguramente Queen o
Led Zeppelin en directo te aplastaban la cabeza. Pero cuando sacaban un disco,
la banda era eso porque no había más. No existían otras herramientas para
afinar o grabar. Los chabones sonaban así de verdad. Está bueno volver a esa
impronta vintage por la cual el vivo te corrobora el laburo.
Mujeres y rock
—¿Cómo llevas el hecho de ser mujer y liderar un banda de
rock? ¿Aún existen prejuicios al respecto o sentís que el medio se ha
transformado?
—Hay una transformación muy grande del ambiente. Nunca lo
viví como algo negativo. Al contrario, siempre me sirvió para que me presten
más atención. Cuando ves una chica arriba del escenario, decís: “¿qué onda, qué
va a hacer?”. Te pone a prueba. En mi caso y en el de Brenda, salimos
beneficiadas porque nos daban más atención y, debido la música que hacemos, a
la gente le terminaba agradando. Igualmente, lo de Eruca es bastante
“des-generado”, no tiene género. No te das cuenta quién está tocando esa
música. Y eso es lo grosso, llegar a un punto donde lo importante es si te
gusta o no. Es lo que está pasando con bandas que tienen o están totalmente
compuestas por mujeres. Ya se superó esa etapa, ahora pasa por la calidad de lo
que se está haciendo.
Ser libres
—Editaron dos discos de forma independiente y en Blanco
tercerizaron la distribución con Sony. ¿Por qué eligieron ese recorrido?
—Tenemos un sello que se llama Marca tus marcas, que nació
con Es. A Sony le licenciamos el master, ellos lo duplican y distribuyen. Lo
interesante es que conservamos la libertad, somos los dueños de nuestro trabajo.
Sony se ha portado muy bien, han tenido un trato muy respetuoso. Desde el
primer momento nos plantearon una propuesta de trabajo muy seria y adecuada a
lo que buscábamos. También nos fuimos adaptando al nuevo mercado. En un
principio no sabíamos muy bien cómo hacer. Averiguamos y esa fue la mejor
alternativa: ser independientes, editar a través de un sello propio, y en
Blanco asociarnos con una multinacional que nos permita llegar a más lugares.
Hoy el disco está en cualquier lugar del país y para nosotros eso era un sueño.
Eruca Sativa, en su reciente paso por Tribus (Fotos: Olivia Gutiérrez)
—Entonces, ¿qué balance tenés de este modelo de laburo intermedio?
—Estamos haciendo un híbrido. Somos independientes pero a la
vez nos asociamos con Sony en un punto de la cadena. Uno se va armando su
carrera. No creo que todo tenga que ser cuadrado, firmar un contrato y ceder tu
obra a una empresa. Las compañías se han adaptado a este nuevo mercado. Y en
nuestro caso, fueron considerados al saber que teníamos una logística de laburo
super aceitada. Cuando llegaron, ya estábamos armados. No tuvieron que poner en
funcionamiento una maquinaria para hacernos arrancar. Le entregamos el material
terminado. Y eso les facilitó el trabajo. Todo lo que tengo para decir es positivo.
Antes nos costaba muchísimo mandar los discos y mantener un stock. Ahora es un
golazo y a la vez conservamos nuestra libertad artística, lo cual es
fundamental.
La conquista de América
—¿Qué proyectos tienen de acá en adelante?
—Estamos muy contentos porque vamos a presentar Blanco en
Latinoamérica. El 30 de junio vamos a tocar en el festival “Rock al Parque”,
que se hace en Colombia. En octubre tenemos la posibilidad de volver a México,
donde ya estuvimos en el 2011. También hay chances de girar en países
limítrofes de Argentina, y eso esta buenísimo. Para nosotros, poder presentar
el disco en América del Sur es un logro enorme. Nuestro manager está laburando
un montón, es un trabajo de logística muy largo. Sony también nos está
apoyando. Venimos laburando duro y parejo para que sea un gran año en el que la
música de Eruca Sativa pueda salir del país. Y lo vamos a lograr.
Publicada en Pausa #116, miércoles 26 de junio de 2013
1 comentario:
Son la esperanza del Rock argentino! Hace mucho que no escucho una banda tan buena musicalmente hablando , y a la vista las chicas son hermosas al frente, la verdad impecable. Arriba Eruca!
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