Hugo y los Gemelos es la nueva sensación humorística y
musical.
En época de emergencia hídrica, el terreno cultural es
evidentemente más elevado que el físico, mejor protegido. De ser necesario, las
barricadas protectoras de los laburantes del arte y de nuestros centros
culturales se conformarían por pilas de personas que ya supieron frenar el
avance de las políticas excluyentes, de intentos de desalojo, y que se bancaron
la represión. La resistencia, que se milita con obras y recitales en las
plazas, en cada casa de la abuela que se estrena como sede de festivales y ferias
y también en las marchas hacia el entrecejo del Estado, no se dobla. En esa
variedad de espacios emergen, entre la comunidad creciente, rostros repetidos
que un día están en la radio, mañana editando una película, pasado agregando
vientos a una canción acústica. Hugo y los Gemelos encarna el caso de esta
lucha a través de los distintos soportes de lo alternativo como posible.
Lautaro Ruatta como el abuelo Hugo, que junto a los Gemelos te dobla de la risa. Foto: Pablo Bertoldi.
Una fila que dobla esquinas habla de sucesos, no
necesariamente de calidad, aunque en este caso ambas variables se cruzaron: “Originalmente
pensamos el show para poder aprovechar los pasillos del cine, después tuvimos
que habilitar la parte de arriba y ahí se perdió la interacción. De cualquier
manera, no nos impidió dejar todo y se notó, estábamos quemados”, es la
sensación que todavía late en Lautaro Ruatta, que dialoga con Pausa una semana
después del espectáculo brindado en el segundo jueves del Ciclo Desvelado
organizado por el Cine Club Santa Fe. La ocupación prácticamente plena de hasta
escaleras y pasillos demoró una hora el arranque, que esta vez estuvo a cargo
de Javier Bonatti.
El anecdotario del abuelo Hugo está tan nutrido que cada vez
que hay una nueva fecha hay una historia que viene a cuento de alguna de la
veintena de canciones que la banda ya enlista como fijas, aunque capítulo a
capítulo se vayan reversionando. La banda sonora se va y vuelve del primer
plano hacia el segundo, omitiendo el canto cuando hay que hacer de colchón
durante las transiciones actuadas o enfatizando sus manifiestos en la letra de
“La ley del tiempo” o en su lectura de Sigmund Freud. “Así como el tiempo es la
atmósfera del cuerpo, el tiempo es la atmósfera de la mente” es una de las
premisas que se entrevera entre algún flyer de un show viejo y que se repitió
en las piezas documentales proyectadas acerca de los ciclos lunares y su
correspondencia con la ingeniería anatómica terrícola.
Debido a que el tiempo sucede mientras nosotros mismos nos
vemos en constante modificación, es lógico que nuestra mente vaya armando y
desarmándose en cada nuevo espacio, en los nuevos públicos, en las nuevas
historias narradas. Martín Pedretti (guitarras, voz y armónica) y Nano Filosi
(percusiones y voz) son los que hacen la punta en la cuestión compositiva cuyo
producto varía desde los blues litoraleños hacia el country, la zamba y la
música de circo. Ruatta, el de la composición teatral (aunque gran parte de su
letra se resuelve en directo), se encarga de poner en sintonía con lo que casi
siempre deriva en escenas tragicómicas que pueden adoptar como disparador al
calendario maya o la proyección de un fragmento de Tiempos modernos.
Dependiendo del pulso
La pre-producción no juega un papel preponderante en la
performance: “Lo que organizamos durante el armado de la fecha es el orden de
los temas y no mucho más, yo nunca preparo qué es lo que voy a decir: cuando
los vagos están tocando ya me pasan cosas, los lugares te producen cosas. El
Cine América tiene una mística increíble, me tomó el cuerpo”, agrega el actor.
El show lo diagrama ese entorno que es como una nube que llueve distinto en
cada nueva tormenta. Los actos nacen de los encuentros, de las propuestas que
allí van naciendo, de un “che, hagamos algo”.
El acontecer, lo vivo es lo que merece la atención de los
personajes. No sólo da letra, también dota de texturas a la puesta en escena,
que presenta al semblante de gemelos vestidos con camisetas blancas de abuelo,
como las que usara Sonny Corleone. El proyecto los va llevando a ellos, Lautaro
habla de a ratos como si él mismo fuera un espectador del grupo, que adopta un
espíritu que camina por impulso comunitario.
“Miedo a petrificar”
Si bien ya se han escrito más de 25 capítulos de esta
historia que se arma por piezas sueltas y muchas veces improvisadas, se percibe
una organicidad que se apoya fundamentalmente
en la convivencia, en conocerse, en la facilidad que eso apareja. Como
toda convivencia lo importante es reinventarse y ese es, precisamente, el miedo
que los gemelos no pueden sacudirse ni aún con los disfraces en la percha: “No
grabamos para no petrificar las canciones, no queremos sacrificar la frescura y
la libertad que tenemos para elastizar la cuestión. De todos modos, estamos en
disputa y, seguramente acabemos grabando algo que va a ser otra cosa más
adelante. No creo que sea un CD, antes pensamos en hacer algo en cassette, hoy
quizás en vinilo”.
Agosto seguramente ofrecerá escenario para un nuevo título
de un movimiento que de shows grandes, como el pasado, se ocupará no más de una
o dos veces por año, pero que quiere seguir intimando con su público, que es la
atmósfera que mejor le queda.
En Pausa #138, miércoles 30 de julio de 2014. Conseguilo en estos kioscos.
1 comentario:
HOY HOY HOY - 16 de Agosto - 21.30 Hs. - DAMAS !!!! de Adriana Allende Reservas al 155440427 o al 155356471. Con Noris Humeler, Silvia Paredes, Carina Cammaroto, Maria José Serniotti, Graciela Leonor Iturraspe y Mónica Ester Mántaras. Dirección: Sergio Cangiano. En la Casa del Maestro, Bv. Gálvez 950. ÚLTIMAS FUNCIONES !!!
Publicar un comentario