Crecen y suman adeptos en la ciudad los Slams de poesía oral.
Textos propios recitados en tres minutos es la premisa de
todo participante de un Slam de poesía oral, la nueva forma que le añade a la
literatura el rigor de la competencia.
Treinta años es un período mínimo en lo que a historia de
las competencias respecta. Era 1985 cuando Marc Smith, un escritor yanqui que
laburaba en el rubro de la construcción, le añadió al recitado oral de poesía
algunas reglas que le imprimieran un espíritu de duelo: textos de autoría
propia, nada de accesorios musicales ni ornamentales y tres minutos de escena
son las normas básicas de todo Slam de poesía oral, un formato de dramatización
literaria cruda con alguna reminiscencia al boxeo.
Los slams son batallas del verso que deleitan al público local. Foto: gentileza Felipe Ojalvo.
En 2015, previa escala en Buenos Aires, Santa Fe está
recogiendo esa experiencia gracias al impulso de unos casos de juventud que se
presumen inquietos, militantes de su forma de hacer arte, ansiosos por
contagiarla.
Se agrega a ese ánimo una “lucha entre recitadores por una
copa, condicionados por una serie de reglas”. “Es una forma de llevar al máximo
la expresividad entre los competidores. Para hacer más divertido eso de ir a
escuchar a alguien que lee, porque suele ser aburrido, es que lo hacemos
rápido, con eliminación directa y por una copa”, comenta enfático Chapa
Perrone, quien ya se alzó el trofeo máximo de este evento del que hubieron dos
ediciones celebradas durante el año pasado.
Chapa es, además, uno de los que se cargó la tarea de
organizar estos eventos que tuvieron ensayos previos titulados Jams de poesía
oral, en los que las normas eran un poco más elásticas, a fin de empezar a
sumar entusiastas con sus textos y sus ganas de promover este tipo de torneos.
Los performers de esta actividad se fueron acrecentando en
número de tal modo que ya se agregan con regularidad a los eventos que buscan
la multiplicidad de lenguajes artísticos como consigna unificadora: “Por
suerte, es cada vez más habitual que algún que otro integrante de eventos como
los Slams… forme parte de un espacio en el que conviven también la presentación
de una banda, la proyección de algún corto...”
Así, la poesía cobra espacio en la agenda cultural
santafesina junto al rock, al cine, a las demás artes escénicas en su lógica de
gestión cooperativa, en la que nuevos escenarios y posibilidades le abren
camino al laburo de los artistas locales.
Justamente, ese cruce de formas del arte conforma tanto la
condición previa como la finalidad de los eventos: la autoría de un escrito
original en composé con su puesta en escena es una exigencia doble que también
es un desafío para los más arrojados, como por ejemplo para Florencia Ordiz,
una joven actriz que declara que “en mi caso, lo escrito se anexa a la
construcción de un personaje, que puede formar parte tanto como de un Slam como
de un ciclo de teatro. Es una manera distinta de encararlo en comparación a
alguien que viene del ámbito de las letras. Está bueno porque la dinámica es
más variada para los espectadores. De cualquier manera esto siempre mantiene el
dinamismo, porque si no te gusta lo que estás escuchando, son tres minutos y
ya, viene otro. Hay garantía de que el aburrimiento acá no sucede.”
“¿Qué llevo?” es una de las preguntas que más inquieta en el
momento de la composición: ¿algo que me esté pasando? ¿ficción? ¿algo que rime?
¿lo que el público quiere escuchar? Y los interrogantes llevan a más dudas
antes que a respuestas, aunque hay un camino que parece ser el que marca el
ritmo de los slams argentinos: “hay mucho de autorreferencia, mucha literatura
del yo. En el caso santafesino hay pibes que tienen prosas bien refinadas, como
es el caso de Elián Del Mestre, así como también otros, como yo mismo, que me
sirvo mucho de coloquialismos, a veces referenciando a nuestras vivencias, a
veces con humor, por ahí más dramático; incluso hubo performances hechas por
standuperos que se desapegaron de la comedia, porque además de ser un espacio
de experimentación, aprovechamos para ejercitar otras sensibilidades”, declaró
a Pausa Felipe Ojalvo, quien hizo la punta a partir de una casualidad
youtubera, que derivó no sólo en esta serie de encuentros, sino también en su
acercamiento a la literatura.
La próxima fecha
Después de haber contado con el apoyo de la primera plana en
lo que respecta a la literatura de la vera cruz (el primer Slam tuvo sede en la
última Feria del Libro de Santa Fe), el colectivo de artistas prepara el Primer
Festival de Poesía Oral, que presentará distintas intervenciones (monólogos,
recitados, etc.) además de la competencia tal y como ya es tradicional, con el
complemento de shows de música en vivo. Los escritores santafesinos Pedro Pagés
y Alfredo Di Bernardo, la reconocida slamer Mariana Bugallo y el grupo de
poesía oral Elemento disruptivo son algunas de las figuras salientes que
estarán participando del evento el 21 de este mes, en el Mercado Progreso (Balcarce
1635). La convocatoria es con entrada libre y gratuita, a partir de las 19.00.
Publicada en Pausa #149, miércoles 11 de marzo de 2015.
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