El periodista y docente Ariel Scher pasó por la Feria del Libro de Santo
Tomé para presentar “Contar el juego”, una obra que conjuga a Fontanarrosa y
Cortázar, entre otros.
Por Gastón Chansard
El periodista y docente Ariel Scher llegó hasta la Feria del Libro de Santo
Tomé para Contar el juego. Su nuevo libro refleja el juego de la literatura y
el deporte argentino en una selección compuesta por nueve escritores que fueron
minuciosamente elegidos y trabajados de manera conjunta con sus hijos, Ezequiel
y Julián.
En el auditorio Andrés Roverano, el hijo –Ezequiel– presentó
al padre y el padre presentó otro libro, que vendría a ser un nuevo hermano de
Fútbol, pasión de multitudes y de elites; La Patria deportista; Wing izquierdo, el enamorado
(y otros relatos); La pasión según Valdano; Fútbol en el bar de los sábados y
Deporte nacional, dos siglos de historia.
“El juego del deporte y el juego de la literatura trazan un tercer juego que es compartido”, dijo el docente y periodista Ariel Scher. Foto: Carolina Niklison.
Para Scher, volver a Santa Fe no es una cuestión tan simple
como venir a presentar un trabajo y regresar a la rutina laboral de Buenos
Aires. Para este inquieto buceador del deporte y sus más variados vínculos
sociales, nuestra provincia representa recuerdos muy profundos, “en su momento
Ceres fue mi lugar en el mundo, ahí pasé muchas vacaciones, porque allá vivían
mis abuelos”. Además de tocar esos lazos familiares, también le representa una
“enorme pasión por el fútbol”, por encima del resto del país, una pasión que le
gusta vivir en las sobremesas. Y con respecto a ese concepto, no dudó en confesar
que “las sobremesas de los santafesinos son diferentes a cualquier otras, acá
te podes quedar hablando de fútbol hasta cualquier hora de una manera muy
interesante”.
Si de Santa Fe hablamos, durante la presentación formal del
libro elevó a lo más alto del podio literario al poeta, periodista y militante
santafesino Francisco “Paco” Urondo. Luego de las honrosas palabras para con el
autor de La patria fusilada, de la misma manera se mostró orgulloso de volver a
pisar la provincia de José Pedroni, recordando segundos más tarde las muestras
de afecto entre el escritor y el Club Ciclista Esperancino. Y Scher apuntó al
corazón de los amantes del ciclismo con solo mencionar el poema “La bicicleta
con alas”.
Hay juego en las letras
Cuando el lector abre el libro se encuentra con un enorme
trabajo de investigación y años de experiencia del periodista.
En cada página se pueden encontrar los escritos, las vidas y
hasta esas costumbres cotidianas que muestran a nueve escritores como tipos
comunes, apasionados por algún deporte, como cualquier hijo de vecino. Contar
el juego es un viaje a vidas y obras ajenas que, con un lenguaje claro, nos
espejan. En esta oportunidad el autor reúne una serie de biografías de
escritores argentinos enfocadas en su relación con el deporte, y Scher manda a
la cancha de las letras a nueve jugadores de calidad: Eduardo Sacheri, Haroldo
Conti, Julio Cortázar, Osvaldo Soriano, Roberto Fontanarrosa, Juan Sasturain,
Adolfo Bioy Casares, Rodolfo Araceli y Martín Caparrós.
Durante la presentación, el docente y periodista destacó que
“el juego del deporte y el juego de la literatura trazan un tercer juego que es
compartido”. Además, señaló “que el deporte aparezca tanto en la literatura
tiene que ver con todas las cosas que están en juego en un acontecimiento
deportivo, tanto a nivel individual como colectivo” y dijo que “en el deporte
dan vuelta siempre identidades, pertenencias, historias culturales”.
El inicio y más
Scher –o los Scher, padre e hijo– plantearon en la charla, y
también lo hacen en las 262 páginas atrapantes del libro, que hay diversas vías
para investigar sobre las relaciones existentes entre el deporte y la
literatura. Y sobre esas “relaciones”, apenas hace falta indagar en otros
trabajos realizados por el periodista, como La patria deportista y Deporte
nacional, dos siglos de historia. Subraya en cada entrevista (también lo hizo
con Pausa) que esos lazos “provienen desde los años de Bartolomé Mitre y
Domingo Faustino Sarmiento”. Y como buen investigador, no dejó de remarcar un
dato de profundo valor histórico en esta materia, al informar que fue un
santiagueño, Bernardo Canal Feijóo, el que escribió el primer texto poético de
la literatura nacional que se preocupó por unir dos series culturales tan
disímiles entre sí, la poesía y el fútbol. “El hombre nacido en Santiago del
Estero difundió el poema ‘Córner’ en
1924”.
Y en esta hermosa aventura de navegar por los orígenes de
una relación que parecía inviable hace medio siglo atrás, Scher comienza su
última obra literaria con una pregunta: “¿Cúal es la primera página, la primera
de todas las páginas de la historia de la literatura argentina en las que, de
una manera o de otra, juega el deporte?”. Y el autor desparrama opciones, que
van desde los diálogos futboleros entre Roberto Fontanarrosa y Osvaldo Soriano,
pasando por Roberto Santoro y su enorme trabajo de investigación realizado en
los comienzos de los años setenta (1971) con su Literatura de la pelota, o por
los cuentos con ajedrez de un ajedrecista como Rodolfo Walsh y el ajedrez que
juega el prócer Juan José Castelli bajo las luces de Andrés Rivera, hasta el
párrafo en el que Manuel Puig habla de Moreno, de Labruna y de Loustau. “La
primera página puede ser cualquiera de esas o Roberto Arlt, compartiendo sus
deslumbramientos inaugurales en un estadio o argumentando que la gramática se
parece mucho al boxeo y que un libro sólo vale la pena si se tiene la
contundencia de un cross a la mandíbula”.
Indudablemente, para los que gustan de este género, Contar
el juego es disfrutar de esa fantástica técnica de un boxeador, en el que uno
queda maravillado cuando entra ese perfecto cross a la mandíbula.
Publicada en Pausa #144. Pedí tu ejemplar en estos kioscos
de Santa Fe y Santo Tomé.
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