Hoy en Santa Fe y el 10 en Rosario se estrena Secretos del
mar dulce, un telefilm creado por realizadores locales.
Pensar la historia como un “mirar hacia atrás” es establecer
un recorte innecesario, trillado, incluso podría decirse ilógico. El pasado no
habita otro lugar que no sea el presente. Aunque muchas veces oculto, siempre
puede suceder que una lluvia o cualquier otra fortuna bañe eso invisible con
sus propiedades purificantes. Al pasado se lo recorre de frente. No obstante,
seguramente las reconstrucciones se estancarán con esos restos faltantes que
quedan incompletos, con grietas y huecos irremediables, como sucede por caso
con las piezas cerámicas escondidas en el fondo de un río. Un buen recurso es
el de ficcionalizar esos pedazos ausentes, agregar conectores metafóricos,
tomarse licencias poéticas. Palabras más, palabras menos, a este curso se
encomendó el equipo de trabajo de Secretos del mar dulce, una historia de Santa
Fe La Vieja , un
telefilm ambientado en esa misma localidad y codirigido por Iván Olesak y
Lautaro Ruatta.
Cuidados tramos de ficción y fundamentadas secuencias documentales para revisitar la historia de Santa Fe La Vieja.
El proyecto de lo que primero sería una ficción neta y
después mutó a una ficción documental, comenzó en esta misma época pero durante
2012, cuando desde Señal Santa Fe requirieron el trabajo de Olesak para
producir “una pieza que agregue algo más al viaje de 4to grado que todos
hicimos con la escuela. Pretendimos una pieza audiovisual que no se reduzca a
dar cuenta de los motivos de la mudanza y cuestiones ya reseñadas, sino que
entretenga e invite al interés por seguir investigando, simultáneamente”
advierte Ruatta para Pausa acerca de este trabajo que se comenzó a filmar
durante el último verano y que se estrena hoy a las 20.15 en el Cine América
con entrada libre y gratuita. Sin embargo, sí hay cosas que la tradición oral
tendió a jerarquizar de un modo acaso inapropiado y que de alguna manera
intentan ser reparadas durante la narración: además de los ciertos problemas de
inundación que los terrenos originales tenían, se le suman conflictos bélicos
con los “calchaquís” (término genérico que los “vecinos” empleaban para nombrar
a los pueblos originarios), inconveniencias económicas relacionadas con los
accesos a la ciudad, y la lista continúa.
Entrevistas, representación de documentos indagados durante la investigación (con nombres y posesiones reales) y esos conectores alegóricos se conjugan para enlazar la historia de unos niños que siguen un juego propuesto por su abuelo. Gracias a ese juego se embarcan en una odisea revisionista que los llevará a la historia de Orejano, un hombre que deja un legado de varios siglos aún cuando su nombre significa “que no tiene marca” y de un alcalde que se bifurca entre el ejercicio de su autoridad y la erosión de su entereza íntima. También cuestiones de propiedad privada y de la identidad de un pueblo rellenan el lienzo de un clima social que se completa con muchos detalles propios de ese tiempo: fundamentalmente, la narración ocurre durante el 10 de marzo de 1655.
Además del evento de hoy, la película se proyectará en el
Cine El Cairo de Rosario, este viernes 10. Luego de ello, esta historia de
Santa Fe La Vieja
intentará seguir el mapa de cines de la provincia para después ocupar espacio
en televisión y en videotecas como material testimonial, pedagógico, artístico.
En Pausa #143, miércoles 8 de octubre de 2014. Pedí tu
ejemplar en estos kioscos.
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