En el marco del Plan Nacional de Lectura, se realizó en
nuestra ciudad un taller para capacitar en la comprensión crítica y autónoma de
los discursos y debates en los medios gráficos.
Durante todo el año, desde ATE, Sadop y el Foro Educativo se
llevaron a cabo diversas actividades en Recreo, Esperanza, Laguna Paiva y Santa
Rosa de Calchines bajo el ala del Plan Nacional de Lectura. En días pasados fue
el turno de nuestra ciudad, con la realización del taller denominado “Lectura
crítica de los diarios en el aula”. La actividad estuvo a cargo de Vanina
Bravo, docente coordinadora de la
Región 4 del Plan Nacional de Lectura, que convoca a las
provincias de Misiones, Corrientes, Formosa, Chaco, Entre Ríos y Santa Fe.
“Estamos llevando adelante un proyecto para formar
comunidades lectoras en el sentido amplio, es decir formar lectores críticos.
Empezamos trabajando con docentes sobre literatura y ahora apuntamos a la
lectura crítica de los medios de comunicación, para ver cómo entran en las
escuelas y salir un poco de las cosas que ya están instaladas, de basarnos
solamente en las estructuras como la lectura de los paratextos. Buscamos
adentrarnos y tomar opinión en cada una de las noticias. Queremos compartir
este espacio con los docentes para trabajar en la formación de opinión de los
alumnos”, contó Bravo.
Por su parte, los organizadores del taller señalaron: “La
escuela, hoy más que nunca, tiene el desafío de incorporar a todos los alumnos
a la cultura escrita, lograr que sus estudiantes y aquellos que egresan de sus
aulas sean miembros plenos de la comunidad de lectores y escritores. Esto
implica formar ciudadanos capaces de leer críticamente los diferentes tipos de
discursos, entre ellos el de los medios, y de constituirse en sujetos
reflexivos y autónomos capaces de desafiar, interpretar y responder desde una
mirada amplia los discursos que circulan en la sociedad. La experiencia de leer
todos los días unos minutos en el aula es factible con el diario como libro de
lectura. Podemos utilizar el diario en el aula como un instrumento valioso en
la formación de lectores, leyendo juntos cada día diferentes textos. Utilizar
el diario sólo para recortar letras grandes o pequeñas, buscar oraciones
unimembres, extraer sustantivos, adjetivos y verbos, es desperdiciar las
posibilidades de lectura que abre cada noticia, cada publicidad, cada
fotografía o nota de opinión propuesta en el diario”.
—¿Cómo se aborda la temática en un escenario mediático tan
polarizado?
—Creo que primero hay que leer toda la información que hay,
tomar las opiniones de los diferentes interesados y crear la propia opinión
–sostuvo Vanina Bravo–. No tenemos que quedarnos con uno, debemos entrar en el
debate, que es lo que más cuesta. Está todo tan politizado que a veces en la
escuela preferimos quedarnos afuera, pero los chicos tienen opinión, escuchan
lo que dicen de sus padres, los medios de comunicación y forman parte de la
sociedad. Ellos saben y hay que darles un espacio. Esto se va formando desde
abajo, sino cuando son grandes tenemos adultos desinteresados, que repiten
opiniones instauradas. Esas cuestiones se educan, por eso es tan importante
reflexionar con los docentes para crear opiniones. El rol del docente es fundamental
porque es el adulto que va formando, guiando sin decir solamente su opinión
sino también habilitando espacios para que los chicos opinen.
Durante el taller, la coordinadora definió: “Cuando hablamos
de lectura crítica, hablamos de buscar lecturas que tengan un sentido. Tenemos
que hablar de las cosas que pasan de la manera más real posible. Hay muchas
miradas, todo depende de quién las plantea y por eso es necesario que los
chicos aprendan quién hace esa representación en los medios. Porque se trata de
una representación, no de la realidad misma, que es construida por alguien y
tiene intencionalidades. Asimismo, debemos interrogarnos sobre los desafíos que
nos planteamos en la escuela cada año cuando empezamos a trabajar, ver qué
pretendemos de nuestros alumnos: queremos que sean lectores críticos,
autónomos, pero algo pasa porque mucho no se logra. Por eso tenemos que hacer
más hincapié en este tipo de acciones, que no son repetitivas o mecánicas”.
“Seguimos con la escuela del siglo XIX en el siglo XXI, con
los alumnos unos atrás de otros. Seguimos con una estructura que no existe, que
no es real y los alumnos no piden permiso para aprender. Su aprendizaje es
innato; me preocupa cuando se quedan con conceptos errados. Y estas cosas se
desmitifican abriendo espacios para compartir. Por ello tenemos que plantearnos
la lectura como derecho y como construcción de significado. Y el conocimiento,
en su dinámica interna y sus relaciones con el mundo del mercado y el poder,
hace posible una posición crítica”, determinó la docente.
A nivel nacional
El Plan Nacional de Lectura es un programa del Ministerio de
Educación de la Nación
que trabaja en la formación de lectores, tal como lo establece la Ley de Educación 26.206.
Talleres de lectura y literatura, trayectos de formación y perfeccionamiento
para docentes, bibliotecarios, profesionales de la educación e interesados,
provisión de libros y textos a bibliotecas, apoyo a proyectos institucionales
de lectura, son las principales líneas de acción que se desarrollan para
fortalecer la presencia de la lectura en la escuela y promover el encuentro de
docentes, estudiantes y la comunidad con el libro y la literatura.
Hasta el momento se publicaron y distribuyeron gratuitamente
40 millones de ejemplares de cuentos y poemas, además de 15 millones de libros
en todas las escuelas del país y en espacios no convencionales. Más de 60
autores entre escritores, ilustradores y artistas han colaborado con el plan.
Otros tantos participan cada año del ciclo Escritores en Escuelas, visitando
instituciones educativas para llevar historias, cuentos, lecturas y compartir
sus propias experiencias como lectores.
Publicado en Pausa #106, miércoles 21 de noviembre de 2012.
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