A doce años de la inundación del río Salado, se renuevan los
reclamos de justicia y verdad. Reutemann y sus nuevos socios, Macri y Del Sel,
en el centro de las críticas.
Por Ezequiel Nieva
Bajo la lluvia, cientos de vecinos marcharon este miércoles
29 de abril desde la Plaza
del Soldado hacia Plaza de Mayo para reclamar justicia por la inundación de
2003 que afectó en forma directa a 130 mil santafesinos. Estudiantes,
militantes barriales, vecinos de a pie, dirigentes sociales y políticos
acompañaron al movimiento de inundados en la conmemoración de un nuevo
aniversario de la peor catástrofe de la ciudad.
En forma solidaria, con el único objetivo de juntarse para
ayudar a mantener vivo el reclamo, los manifestantes desafiaron la llovizna y
ganaron una vez más la calle. Hubo una primera concentración en Plaza del
Soldado; al anochecer, las columnas partieron por calle San Jerónimo rumbo a
Plaza de Mayo, donde se realizó el acto central por los 12 años de la
inundación evitable del río Salado.
Se sabía que no iba a ser un acto cualquiera. El contexto
electoral, las lluvias de febrero y marzo que anegaron los barrios del norte de
la ciudad, la reaparición pública del ex gobernador Carlos Reutemann en los festejos del PRO en Rosario, la noche del 19 de abril, fueron los condimentos que
calentaron la previa. “Este no es un acto más: tiene el corazón, el alma del
suroeste, del oeste, del norte de la ciudad”, resumió Graciela García, de la Marcha de las Antorchas,
sobre el final del acto.
Reutemann, un “asesino serial y culposo”
Desde el escenario montado de espaldas a la Casa de Gobierno, los
inundados leyeron el documento preparado para la ocasión, titulado “Noches de
fantasmas, auroras de esperanzas”. Habían pasado solo diez días de las
elecciones primarias y la imagen del Lole junto Mauricio Macri y Miguel Torres
del Sel en la celebración rosarina del PRO estaba más fresca que nunca. Por haberlo sumado a Reutemann a su espacio, Macri y Del Sel ligaron más de una
crítica durante el acto.
De entrada, el documento elaborado por la Asamblea de Inundados
plantea que la Constitución
Nacional es “letra muerta de tragedias” ya que en el caso de
la inundación de 2003, con los responsables de decenas de muertes impunes, no
se cumple el principio constitucional de igualdad ante la ley.
Una alusión directa al ex gobernador Reutemann, definido
como un “asesino serial y culposo” y no solo por los muertos de la inundación
sino también por los nueve vecinos asesinados por la Policía en diciembre de
2001. Desde Rosario, Celeste Lepratti –la hermana del “Pocho”– llegó a Santa Fe
para acompañar el reclamo de los inundados, que es también el reclamo de los
familiares de las víctimas de 2001.
La vinculación del PRO con la inundación no es caprichosa.
Los principales cuadros políticos de Reutemann –como Juan Carlos Mercier y
Ricardo Spinozzi–, funcionarios al momento de la catástrofe del Salado,
saltaron del PJ al partido de Macri en un movimiento iniciado en 2011 con la
primera participación electoral de Del Sel y coronado, en febrero último, con
el fichaje del ex piloto por parte del alcalde porteño.
Que la
Justicia haga justicia
Como ocurre en cada aniversario de la inundación, la parte
más importante del documento fueron los reclamos al Poder Judicial por el avance de la causa penal que investiga las responsabilidades políticas de la
inundación y que ya lleva doce años de trámite. Para la Asamblea de Inundados, la Justicia es “la encargada
de limpiar sus inmundicias, su corrupción, sus robos, sus negociados, sus
asesinatos directos o indirectos”.
Hubo menciones directas a la responsabilidad que tuvo
Mercier –ex ministro de Hacienda y de Obras Públicas y actual asesor del PRO
santafesino– en la ejecución de la inconclusa defensa oeste, por donde ingresó
el Salado a la ciudad. Los inundados remarcaron que la Justicia no investigó ni a
Mercier ni al contratista Américo Victorio Gualtieri por “la adjudicación
directa del tenebroso tramo II de la defensa del oeste”.
Las luchas populares son largas. En el acto, los inundados
recordaron que el movimiento de derechos humanos debió batallar durante 14 años
–desde los indultos hasta la derogación de las leyes de impunidad– para sentar
en el banquillo a los represores de la última dictadura. Y aunque no tienen
muchos elementos para pensar que en Santa Fe habrá justicia por los muertos de
la inundación, saben que el único camino es la resistencia y la persistencia en
el reclamo.
Un párrafo del documento resume la cuestión: “Existe un
valor simbólico y un valor real de la impunidad y la inseguridad judicial o
jurídica. Son hermanas gemelas, son gemelas porque actúan al unísono con los
mismos gestos, se copian mutuamente, poseen los genes adulterados para intentar
hacernos creer lo que sea. Tejen la historia de la inundación como una crecida
extraordinaria, de la incontrolable naturaleza, de la imprevisible cantidad de
lluvias producidas en corto tiempo. Intentan hacernos creer que nada se puede
prevenir, que todo es culpa de la naturaleza, que sólo se puede actuar una vez
producido el hecho y hablan del fenómeno natural, del fenómeno social, del
fenómeno sanitario. El verdadero fenómeno es el de los políticos y economistas
que nos determinan de antemano que ellos son los imprevisibles. Ellos son el
verdadero ensayo desastroso y nosotros los conejillos de india que los votamos”.
La plaza de los inundados
La plaza de los inundados
Después de la lectura del documento, los integrantes de la Marcha de las Antorchas
subieron al escenario para cumplir con un ritual que se repite año tras año, 29
tras 29: la lectura de los nombres de los 158 muertos de la inundación (23
reconocidos por el Estado, 18 incorporados en la causa penal).
Luego, Graciela García, una de las integrantes de la Marcha de las Antorchas,
pronunció un último discurso: “Nosotros hemos sentido algunas soledades,
algunos fríos que entraban por los huesos, algunos miedos cuando nos pedían el
documento. Pero hoy la Marcha
y la Asamblea
de Inundados nos debemos un homenaje por ocupar esta plaza tan caminada, tan
tomada por nosotros”.
“La reparación integral no se logra sin justicia”, dijo
García apuntado hacia el Palacio de Justicia, frente al cual los inundados
clavaron –hace doce años– las cruces que simbolizan a sus muertos. “En ese
oscuro edificio de Tribunales, ellos tienen el poder de la vida y de la muerte,
como lo tuvieron Reutemann y Mercier”.
Discurso de Graciela García
Discurso de Graciela García
No hay comentarios:
Publicar un comentario