Acerca de la ocupación, para la cultura, de los espacios abandonados
por el Estado y las instituciones.
Por Andrés Acevedo (*)
A principios de los 90 nos lanzamos junto a un grupo de
amigos del Cine América a ocupar espacios públicos a través de la imagen-rock.
Lo hicimos inicialmente en las instalaciones del Cine América, con Arlequín
Producciones junto a Alejandro David y luego A Secas Producciones. Luego nos
planteamos pasar a una fase superior en desafíos colectivos: darle luz y cámara
al Patio Catedral. Formamos para tamaña tarea la Cooperativa de Arte
Los Duendes de la Setúbal
y la construcción de una gigantesca pantalla de proyección. Eran épocas de
devastación y saqueo, en pleno auge de liberalismo con privatización y cierre
de espacios públicos para todo tipo de expresión cultural y popular. Ni que
hablar del rock. “Ocupar” el Patio Catedral fue sin dudas un acto de auténtica
resistencia de una generación. Esa generación supo de la maravilla del lugar
que ocupaba con significación comunitaria y cultural. El profundo sentimiento
de pertenencia y de notable respeto a esas preciosas ruinas, no pudo más que
traducirlo en el natural-social cuidado del entorno nuestro, que lejos de
sufrir detrimento alguno, se enalteció-fusionó con la presencia humana
santafesina que, con su calidez singular, hizo, como siempre, florecer
espaciosos lugares con una clara identidad ciudadana.
En noches auténticamente mágicas, estrelladas o con lluvias
tropicales, desfilaron artesanos, músicos, motociclistas, actores, murgas,
bailarinas, amantes de la cultura popular y por supuesto del rock. También
contamos entonces con apoyo del Estado provincial a través de Antonio Germano.
Esta fue una de las tantas experiencias culturales colectivas que se
desarrollaron en el mismo espacio, legendario, que quiso ser ruina para
albergar diversas construcciones, lo que hace parecer mentira, un claro retroceso,
que pueda ser posible una finalidad distinta para uno de los lugares más
esplendorosos de Latinoamérica. Sería deseable que todos nos pronunciemos al
respecto.
Desde la distancia pero con el profundo afecto que siento
por mi querida Santa Fe y en particular por el Patio Catedral, envío mis votos
para que el Patio Catedral sea un espacio cultural de y para el pueblo de Santa
Fe y de Latinoamérica.
(*) Integrante de la Cooperativa de Arte Los Duendes de la Setúbal junto a Fabián
Faya, Lucrecia Hadad, Patricia Aranda y Lulo Costa. Texto publicado en redes
sociales.
Publicada en Pausa #158, miércoles 22 de julio de 2015
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Foto: Juan Curto
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