El domingo a la tardecita brotaba de emoción. El seleccionado argentino de voley era un solo abrazo en Toronto luego de un saque fallido de Brasil que le permitió terminar con un partido brillante. Después de ir perdiendo dos set a uno ante el rival histórico -potencia mundial-, los dirigidos por Julio Velasco elevaron su juego e igualaron en dos, y en el quinto y decisivo set sostuvieron un ritmo demoledor, suficiente para ganar el partido y quedarse con la medalla de oro. La alegría de la consagración será inolvidable, tanto como haber visto la bandera celeste y blanca en lo más alto del podio en la última actividad de los Panamericanos. El voley cerró el encuentro deportivo de todo un continente y Argentina, a modo de síntesis para nuestros rendimientos, se quedó con el último oro en disputa.
El vuelo de Germán Chiaraviglio
La cosecha de medallas importa, por supuesto, pero más importa el crecimiento de la gran mayoría de los deportes, tanto los individuales como los colectivos. En comparación con Guadalajara 2011, se mantuvieron las 75 medallas conseguidas (en Canadá no se jugó al frontón, donde Argentina había obtenido 7, 4 de oro y 3 de bronce), pero fundamentalmente se lograron avances significativos en el juego, en registros de tiempos y en clasificaciones a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. De forma progresiva, pero efectiva, Toronto 2015 comienza a exponer los primeros resultados de un cambio en la política deportiva que respalda el Estado nacional. La creación del Enard (Ente de Alto Rendimiento Deportivo), que se financia desde 2010 a través de un cargo del uno por ciento (1%) aplicado sobre el abono que las empresas de telefonía celular facturan a sus clientes por los servicios de telecomunicaciones brindados, es un eje indispensable para sostener los entrenamientos y la capacitación de los atletas de alto rendimiento en todo el territorio argentino.
En este contexto de avance para el deporte albiceleste, los atletas santafesinos de nuestra región también fueron protagonistas de dos semanas exitosas en tierras canadienses. La lista de logros puede iniciarse por el deporte que cerró los Juegos, el voley. En dicho deporte se calzó la dorada y fue fundamental para el equipo el santafesino Luciano De Cecco (se metió en la terna de los mejores jugadores del torneo). Si de voley se trata, pero en este caso en la arena, la santafesina Georgina Klug y la entrerriana Ana Gallay conformaron la explosiva dupla que terminó en lo más alto del podio. En tanto, Rubén Rezola fue el tercer deportista santafesino en colgarse una medalla de oro, al ganar la final de canotaje en la prueba K2 200 metros.
Además del canotaje y el voley, que fueron dos de los deportes con más logros para delegación nacional, la natación fue una de las disciplinas donde Argentina mostró sus mayores avances. La explosión de un gran nadador como Federico Grabich (una de oro y una de plata) y el constante progreso del santafesino Santiago Grassi fueron determinantes para que millones de argentinos mirasen por televisión una carrera de natación.Un día antes de viajar a Canadá, el joven (apenas 18 años) formado en el Club Atlético Unión había declarado en el programa radial Pausa en Aire (miércoles de 22 a 24 en Radio Eme) que tenía como objetivo “clasificar a los Juegos Olímpicos en los Panamericanos”. Además de clasificar a Río de Janeiro 2016, en los 100 metros mariposa –su especialidad- se colgó la medalla de plata. En tanto, la nadadora santafesina Julia Sebastián matuvo su buen nivel al llegar a las finales en la prueba de 200 y 100 metros pecho (sexto y séptimo puesto respectivamente).
En la continuidad con los medallistas de plata, otro gran deportista de la ciudad de Santa Fe es Nicolas Bruzzone. El jugador de Universitario es uno de los símbolos del rugby siete argentino, y en esta oportunidad se quedó a segundos de la gloria máxima, al caer sobre la hora ante el local por 22 a 19. En tanto, uno de los santafesinos que más gozó de su plateada en el pecho fue Germán Chiaraviglio. Luego de sus lesiones y hasta el rumor de un posible alejamiento del atletismo, “el flaco” reapareció en su mejor nivel y metió el mejor salto (5.75 metro) de su carrera. La garrocha lo hizo volar bien alto y el confeso sabalero volvió a festejar en un podio.
También hay que destacar la actuación de Amelia Fournel, que se quedó con la medalla de plata al conquistar el segundo puesto en rifle 50 metros a tres posiciones. La oriunda de Santo Tomé volvió a estar entre las mejores en su deporte. Vale resaltar que el tiro fue otra disciplina que obtuvo logros importantes, ya que cosechó 4 medallas (todas de plata) para el deporte nacional.
En la lista de buenas actuaciones de los deportistas de nuestra región también se encuentra Alexis Arnoldt, la joven de Frank. La taekwondista santafesina se quedó con la medalla de bronce al vencer por 5 a 1 a una representante de Brasil en la categoría menor a 67 kilos. Por último, vale destacar las actuaciones de los santafesinos Andres Monutti y Julián Dasczkyck en la selección de waterpolo, que cayeron en la disputa por el el tercer puesto ante el local, Canadá.
Más que nunca, el éxito de cada deportista argentino/santafesino en esta clase de competencias se mide por logros que no están relacionados en muchas oportunidades con colgarse una medalla de tal o cual color (objetivo, además, obtenido), sino con la satisfacción de bajar una marca personal, un récord argentino o la gloria de ingresar a un Juego Olímpico.
El deporte olímpico argentino esta más vivo que nunca y le sobra futuro.
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