Estuvo presente en la UNL Maico Roris Severino, incubador de
emprendimientos solidarios.
Invitado por la Asociación de Universidades del Grupo Montevideo,
el profesor Maico Roris Severino, coordinador de la Incubadora de
Emprendimientos Solidarios de la Universidad Federal de Goiás (Brasil), estuvo en
Santa Fe para visitar a grupos de emprendedores y brindar una charla sobre la
implementación de políticas públicas en Economía Solidaria, para lo cual se
relacionó con las facultades de Ingeniería Química y Ciencias Económicas de la Universidad Nacional
del Litoral (UNL).
El decano de la
FCE , Carlos Beltrán, junto a autoridades de la Facultad , recibieron al profesor Severino en su paso por Santa Fe.
“En Ingeniería Química trabajé con la investigación de
cadenas de suministros, en especial sobre coordinación del flujo de producción
y suministros sustentables, es decir ver cómo incorporar las cuestiones
sociales y ambientales en la gestión de empresas, junto a clientes y proveedores.
Este tipo de desarrollos son más fuertes en Europa y es una tendencia que marca
cómo va a ser la organización de las empresas para que ofrezcan productos
reciclables o de un impacto ambiental menor. La idea es que los rótulos
detallen, en un futuro, de qué están hechos los envases. Es importante que los
consumidores conozcan esos datos. Trabajamos bajo los conceptos de producción
más limpia y ecodiseño, sustituyendo materiales que no son reciclables por
otros que sí lo son, bajando los consumos energéticos en la producción”,
comentó a Pausa.
—¿Los gobiernos tienen que generar mayor conciencia?
—Sí, y hay dos caminos para que las empresas cumplan: uno es
que se haga a fuerza de reglamentaciones más estrechas en cuestiones
ambientales, y el otro es por la fuerza del mercado, que deberá demandar
productos más amigos de la naturaleza. Esto también tiene que ver con una
cuestión cultural y el cambio es gradual, en Brasil está dando sus primeros
pasos por ejemplo.
Un trabajo bien articulado
Junto a la cátedra de Economía Social y Solidaria de la Facultad de Ciencias
Económicas, Maico Roris Severino intercambió experiencias con diversos grupos
de emprendedores con el objetivo de “generar trabajo para personas que están
alejadas del mercado formal”. En este sentido, contó que se reunió con pequeños
agricultores de la zona y diversas cooperativas locales. “Por lo poco que pude
ver, me parece que el apoyo a la Economía Solidaria no es tan grande pero está
bien articulado y de esta manera es posible desarrollar muchos proyectos”,
vaticinó.
Consultado por el presente y futuro del movimiento de
Economía Solidaria, el docente opinó: “no va a competir con la economía que
tenemos, pero es una salida y un movimiento que sirve para salir de una
situación más precaria. Esto puede tener dos sentidos: trabajar con las reglas
del juego que hay o crear otra lógica de trabajo, y esto depende mucho de las
oportunidades que se ofrezcan a los nuevos emprendimientos. El intercambio con
personas que no asisten a la universidad y cuentan con conocimientos populares
posibilita que se apropien de otros elementos para desarrollar sus actividades
productivas y mejorar su calidad de vida”.
Desde la cátedra de Economía Social y Solidaria, Rut Azerrad
añadió que “la responsabilidad de la Economía Social y Solidaria no es un escenario de
alternativa y salida, sino de resistencia absoluta y responsabilidad del
conocimiento al servicio de la transformación social, de generar espacios de
pensamiento crítico expandiendo el presente y transformando desde las propias
bases del sistema capitalista, sin imaginar que para poder generar un proceso
de transformación el capitalismo debe desaparecer. Todos estamos de acuerdo en
que el sistema capitalista no funciona, hace daño y es perverso, sin embargo hoy
convivimos con eso y la realidad nos obliga a generar acciones de corto plazo
que no implican una transformación pero sí, en algunos casos, al menos un
alivio o una respuesta puntual”.
Y añadió: “Como universidad tenemos la responsabilidad y la
obligación de generar un proceso de pensamiento y sistematización del
conocimiento que interpele al propio conocimiento científico para saber al
servicio de qué está ese conocimiento que se genera en las universidades. Si
los docentes, los extensionistas y los estudiantes nos ponemos en marcha desde
una mirada de alternativa, de coincidir en los procesos de transformación, se
puede hacer bastante ruido. Y muchos de los que se sienten cómodos en el
sistema universitario deberían animarse a salir de esa situación y estado de
confort”, cuestionó.
Rut Azerrad concluyó: “La economía solidaria es una
estrategia en construcción, no hay horizonte que señale cuál es el futuro. De
hecho el futuro del país y de las sociedades del mundo están en un proceso de
revisión, y eso no va a depender sólo de la Economía Social y
Solidaria sino de las respuestas de las instituciones con las cuales nos
involucremos”.
Publicada en Pausa #158, miércoles 22 de julio de 2015
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