sábado, 20 de junio de 2015

Detrás del plato, las relaciones de poder

Con la soberanía alimentaria como eje, se desarrolló un taller de comunicación comunitaria.


El pasado 10 de junio se realizó el taller “Hablemos con la boca llena”, que se planteó como un espacio de trabajo para abordar la problemática de la soberanía alimentaria, desde la mirada de la comunicación comunitaria. Se llevó a cabo en El Solar de las Artes y participaron comunicadores, nutricionistas y público en general interesado en la temática.
La actividad se desarrolló en dos etapas: primero se realizó una reflexión acerca de distintos ejes que abarca el concepto de soberanía alimentaria y luego se trabajó grupalmente en la producción comunicacional, con la intención de crear spots radiales, cuñas artísticas, calcomanías y afiches que formen parte de una campaña de sensibilización.
La comunicadora social Karina Arach (derecha) fue la especialista que aportó herramientas para la visibilización de la temática alimentaria. Foto: Gabriela Carvalho.

A propósito de la temática, la especialista en comunicación comunitaria Karina Arach dijo: “los medios de comunicación nos educan más de lo que creemos, ya que trabajan sobre la construcción sentidos compartidos socialmente. La información que circula en los medios también es un variable que influye muchísimo sobre los alimentos que eligen los consumidores, pero también los que producen los productores”.
La jornada estuvo focalizada en la discusión de la soberanía alimentaria, entendida como el derecho a elegir qué comer y cómo producir, tal como fue introducida hace dos décadas por organizaciones campesinas y pueblos originarios. También especialistas que trabajan en el sector de la agricultura familiar presentaron un diagnóstico de la actual situación provincial y nacional.
El taller se enmarcó en las actividades que viene desarrollando el proyecto “Soberanía alimentaria y comunicación comunitaria’’, integrado por las radios comunitarias FM 100.1 de Ángel Gallardo, al FM Voces de la Costa 98.5 de Arroyo Leyes, la agencia Inta Monte Vera, el Área de Comunicación Comunitaria de la Universidad Nacional de Entre Ríos y la Delegación Santa Fe de la Secretaría de Agricultura Familiar de la Nación.

Los eslabones de la cadena
Según los organizadores, “cuando se habla de qué implica la soberanía alimentaria generalmente lo más concreto que tenemos es el plato de comida que nos llevamos a la boca. Pero en realidad detrás de ese plato de comida hay un camino extenso que favorece a unos y perjudica a otros. Por eso, es muy importante poner el foco allí y pensar cómo se consigue alimento y por qué a veces no se lo consigue”. Por eso, la exposición se focalizó en los tres eslabones de la cadena productiva: productores, intermediarios y consumidores.
En cuanto a la producción, el debate se focalizó en los productores, y principalmente hicieron énfasis en los agricultores familiares, que son en definitiva los que producen los alimentos de todos los días. Al respecto, plantearon que es el Estado el que debe trabajar en la planificación de cómo se producen los alimentos. Esto implica analizar la posibilidad de los productores de acceder al agua, el territorio y la tecnología adecuada.
Con respecto a los intermediarios, se planteó que en definitiva es esa cadena de comercialización la que termina poniéndole el precio a los productos. Esto se debe a que muchas veces a los productores no les genera ninguna ganancia venderles la mercadería a los intermediarios porque se la quieren comprar a un precio muy bajo y, a su vez, los consumidores compramos los alimentos a un precio altísimo.
Actualmente hay un desfasaje de precios enorme que está generado por los actores intermediarios –muchos de ellos son empresas transnacionales– que se quedan con un gran porcentaje del valor de los productos. Por eso, también es necesario fomentar políticas que incidan las condiciones de comercialización y en los precios de los productos, ya que en las ciudades estamos consumiendo alimentos a un precio altísimo debido a la escasa de regulación.

Una lucha de poder
En diálogo con Pausa, Gabriela Cardoso, trabajadora del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), sostuvo: “La producción de alimentos es una lucha de poder, desde el momento mismo en que el productor se hace de las semillas para empezar a producir, pasando por la industrialización y hasta los intermediarios y comercializadores de los productos. En reiteradas ocasiones los productores tienen que tirar su mercadería y al mismo tiempo nosotros compramos alimentos cada vez más caros. La cadena de comercialización está violentándonos a los que estamos en los dos extremos: los que producen y los que consumimos”.
Consultada por las políticas públicas, la especialista agregó: “existen  situaciones encontradas. Por ejemplo, desde hace un tiempo hay una Secretaría de Agricultura Familiar, que depende del Ministerio de Agricultura de la Nación, pero es un área que tiene muy poco presupuesto. A su vez, hay otros sectores agrarios más grandes que tienen muchas más políticas que los favorecen. Se destinan recursos humanos y financieros para trabajar con pequeños productores, pero es necesario generar una masa crítica desde las bases que permita que este trabajo se profundice cada vez más, porque la realidad es que hay muchos intereses en el medio y justamente los sectores campesinos y de pueblos originarios no tienen los recursos económicos para hacerse escuchar”.

Publicada en Pausa #156, miércoles 17 de junio de 2015
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