Por Adrián Brecha
“Muchas cosas en el mundo carecen de nombre y hay otras
cosas que, aún cuando posean nombre, nunca han sido descritas. Una de éstas es
la sensibilidad (inconfundiblemente moderna, una variante de la sofisticación
pero difícilmente identificable con ésta) que entiende por el culto nombre de
Camp”. (En contra de la interpretación y otros ensayos)
Así comienza su artículo Susan Sontag para definir lo que
podría ser una corriente artística emparentada con lo kitsch o tranquilamente
podría ser un análisis sobre la coyuntura local luego de las últimas
elecciones. Lo que podríamos llamar la perinola electoral donde todos suman o
El Teete (triple empate técnico). Dice Susana que “El tiempo puede remediarlo,
que el tiempo reduce el ámbito de la sensibilidad camp. El tiempo libera a la
obra de arte (dice Sontag y yo agrego a la política) del contexto moral. Es
decir genera un efecto por el cual el tiempo reduce el ámbito de la banalidad”.
Para poder entender porque una elección puede ser camp y
terminar en el Malba o porque no en el MoMA cual obra de arte observada por el
Momo Benegas mientras le roba un sanguchito a Mercier, me permitiré definir
algunos aspectos que pueden acercarnos a comprender cuánto de Camp tiene la
elección en nuestra querida comarca:
1) Camp es la glorificación del personaje.
Notitrece se controvertirá en un nuevo laboratorio político
y Zamba en breve puede ser candidato a vice. Se lamenta Tincho Carpincho.
2) Lo simplemente malo (más que camp) suele serlo a causa de
una ambición demasiado mediocre.
Todos suman en esta perinola.
3) Lo camp es arte que quiere ser serio pero que sin embargo
no puede ser tomado enteramente en serio porque es demasiado.
Sólo basta repasar los jingles, los spots publicitarios, el
show de las mesas testigo o Pinedo citando a Perón.
4) El gusto camp vuelve la espalda al eje bueno-malo del
juicio estético corriente. El camp invierte las cosas, no sostiene que lo bueno
es malo, o que lo malo es bueno. Se limita a ofrecer un conjunto de normas para
la vida, diferente, complementaria.
Repase cada candidato, únalo a los personajes que lo
acompañaron en el pasado, luego piense en quiénes lo defienden en el presente y
si le quedan ganas piense en el futuro.
5) Por lo general valoramos una obra de arte por su éxito.
Es la experiencia del mundo constantemente estética. Encarna una victoria del
estilo sobre el contenido, de la estética sobre la moralidad, de la ironía
sobre la tragedia.
Nadie vota a perdedores, por eso un triple empate es una
experiencia arrolladora...
Al parecer una persona suele inclinarse hacia lo camp cuando
comprende que la “sinceridad” no es suficiente. Aparece una nueva pauta, el
artificio como ideal, la teatralidad.
Un precioso camino lleno de cinismo pero con modales, una
apasionante búsqueda por encontrar el éxito en ciertos apasionados fracasos.
Hay quienes dicen que no es importante ser sinceros, sino tener estilo. La
última definición de Camp: es bueno porque es horrible.
Publicada en Pausa #156, miércoles 17 de junio de 2015
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