Ciro y Los Persas en Unión. Volvió el cantante piojoso y su
delirio hizo saltar al estadio cubierto.
Andrés Ciro Martínez, ex cantante de Los Piojos y líder de
Los Persas, regresó al cubierto tatengue el sábado 27 de septiembre para
presentar su show solista: voces que como mínimo son igualmente prolijas que en
los discos (por momentos incluso mejores), juegos de coros con el público y
zapadas con armónica lo convierten en un remolino que captura atención casi
infaliblemente. Las zonas aledañas al recital no demandaron mayores controles
policiales, el ingreso fue sumamente ágil incluso para los que llegaron pisando
el talón a la hora de inicio, cuya previa fue tradicional con saltos, banderas, y el agite de “El balneario
de los doctores crotos”, “Ruleta” y “Chac tu chac” (ninguno de los tres estuvo
presente luego en el setlist).
Casi tres horas estuvieron montados en el escenario Los
Persas que, tras una proyección en pantalla led gigante, iniciaron con uno de
los nuevos clásicos: “Antes y después”, un rock de esos melódicos pero bien
contundentes que a fuerza de un punteo provoca olas en la marea de gente.
Luego, una sincronía espectacular durante “Barón rojo”, cuando la banda en vivo
y el videoclip por detrás llevaban el tiempo de la canción casi sin diferencias
(ello da cuenta del nivel de pulido que tiene este grupo de músicos que están a
la altura de lo que Martínez exige para ser acompañado). El repaso por la
discografía piojosa no fue extenso, aunque a los ausentes les sumemos “Tan
solo” o “Desde lejos no se ve”. Sí estuvieron, entre otros, “Te diría”, “Cruel”
y “Morella” mechados entre las canciones
de Espejos y las de 27, que de a poco se van colando y celebrando con el mismo
fervor que los clásicos que reventaron las radios de los 90 y llenaron Boca,
River y el Estadio de La Plata
en los 2000.
Amén de ello, Ciro sigue siendo (se distingue al avistar una
panorámica del campo) puerta de ingreso para jovencitos y jóvenes al universo
del rock: la reminiscencia a Moris en “Genius”, las versiones de “Around
around”, “Zapatos de gamuza azul” y el tema con el que clausuró la velada
(“Honky Tonk Women”, de los Stones) son intencionalidades más que claras.
El Negro García tuvo también su momento cuando se tocó en su
memoria “Blues local”, sin ensayar, aunque no se notó y esto es digno de
remarcar nuevamente: la banda siempre está a la altura de lo que el frontman
requiere.
El nivel de exigencia y el exigente público están
equilibrados de manera tal, que hace que su fórmula sea indiscutible.
En Pausa #143, miércoles 8 de octubre de 2014. Pedí tu
ejemplar en estos kioscos.
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