martes, 14 de julio de 2015

Entrerrianismos


“Desahuciado está el que tiene que marchar a vivir una cultura diferente”, nos dice León Gieco en la que, tal vez, sea la canción de protesta más emblemática del rock nacional y popular. Y tiene razón. El desarraigo es un nuevo corte del cordón umbilical, con todo el trauma que eso significa. Vivir en un sitio ajeno no es fácil. El proceso de hacer propio ese espacio implica que el espacio se lo apropia a uno y lo transforma en un extranjero. En el exilio, uno es el paria de esa cultura. Y desde ya, todo esto se potencia cuando uno se va a un lugar donde la lengua, el idioma es otro completamente diferente.
Eso último me pasó a mí cuando me mudé para Gualeguaychú.
Sí. Los tres kilómetros del Túnel Subfluvial no separan únicamente dos provincias. Separan dos culturas y dos idiomas completamente diferentes, dentro del territorio de una misma nación. Ustedes pensarán: “¿Pero qué tipo de churro se fumó el Licenciado?”. Déjenme terminar la columna y van a ver que tengo razón.
Empecemos por lo obvio: la tonada. Los entrerrianos no hablan, recitan. Todo lo dicen cantando. Eso no admite discusión… si uno es santafesino. Porque resulta que para ellos, ¡los que recitamos somos nosotros! Ese cantito que les digo, se hace más evidente al norte de la provincia… allá por Concordia, Federación, Chajarí donde más que cantar, rapean, y andá a adivinar lo que dicen, si sos mago. Por cuestiones laborales me tocó viajar durante unos meses a estas ciudades y yo, por las dudas, decía a todo que sí, total para decir que no siempre hay tiempo. O bien recurría al entrerrianísimo “mavále”, que a todo responde; pero, para sincerarme, no entendí más de un 5% de todas las cosas que me dijeron.
Lo segundo a destacar es la sofisticación del saludo. El santafesino, cuando le preguntan cómo le va, responde con un “bien” y es suficiente. A lo sumo, si quiere ser simpático, revira con un “¿y vos?”, pero nada más. Acá, en Entre Ríos, eso es motivo de preocupación, de que algo te pasa; tenés un problema. Acá se responde “¡Pero bien, che!” y con entusiasmo, nada de andar tirándolo por obligación. Acá son cordiales en serio, no como en “La cordial”, y nadie te pregunta sobre tu vida por compromiso… por lo tanto, se espera que uno responda con la misma actitud.
Si querés ir a algún lado e invitás a alguien, la repregunta sobre el lugar de destino no es “¿dónde vamos?”, sino “¿ande?” y es tan pegadizo como cualquier hit del verano. Su incorporación al lenguaje usual y cotidiano es inmediata y pasa desapercibida.
Un ejemplo de su uso: ¿Ande queda la casa de Weinbaum? La respuesta en entrerriano sería: “Hacé 4 cuadras para arriba, doblas a la derecha. Caminás 1 cuadra y después 3 para abajo.” Sí, no es que en las calles entrerrianas haya escaleras que subir o bajar. Tampoco tiene que ver con los números de las calles… tiene que ver con la orientación de los ríos. Si está para el lado del agua se sube (o se baja) y si está para la otra dirección se baja (o se sube). Desde ya, nunca lo entendí ni lo pienso entender. Mientras no me quede ciego, que me señalen para dónde ir y listo el pollo. En Santa Fe, además, uno dice “Me voy de Barba”, y la catarata de insultos desde el otro lado del charco no se hace esperar, porque según ellos se dice “a lo Barba”. Ambas son incorrectas, sí. Pero importa el orgullo, no la corrección léxica en estas discusiones.
“Soplillo”. Si bien, según expertos, se utiliza solamente en Paraná y no en el resto de la provincia, explíquenme por qué les dicen así a las bolas del árbol de navidad, por favor se los pido. ¿Qué tiene de sop o de lillo un coso que se cuelga del árbol los 8 de diciembre?
Rubro gastronómico: ¿qué se come con la merienda en Santa Fe? Masitas de agua con manteca y azúcar, obvio. Bueno, en Gualeguaychú se comen galletitas y si lo empezamos a discutir esto termina con sangre. ¿Y si salimos a picar algo? Vamos a El Parque y nos pedimos un volador completo y unos lisos, con ingredientes que incluyen lupines. Si para ustedes esto representa la felicidad máxima, no vengan a Entre Ríos. Repito: no vengan a Entre Ríos. Acá el volador se llama Albert y no existen ni los lisos ni los lupines. Sí, si quieren les presto el cuchillo con el que yo casi me los corto también. Y los domingos, asado, como Perón manda. ¿Y dónde lo hacemos? Ni en la parrilla ni en el asador. Lo hacemos en la “churrasquera”. Por eso, cada vez que me junto a comer un asado, siempre pido un aplauso para el churrasquero, así se dan cuenta de que viven equivocados.
En fin, nunca nos vamos a poner de acuerdo en quién habla bien o quién habla mal, porque ambos hablamos bien siempre que logremos aprender a hablar el idioma de cada una de las provincias. Ahora los dejo porque me voy con los pibes… no, con los gurises a jugar al bolo… no, perdón, un picadito al campito… no, tampoco, al descampado. En qué quilombo… o brete me mete esto de vivir en una provincia y escribir en un periódico de otra.

Publicada en Pausa #157, miércoles 8 de julio de 2015
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2 comentarios:

José Luis Bongiovanni dijo...

Por momentos la nota está buena y me causó gracia lo de la churrasquera ya que es la pelea de fin de semana con amigos santafesino que nos juntamos a comer, pero claramente es santafesino, no conoce el léxico de Bs As ya que soplillo y galletitas se dice en todos lados menos en Santa Fe y por momentos trata a los entrerrianos como indígenas paraguayos (con todo el respeto que se merecen nuestros hermanos indígenas y paraguayos). Eso de la orientación según los rios, no es entrerriano, es de toda ciudad costera ya sea de río o mar y no solo a nivel nacional... creo que si van a escribir una columna sobre culturas, costumbres, lexicos, etc. antes, se tiene que saber bien el spich, y una cosa es vivir en un lugar y otra muy diferente es observar el lugar y aprender. Igual, a pesar de todas las diferencias que presenta en mi opinión, me gustó la nota, me gusta leer cuestiones de lo que uno vive en situaciones así, yo lo estoy pasando ahora y en Entre Ríos, tampoco es para tomer en cuenta mi opinión porque tal vez el equivocado sea este servidor. Así que gracias por el artículo. Saludos!

Carmela dijo...

hola! Más mesopotámicos que nosotros, los de Santa Fe-Capital, no creo y no andamos con el subís o bajás para dar indicaciones de dónde ir, sí que en todos los lugares aparecen cuestiones distintas que son dignas de tener en cuenta y te ponen en jaque más de una vez......me encantó la nota y lo viví, también por cuestiones laborales..y es muy devertido!!!!!!!!!!!!!!!! beosososoos y vamos con más!