lunes, 30 de septiembre de 2013

Puchitos para cada promesa

El presupuesto para obras nacionales en Santa Fe es un 26% menor que en 2013, sin considerar la inflación. Trabajos significativos quedarán pendientes a la espera de recursos.

Mientras el Congreso Nacional debate el proyecto de presupuesto 2014, el Ministerio de Economía de la provincia se apresta a enviar a la Legislatura su propio cálculo de gastos y recursos. Como viene ocurriendo desde el cambio de color político en Santa Fe, en 2007, la Casa Gris puso el grito en el cielo ante lo que entienden como una manifiesta “discriminación” por parte del gobierno central en la distribución de la obra pública.
El primer contrapunto fue luego de la presentación del presupuesto nacional. Los legisladores del Frente Progresista hicieron notar que no se había incluido el aval de la Nación para que la provincia pueda tomar un préstamo del Fondo Kuwaití para la ejecución de la primera etapa del acueducto Reconquista I, que una vez concretado permitirá llevar agua potable a 275 mil habitantes del norte provincial.
Los diputados nacionales del Frente para la Victoria gestionaron la inclusión del aval –ahora resta la firma del ministro de Economía de la Nación para que se concrete la operación–, que quedó incorporado en el dictamen definitivo. Ese fue, apenas, el primero de los muchos contrapuntos que oficialistas y opositores protagonizaron en las últimas semanas sobre la forma en que se repartes los recursos y las obras.

El trazo grueso
El proyecto de presupuesto nacional para el año próximo prevé partidas por 147 millones de pesos para financiar obras de infraestructura en Santa Fe: un 26% menos que las aprobadas para 2013, que oscilaron los 200 millones de pesos.
Esos fondos se distribuirán entre una veintena de obras: básicamente, rutas y puertos. Los fondos asignados a Santa Fe representan el 3,81% de lo que se reparte entre las 24 provincias. Y las perspectivas adelantadas en el presupuesto plurianual para 2015 son similares.
El puente Santa Fe-Santo Tomé y el acceso al futuro puerto de Santa Fe recibieron asignaciones que no son suficientes para iniciar las obras.

Mientras los fondos para la provincia decaen, la partida destinada a subsidiar combustibles, energía y minería registra un aumento del 3,1%, lo que de todos modos resultará insuficiente si el gobierno nacional pretende mantener las tarifas congeladas durante 2014.
El presupuesto nacional prevé recursos por 931.164,3 millones de pesos y un gasto total de 927.585,2 millones de pesos. El 9% del gasto total se destinará al pago de la deuda, que la presidenta defendió como una de las prioridades en el marco del proceso de desendeudamiento iniciado en 2003.

Muchas obras, pocos recursos
Conocidos los números que proyecta la Nación para el año que viene, el gobierno provincial criticó las prioridades y “el modelo de gestión que propone” el kirchnersimo, según definió el vicegobernador Jorge Henn, en particular en lo referido a la obra pública. “Santa Fe continúa siendo postergada para la ejecución de nuevas obras”, cuestionó Henn. Y calculó que “del total asignado para 2014, a nuestra provincia le toca la mitad de lo que le correspondería si se aplicaran los índices de coparticipación”.
El vicegobernador y el diputado nacional Jorge Álvarez elaboraron un listado que “corrobora la desaceleración en el tiempo y la poca inversión” de la Nación en la provincia. Y enumeraron las obras más significativas:
- El puente Reconquista-Goya: la obra tiene el proyecto definitivo aprobado y los gobernadores de Santa Fe y Corrientes pidieron su llamado a licitación, pero el porcentaje de ejecución previsto para 2014 es del 0,21% del total de la obra.
- El puente Santa Fe-Santo Tomé: en el presupuesto 2010 se prometió que, para 2013, estaría ejecutado el 62,5% de los trabajos, que ni siquiera comenzaron. Lo previsto para el año próximo es de apenas el 0,56%.
- Los accesos al nuevo puerto de Santa Fe: el proyecto de presupuesto 2014 contempla recursos para financiar el 4,97% del total de las obras.
- La autovía Rufino-Rosario: la ejecución prevista para el próximo año es del 0,56%.
- La autovía Recreo-San Justo: también se prevé que, para 2014, se ejecute el 0,56% de la obra.
- La autovía Ruta 34: el porcentaje de ejecución para 2014 es del 1,15% y del 10,57% para 2015.
“Estos son sólo ejemplos de muchas obras más que cuentan con una previsión simbólica”, señalaron Henn y Álvarez. “Estamos convencidos de que un modelo de país democrático tiene que ser más federal. Las provincias no son un territorio al arbitrio del poder central”.
A las críticas se sumó el senador por el departamento La Capital Hugo Marcucci: “La Nación sigue postergando la construcción del nuevo puente Santa Fe-Santo Tomé. Mientras siguen anunciando la construcción de nuevos puentes, ni siquiera han confeccionado los pliegos para poder llamar a licitación”, añadió en alusión a la promesa de la presidenta de avanzar hacia una nueva conexión vial entre Santa Fe y Paraná.
“Hemos hecho numerosos reclamos, tanto públicamente como en los ámbitos institucionales, pero sólo hemos escuchado promesas vacías de campaña y pretextos para demorar el avance del tema, que bien podrían leerse como claros actos discriminatorios hacia una provincia cuyo color político no es el mismo que el nacional”, opinó Marcucci.

Los números de la provincia
A fin de mes –salvo que se pida una prórroga– el Ejecutivo provincial presentará a la Legislatura el proyecto de presupuesto para 2014. El equipo del ministro de Economía Ángel Sciara se encuentra abocado a las puntadas finales de la ley de leyes, que ingresará –como es habitual desde la asunción del gobernador Antonio Bonfatti– por el Senado y luego será girada a la Cámara de Diputados.
Para el año próximo se prevé un fuerte incremento de los recursos, que pasarán de 40 mil millones en 2013 a 53 mil millones. De acuerdo a las estimaciones que manejan en Economía, se prevé que los gastos corrientes se ubiquen por debajo de los recursos, de lo cual se desprende que será un presupuesto superavitario.
Las prioridades, según el ministro de Economía, serán la obra pública –el rubro inversiones ascenderá a 5.300 millones de pesos– y los recursos destinados a los ministerios de Educación, Seguridad y Salud, en ese orden. Como ocurrió el último año, se dejará fuera del cálculo final la deuda que la Nación mantiene con la provincia desde 2006 por el déficit de la Caja de Jubilaciones.
Para los recursos de origen provincial –que rondan el 40% del total– se utilizaron las mismas pautas del año en curso: a un crecimiento económico del 4,2% y un nivel de precios implícito (inflación) del 16%. Por su parte, la Nación fijó en su presupuesto un crecimiento real del PBI de 6,2% y una inflación anual del 9,9%.
“Mantenemos el criterio que tuvimos en otros presupuestos: que los recursos crezcan más que los gastos”, definió el ministro Sciara.“En recursos corrientes vamos a estar en una interanualidad del 34% y en los gastos corrientes vamos a estar en el orden del 32%, eso resultará en un ahorro económico importante que se destinará a gastos de capital”.
El rubro inversiones llegará a 5.300 millones de pesos, lo que representa el 10% del presupuesto total y significa un aumento interanual del 44% (fueron 3.960 millones de pesos para 2013). Para diferentes obras públicas se destinarán 2.900 millones, más de la mitad de total del rubro. Además, el presupuesto 2014 incorporará una partida de 200 millones de pesos para recomponer el Fondo Anticíclico.
Ministerio por ministerio, Educación sigue al tope de la inversión estatal con el 35% del presupuesto de la administración central. Luego se ubicará Seguridad, relegando a Salud al tercer lugar.
Seguridad, la cartera que conduce Raúl Lamberto, tiene una asignación que representará el 12% del presupuesto de la administración central y un 8,5% del presupuesto general: unos 4.500 millones de pesos.

Publicada en Pausa #122, miércoles 25 de septiembre de 2013

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Efecto Corticoide

Por Adrián Brecha

(Efectos secundarios que, por lo general, no requieren atención médica: confusión, excitación, inquietud)
Llegó la primavera y junto con la alegría de las juventudes, las hormonas a pleno y  los radiantes colores llegan las rinitis. No sé si a ustedes les pasa, pero en mi caso soy alérgico al cambio de clima y este hermoso designio genético me prepara para recibir el cambio de estación con la nariz tapada como payaso de mala monta. Mi dicción se equipara a la de Ernesto Tenembaum mixturada con amigacho y el mago sin dientes.
Con el ciclotímico cambio del clima los abrigos dejaron lugar, sin escalas intermedias, a la ropa de verano y, dos semanas antes de que termine el invierno y comience la primavera, el termómetro trepó por encima de los 30º para luego volver a estar en 1º. Me dejaron de cama y con mucho tiempo ocioso. Eso no es bueno…

Los vaivenes de la temperatura, el clima que cambia de humor de modo brusco, las fases lunares y el consumo de corticoides tienen consecuencias sobre el cuerpo y la salud.
Bajo el efecto de la betametasona y teniendo tiempo libre durante la mañana, se me ocurrió hacer un sondeo de opinión vía Facebook. La pregunta era simple y sesgada como todo buen sondeo:
¿Por qué  Merkel puede ser reelecta por tercera vez y que eso no sea un atentado a las instituciones republicanas?

Las respuestas fueron variadas:
“Las alemanas no son yeguas montoneras.... son modelos... exponentes de la raza aria...y mucho más sexis...”
“El protestantismo allá es una cuestión de religión, que acá nos viene desde el cristianismo, que es la religión de Estado y porque ajuste para los alemanes es cambiar el auto con menos regularidad, solo en América Latina el ajuste es quedarse sin comer”
“¿Quién es Merkel?  Con ese apellido debe estar dura todo el día”
“Ahhhh mirá, que gane la Merkel u otro es lo mismo, son parte de la misma mierda!!!! ultimamente paso del new age al nihilismo y asi...”
“No sabía q eras un cibermilitante k”

La lista podría continuar pero comenzarían los insultos y declaraciones tales como: mono tití, te equivocaste de usuario, no me vuelvas a escribir o te elimino, e insultos varios de escasa inspiración creativa.
Me imaginé a Diana Conti militando a favor de Merkel y a Lilita augurando alguna debacle en el programa Journalismus für alle. Hermes estaría de invitado en Sechs Sieben Acht  y le diría a Barragán que una democracia madura re-re-re elige a un líder cuando no es populista.
Quizás cuando seamos una verdadera democracia, sin personalismo y con transparencia,  similar a la sociedad germana que votó por tercera vez consecutiva a Ángela “Ajuste” Merkel lograremos que Alemania no nos deje afuera en cuartos de final en los mundiales.

Publicada en Pausa #122, miércoles 25 de septiembre de 2013

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domingo, 29 de septiembre de 2013

Save to the Bullying

Por Federico Coutaz

No hace mucho, conocí el término bullying. Poco después, noté que era la palabra preferida de algunos docentes. Luego supe que el gobierno de la ciudad de Santa Fe (que antes bastaba con llamar Municipalidad) impulsa el programa Santa Fe Libre de Bullying.
Hace más de diez años que trabajo en escuelas y no recuerdo más de dos situaciones que podrían adaptarse a dicha clasificación. Sin embargo, es claro que este dato sólo revela mi impericia o negligencia dado que, como si lo anterior fuera poco, acaba de sancionarse una ley nacional al respecto.
Intenté leer los fundamentos delproyecto de ley, pero abandoné en el tercer párrafo que habla de posmodernidad y crisis de valores. En fin, no pretendo refutar a tantos especialistas sino, simplemente, plantear algunas inquietudes que algún samaritano sabrá mitigar.


Por empezar, no logro discernir el aporte del término, además de una definición rudimentaria y una descripción esquemática. Intuyo que sólo se trata de incorporar una palabra que suena bien, que no aclara mucho nada y que puede generar lo contrario de lo que se pretende.
Rechazo la idea de pureza de idioma (hermana menor de la pureza raza). No creo que llamar delivery al envío a domicilio constituya alguna pérdida. Sin embargo, hay otros términos que implican un sustrato cultural mucho más nítido e indeseable. Pienso en palabras como “loser”, “nerd”, “winner” entre otras y me pregunto si no será el caso de “bulliyng”.
Entiendo que Bully designa al agresor (pese a la aclaración de que el concepto bullying no distingue víctima/victimario). Pero apuesto a que en estos lares se va a imponer como una forma de nombrar a quien lo padece, revictimizándolo. Imagino frases del tipo “a Pedrito lo agarran de bullying” en reemplazo de expresiones menos felices pero sin una ley que las legitime.
Temo también que este enlatado sólo obture la singularidad de cada caso y la posibilidad de indagar las subjetividades puestas en juego como forma de lidiar con el conflicto. Peor aún, me pregunto si tanto repentino esfuerzo por prevenir y sensibilizar a potenciales actores, no vaya a terminar fomentando o inventando el fenómeno.
Por último, los tipos de vínculos y relaciones de poder que se establecen en un aula no son independientes de los que existen en la sociedad. No estaría mal, entonces, revisar los casos de bullying a una escala social mayor. Lo pienso en estos días en que, tristemente, se vuelve a pedir la baja de edad de imputabilidad de los menores.

Publicada en Pausa #122, miércoles 25 de septiembre de 2013

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sábado, 28 de septiembre de 2013

A dos aguas: Verde flúo

Por Fernando Callero

[Capítulo anterior: El Vado]

El calor era durísimo, estábamos en noviembre de 1992. El pekinés de la madre de mi amigo ladró como una castañuela mientras nos babeaba los tobillos. La penumbra fresca del garage, el olor todavía caliente del R9 del padre, obrero de la EPE, que largó un grito desde la cueva donde hacía la siesta.
—Che, ¡dejen de hacer ruido!
Pasamos a la cocina, el motor de la heladera zumbaba como un abejorro atrapado en una tela de araña. Entonces Martín sacó de la heladera una botella de agua empañada y sirvió en dos vasos. Me lo tomé la mitad de un solo trago y ahí experimenté el sabor de la red del Salado, un agua gruesa, seca, con regusto ácido, como agua sucia usada para lavar la vajilla en la que se comió fideos con aceite. Un asco. Obviamente no dije nada, igual la sed había pasado. Volvimos a Santa Fe a divertirnos.
Martín usaba chupines negros, plataformas de cuero con tachas, camiseta blanca de interlock con manchas negras, de vaca, pintadas a mano, y un chaleco de jean negro con un parche de cuero natural de vaca aplicado en la espalda. El pelo castaño, lacio, largo, con las patillas rasuradas hasta bien arriba. Un loco hermoso, robusto, buenísimo. El nuevo amigo que me inició en el agua salada.
Dos años después, mis padres se separaron y mi viejo se alquiló un departamento en Santo Tomé, donde los alquileres eran más baratos. Empecé a acostumbrarme a esa agua incómoda que pone el mate verde flúo en pocas cebadas. Me sumergí en el río Salado, en la playita municipal, donde el sabor de la red volvió a darme arcadas con sus aditivos de limo pesado, calcáreo. Y al poco tiempo empecé a escuchar, a prestar atención a lo que enseguida comprendí que era un lugar común en Santoto entre la clase media, pelagatos: “Nosotros tomamos agua de Santa Fe”, “Mi cuñado me trae bidones de agua de Santa Fe”, “Qué rico mate, ¿es con agua de Santa Fe?”. Una nueva frontera se instalaba ahora en mi cabeza dividida. “Agua dulce, agua salada” como cantaba el pijo de Julio Iglesias.

Publicada en Pausa #122, miércoles 25 de septiembre de 2013

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viernes, 27 de septiembre de 2013

El final es donde partí

Adelita llevó a los viajeros hasta San Miguel, en la selva de Chiapas. Las historias de un lugar en el mundo poblado de niños, rituales, viejos relatos, licores y huellas del zapatismo.

Por Pato Che

San Miguel, un ejido indígena enclavado en la selva chiapaneca, es nuestro pequeño escondite del mundo. Allí regresamos, después de la primera parada del proyecto Polo a Polo, en la Aldea Infantil SOS de Comitán.
Tras surcar la meseta comiteca-tojolabal, pasamos junto a Altamirano, una de las cinco ciudades tomadas por los zapatistas en 1994, y donde el 21 de diciembre de 2012 miles de encapuchados volvieron a marchar, en silencio, sin armas, anunciando el despertar de una nueva era maya.
Al acercarnos a la región tzeltal de Ocosingo, piso con ganas el acelerador, intentando dejar atrás el recuerdo de la vez en que Adelita, nuestra combi, fue vilmente saqueada. Atrás quedan Los Altos de Chiapas. Es hora de poner punto muerto y que la gravedad nos deposite en tierra ch’ol.
Los techos de chapa de las casitas de San Miguel se asoman sobre el telón de la selva grande. Adelita desciende por la entrada principal del pueblo y pasa por la flamante cancha de básquet, que según el gobierno costó 4 millones de pesos mexicanos (sí, claro). Los jugadores reconocen “la combi del gringo” y la noticia vuela hasta la casa de los Ortiz, donde nos esperan el Ruco (viejo, en mexicano), Crucita, la Xuxu (abuelita en ch’ol) y los niños, “nuestros niños”.
Chai reconoce el lugar y salta por la ventanilla. Llegamos a casa, una vez más, antes de partir hacia Alaska.

Los orígenes
Del equipo de Polo a Polo, la Beba y el Mihi fueron los primeros en visitar San Miguel, allá por 1996, cuando aun retumbaban los ecos del levantamiento zapatista y prevalecía el espíritu de autonomía entre el campesinado. De aquella resistencia, apenas queda un letrero despintado que reza: “aquí el pueblo manda y el gobierno obedece”.
Pero la verdadera magia de San Miguel la descubrimos en otras cosas: al calor del fogón que arropa a la familia Ortiz, y gracias a Martín, quien pasó más de veinticinco años en la selva de cemento, cuidando a los hermanos Mihit.
Cuando aun no era el Ruco, el destino llevó a Martín hacia el desierto del norte de México, junto “la tía Mary”, quien en su juventud fue trabajadora social en Chiapas. Empezó como monja, pero al no encontrar a dios en este rincón olvidado del mundo, cambió los hábitos por la formación social.
En 2007, el Ruco decidió volver a sus raíces, así que las visitas de los Mihit al ejido se hicieron más frecuentes. Y mucho más desde que el equipo escogió San Cristóbal de las Casas como base de operaciones.
En los últimos años, muchos viajeros nos han acompañado a la casa de los Ortiz, y aunque sean mexicanos, españoles, italianos, estadounidenses, finlandeses o croatas, siguen siendo simples “gringos” para la gente del pueblo.
Uno de esos viajeros fue el argentino que escribe esta crónica. En su primera visita fue bautizado como “Pato Che” por un grupo de niños que se amotinaba junto a su guitarra, esperando el anochecer para que le diera vida al “Señor Coco”. “Che”, por su origen y quizás por la barba. “Pato”, por lo gracioso, aunque también le sienta eso de “a cada paso una cagada”.
Muchos de esos niños ya han crecido y se avergüenzan de participar en los juegos, pero siguen conservado un alma pura, que es la más grande inspiración de este sueño que viaja en cuatro ruedas.

A contrarreloj
Como sabemos que pasará un largo tiempo antes de volver, decidimos llevar los niños al río. “El de Roberto Barrios está bonito”, dice alguien, y antes de que acabe la frase, la horda infantil ya está subida a Adelita.
Cuento a Rosi, Yeni, Cristian, “Papi”, Rubí, Iris, Ingrid, Karina, Mildrett, Hugito y Sandrita. Faltan algunos “grandes” y Erika, que está en Cancún, ayudando a su hermana. La Riviera Maya es el escape predilecto para los chiapanecos que buscan una vida mejor. Pero no tardan mucho antes de dar con la cara en la realidad.
El vocho (escarabajo) de Mihi, que también va hacinado, le marca el camino a Adelita. Miguel Ángel, proveniente de una de las últimas familias en resistencia, conoce el camino, porque en la zona hay un caracol de información zapatista.
Al llegar al riachuelo, el Ruco bocifera desesperadas medidas preventivas, sin éxito: los niños ya están en cuero y tienen medio cuerpo sumergido en el agua cristalina. Se desata la guerra de agua y Chai huye despavorida, mientras “Papi”, Manuel y Ángel usan botellas de plástico para atrapar la cena: langostinos y cangrejos.
El atardecer corona una tarde perfecta. Es el mejor momento para que los chicos suban al techo de Adelita y manden un saludo con motivo del Día del Niño a los peques latinos de Gran Rapids, Michigan, a través de una estación de radio amiga.
En el camino de vuelta, los rostros dormidos nos provocan una mezcla de sensaciones, ya que no sabemos muy bien cuándo volveremos a compartir un día mágico con ellos.
A la mañana siguiente, Rosi, “Papi” y Juanito le piden a Roberto que cuelgue la tela del árbol de tamarindo y el patio de María se convierte en escenario de un show acrobático. José Andrés, “Niño”, no está interesado en subirse, así que se dedica a esparcir el terror con la máscara de Anonymous que al Pato Che le regalaron en una manifestación en Londres.

Adiós temporal
A sabiendas de que las lágrimas corren como río en las despedidas, el Pato Che se apresta a adelantarse a Villahermosa, donde un amigo ha prometido rotular a Adelita. Ni siquiera el Ruco, el más fuerte y gruñón de todos, puede ocultar su tristeza.
A escondidas, Crucita prepara un altar con veladoras y flores silvestres para los viajeros. Luisa sacrifica pavos para el caldo, mientras los niños llegan ofreciendo naranjas, tamarindos y dulces, y las mujeres apilan un cerro de tortillas. El clan está reunido.
El l’embal (licor de caña) toca la Pachamama y luego comienza su periplo de boca en boca. De repente, aparece Armando, el catequista del pueblo, quien también es el más rico, pues su tienda “El buen samaritano” es el Wal-Mart del ejido (pero sin “precios bajos”, todo lo contrario).
El Ruco sabe de nuestra aversión a la religión, pero apuesta a que no despreciaremos el gesto de la Xuxu. “Esta vez, sí te persignas, hija”, le dice la abuelita a Emma. Hasta Roberto, quien de manera abierta ha cuestionado la economía religiosa local, se sienta a escuchar el ritual en ch’ol, que mezcla lo católico y lo indígena.
Todos oran voz alta, pero cada uno su propia plegaria, lo que genera un trance casi hipnótico. Luego extienden sus manos sobre las cabezas de los agasajados y la energía fluye como el agua. Besos y lágrimas llueven a la hora de la paz. La pureza con la que le imploran a dios que nos anticipe un buen camino, y la fuerza de sus intenciones, conmueven al más ateo.
Hay quienes dicen que uno sabe que encontró su lugar en el mundo, cuando ya no lo puede abandonar, pero quizás también sea cuando se tiene la certeza de volver. Y así es San Miguel para nosotros, donde la Xuxu y el Ruco todavía tienen muchas más historias que contarnos.
En unos años, cuando esta travesía haya llegado a los confines del continente, el ejido volverá a ser el punto de retorno y allí edificaremos el “circo de la selva”. Y si, como dice el himno rengo, “el final es donde partí”, entonces ya sabemos muy bien hacia donde sopla nuestro viento.


Publicada en Pausa #122, miércoles 25 de septiembre de 2013

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miércoles, 25 de septiembre de 2013

Nuestra fiesta del cine

Las actividades en el América por un nuevo Día del Cine Santafesino.




“Y encontré también ese sentido de ceremonia que tiene la sala oscura, ese aislamiento que invita a participar de tantos climas diferentes. Encontré que las historias no importan sino por cómo son contadas, y que saber el final, en vez de arruinar la fiesta, la magnifica. El buen espectador está siguiendo un camino en donde importa más el cómo que el porqué de las cosas que hace la gente. Exactamente como en la vida”. Así Juan Carlos Arch describió a El Litoral el momento en que el cine se le reveló como la pasión de su vida.
Durante 40 años, quizá los años más difíciles, Juan Carlos Arch fue el sostén del Cine Club Santa Fe (CCSF). El recordado cineasta, director de Así habló el señor Núñez (1992), Música de Laura (1994), Ciudad sin luz (1999), Una vez la poesía (2000) y Abre El Helvético (2002), había iniciado su trayectoria como presidente de la institución en 1966. Fue, además, presidente de la Federación Argentina de Cineclubes y secretario general para América Latina de la Federación Internacional de Cineclubes. Por su trabajo en el fomento del cine, recibió reconocimientos como el Cóndor de Plata y el premio Don Quijote, otorgado por la Federación Internacional.
Falleció en 2006, un 27 de septiembre, el mismo en que se estrenó Tire Dié, de Fernando Birri, en 1959. Por ello, el Concejo Municipal declaró que esa fecha es el Día del Cine Santafesino. Y, en consecuencia, el CCSF toma la posta y celebra todos los años la vida de los dos maestros del séptimo arte local.
Este año la fiesta será el jueves 26, en el horario habitual de las funciones para los socios (19.30) y en el tradicional templo de la pantalla grande, el Cine América (25 de mayo 3075). Estará presente la Banda Sinfónica Municipal, con la dirección del Maestro Juan Rodríguez, que brindará un repertorio de música de películas. Como es de esperar, se aguarda para el cierre de la velada musical las clásicas canciones de ET y La novicia rebelde. Tras el recital, se proyectará un film del consagrado maestro Alain Resnais, Aún no han visto nada (Vous n’avez encore rien vu, 2012). Y luego, a la salida, habrá un brindis de honor, con bocaditos, en el hall del América.
Cabe señalar que la Comisión Directiva del CCSF continúa con su tarea de remodelación de la sala, por lo cual se esperan novedades. En los últimos años, la gestión comandada por Guillermo Arch logró actualizar buena parte de la infraestructura del lugar: hay un nuevo proyector, nuevas butacas, nuevo sonido y nueva pantalla. Ahora, se aguarda por la instalación de un moderno equipo de aire acondicionado de frío y calor.

Publicada en Pausa #122, miércoles 11 de septiembre de 2013

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martes, 24 de septiembre de 2013

Pausa #121, completo en pdf

El archivo completo en pdf de Pausa #121, si hacés click acá.

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Por una solución definitiva

Albergue de niños desprotegidos, el histórico edificio donde funciona Casa Cuna acusa 78 años de vida y los problemas edilicios siguen a la espera de una solución estructural.

Por Ileana Manucci

Es un entrañable hogar. Ubicado en San Juan 2388, alberga en su interior a más de 30 niños y niñas en situación de riesgo social con el objetivo de brindarles atención integral y favorecer su crecimiento y desarrollo, para lo cual cuenta con un equipo interdiciplinario, de profesionales y personal especializado en diversas áreas, que está las 24 horas del día atendiendo las necesidades de los pequeños.
Los recursos para mantener la infraestructura del hogar provienen de diferentes sectores: el aporte más significativo es el de los socios, aproximadamente 6.000, otra buena parte proviene de los diversos actos y eventos de beneficencia y una tercera partida la reciben de la Subsecretaría de los Derechos de la Niñez, Adolescencia y Familia del Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia, que es el organismo que decide el ingreso y egreso de los chicos y chicas.
En Casa Cuna los niños se guarecen, pero además realizan talleres o actividades en el Liceo.

Desde hace muchos años, Casa Cuna viene bregando por una solución definitiva para los problemas estructurales que presenta su edificio, construido en 1935. “La semana pasada tuvimos que clausurar una habitación porque se estaba filtrando agua y el cielo raso corría riesgo de caerse, así que ahora estamos tirando eso abajo para arreglarlo. A medida que van surgiendo esos inconvenientes los vamos emparchando como podemos, pero estamos a la espera de poder hacer una obra un poco mayor, que dure y con la cual estar un poco más tranquilos en ese sentido”, cuenta Mercedes Molinas, vicedirectora del turno tarde.
En estos momentos, las autoridades del hogar se encuentran esperando una evaluación de todo el lugar realizada por dos arquitectos, con la cual tendrían un panorama más específico y concreto sobre las medidas a tomar para solucionar los problemas más importantes del hogar. “El edificio está muy deteriorado porque durante muchos años no se le realizó el mantenimiento adecuado. Esta nueva dirección está intentado reordenar un poco las cosas, desde las cuentas hasta los problemas edilicios que nos aquejan desde hace tiempo”,
—¿Cuáles son los mayores inconvenientes que tienen hoy?
—Este edificio, por su antigüedad, tiene algunos problemas que son típicos del paso del tiempo, daños que no son estructurales pero si importantes como las cañerías, las canillas, los baños; y otros, como los que estamos estudiando ahora, que son un poco más grandes y para los cuales necesitaríamos una inversión muy grande de dinero, que aún no sabemos con exactitud de cuanto puede llegar a ser. Por ejemplo, tenemos una rajadura que, de encontrarse los cimientos involucrados, demandaría la realización de una obra importante en la que tendríamos que apuntalar toda la esquina del hogar.
—¿Cómo afrontan los gastos?
—Una vez que tengamos hecho el análisis y el presupuesto final, comenzaremos a buscar el financiamiento. Estamos viendo la posibilidad de que alguna universidad nos ayude, también tenemos el contacto de empresas de materiales para la construcción que estarían dispuestas a darnos una mano y pensamos en desarrollar algún programa de padrinos que creemos que nos puede ser de gran utilidad. Por otro lado, contamos siempre con la ayuda de nuestros socios y de la comunidad en general, que aún no pagando una cuota mensual se acercan cuando pueden a la institución para hacer sus aportes, ya sea en dinero como en cosas para los chicos, como ropa, juguetes, alimentos. Gracias a la gente esto se mantiene, gracias a quienes compran la rifa, participan del te bingo anual y ayudan en lo que pueden; son realmente colaboraciones inestimable para nosotros.
—¿Y el Estado?
—En algunos casos el Estado asigna partidas para estos arreglos, que pueden cubrir el monto total, parcial o nada, pero para ese trámite necesitamos el presupuesto que estamos armando ahora. Además, al ser el edifico Patrimonio Histórico Provincial, tampoco podemos hacer cualquier arreglo ni cómo nosotros querramos, hay que tener determinados criterios profesionales específicos, autorizaciones, y eso en muchos casos encarece el proceso. Pero el Estado provincial aporta, a veces hay algunos retrasos pero por lo general ese dinero siempre está. Además de las partidas que los chicos y chicas reciben amparados por la ley 5.110, que es dinero para ellos pero que significa un aporte para cubrir algunas necesidades como calzado o paseos, lo cual implica menos erogaciones para nosotros como institución.

El trabajo del hogar
“Los niños y niñas llegan al hogar por disposición de la Subsecretaría de Niñez y permanecen aquí a la espera de un proceso legal”, explica Diego Martínez, psicólogo. “Se ponen plazos mínimos y máximos, que no siempre se cumplen, en el cual los chicos deberían volver a su hogar o, aquellos que están en condiciones, ser adoptados”.
Aunque las edades máximas no deberían superar los 7 u 8 años, la realidad muestra que hoy Casa Cuna brinda alojamiento y contención a niños y adolescentes de hasta 15 años.
Además de un techo, una cama, vestimenta y alimento, en el hogar los chicos y chicas cuentan con gran cantidad de actividades pensadas en pos de su desarrollo y bienestar. “Los niños participan de diferentes disciplinas deportivas en los clubes del barrio y también tienen talleres acá, de computación, de construcción de barriletes, percusión. Además vienen a trabajar con ellos los estudiantes del ISEF, van al Liceo Municipal y, siempre dependiendo de los intereses del niño, se intenta que hagan actividades, tanto fuera como dentro del hogar”, finalizó Molinas.

Publicada en Pausa #121, miércoles 11 de septiembre de 2013

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lunes, 23 de septiembre de 2013

La triste suerte de los “marcianos”

Relocalizaciones y derrumbes de casas: al norte de Santa Fe se repiten los abusos en tres barrios pobres. 

Por Juan Pascual

“Nosotros estamos acá y somos como marcianos. Nadie nos conoce. Hace 9 años que estoy viviendo acá. En 2009 estuve inundada, decían que me iban a dar una casita, que esto y aquello. Y no me la dieron. Y yo fui a reclamar y me mandaron de acá para allá. ¡En cuatro años no hicieron nada! ¡Antes de largar la lengua hay que hacer las cosas!”, dice Esther Acevedo. Su rancho, que estaba en la zona del humedal de la Setúbal, ya forma parte del pasado. Unos 100 metros al sur vivía Ángel Buratti, en una casa de material a la vera de Pascual Echagüe, en zona no inundable. Mientras hacíamos equilibrio sobre los escombros, el viejo cuenta: “La tiraron abajo con la topadora, hace dos meses. Mirá, ese era uno de los tirantes. Me sacaron todos los cables de la luz y los cargaron en el camión. Tuve que pagarme los cables después para hacerme el refugio”. Al lado de la vivienda destruida hay un rancho de chapa, “Me dijeron que también lo iban a tirar al suelo. Les dije que si me lo tiraban al suelo yo les tiraba a las patas, a ver si les gustaba. Los escombros son de la casa del pibe mío, que está preso. Yo se la iba haciendo con la plata que él me mandaba de trabajar en la cárcel”.
—¿Ya habló con su hijo?
—¿Qué le voy a decir? La Municipalidad la tiró abajo, ¿qué querés que haga? Nunca tuve problemas con nadie. Pero me prometieron una casa en Pompeya, y acá están los escombros. Dijeron que tenían que hacer un reservorio, pero... Y que me pagaban. Después vinieron, me dieron $1000 y se fueron nomás. Me dijeron que podía levantar una casa en Pompeya. La fui a ver: me pidieron 150 mil pesos y era una cosita que se empujaba y se caía. La Municipalidad lo prometió y después vinieron a prepearme. ¿Y dónde pongo los chanchos, los caballos, las gallinas?
Desde 2001, Liliana Berraz sostiene la Asociación Civil Manzanas Solidarias y un trabajo continuado con las más de 200 familias que viven en los barrios Bajo Judiciales y Playa Norte: más de 250 hectáreas al norte de Guadalupe, delimitadas por French al sur, Riobamba al este, Pascual Echagüe al oeste y un terraplén construido en 1995 al norte. Además, está Bajo GADA, al norte del terraplén, con hogares al costado de la arteria que lleva a Chaco Chico, o en el humedal de la Setúbal. Liliana camina por el barrio a cualquier hora: sabe los nombres de cada uno de los jefes de hogar. Con un tono casi administrativo, enumeró las demoliciones: la casa de un pescador de Playa Norte en 2008, 20 casas de Bajo Judiciales en 2010, cinco más sobre Pascual Echagüe, otras ocho sobre Playa Norte, tres intentos que resistieron los vecinos –y que devinieron en dos denuncias judiciales-, y dos derrumbes efectivos, el mes pasado, sobre Pascual Echagüe. Son 36 viviendas destruidas en cinco años. Los últimos dos casos corresponden a Acevedo, en Bajo GADA y Buratti, de Bajo Judiciales.

En junio de 2013 esta pala mecánica municipal intervino en el derrumbamiento de tres casas de material en la zona de Bajo Judiciales.

¿Qué hacemos?
El 16 de junio de 2005 el Concejo Municipal sancionó la ordenanza Nº11.197, que establecía que la Costanera debía continuar por calle Italia, primero, y Riobamba, después, con un parque lineal de 60 metros al costado. El recorte caía sobre los vecinos al oeste de Riobamba, los pobres, y no sobre los caserones del este, que tienen vista a la laguna. No hubo acción alguna hasta 2008, durante la gestión Barletta. Empleados municipales trazaron una línea de cal, como las de las canchas de futbol, paralela a Riobamba. La línea pasaba por los patios y a veces se interrumpía, cuando se topaba con la pared de una casa. Se estaba marcando el ensanche de la calle. El entonces coordinador de Distrito Este, Jorge Rico, explicó que con esos 32 metros de calle más al oeste se mejoraba el acceso a la playa, siguiendo la sinuosa línea de la costa, y se favorecía a futuros proyectos inmobiliarios. Les dijo a los vecinos que potenciaba “el aspecto turístico”. La Vecinal de Guadalupe Noreste apoyó el proyecto y sumó que alentaba a la “seguridad” del barrio. La raya de cal sentenció a 17 casas, una sola (la del pescador) se demolió “sin previo aviso y con una impresionante custodia policial”, recordó Berraz. Los vecinos en la calle detuvieron el avance.
Con gestos exagerados, en marzo de 2009 el secretario de Planeamiento, Eduardo Navarro, afirmó que “la idea es sacar la arena y con ella refular (rellenar) la zona”: el Bajo Judiciales. El nuevo plan: viviendas, hoteles, clubes, restoranes y comercios, torres y caletas náuticas, en el humedal. En abril del mismo año, la web de la Municipalidad comunicó que el intendente, el secretario de Obras Públicas Roberto Porta y miembros de la Cámara Argentina de la Construcción se habían reunido para analizar las “nuevas posibilidades de inversión público-privadas”; la correspondiente a Guadalupe Noreste fue presentada antes en un desayuno con la Asociación de Dirigentes de Empresas. Los anuncios se sucedieron en diversos medios locales, (en El Litoral se señaló que “Los principales escollos son conseguir fuentes de financiamiento y reubicar a unas 150 familias que viven en una villa cercana”), hasta que en abril de 2010 arribó al Concejo Municipal el nuevo Reglamento de Ordenamiento Urbano (ROU): previo refulado, viviendas de planta baja y primer piso para el bajo, en Riobamba habilitación para la construcción de torres, y las caletas. Navarro sintetizó la lógica del desarrollo urbano de acuerdo al interés inmobiliario con un escueto enunciado: “estamos garantizando la llegada de los servicios porque a las empresas de luz, gas, agua y cloacas les resultará más rentable extenderlos si a futuro tendrán más clientes”.
Sin embargo, en abril de 2010, quien era el secretario de Desarrollo Social de la Municipalidad, Alejandro Boscarol, aclaró que la zona en realidad era un reservorio y que, por ello, comenzarían a erradicarse a las familias allí residentes. Recién en agosto de 2012 el ejecutivo local elevaría al Concejo Municipal el Mensaje 66, que solicitaba modificar el ROU para “construir un nuevo reservorio”.
Dos ensanches, un fastuoso plan para las inmobiliarias, un reservorio. Desde 2005 a la fecha la Municipalidad desarrolló cuatro proyectos distintos, pero mantuvo un solo curso de acción: demolición y erradicación de los vecinos.
—¿Por qué los cambios de posición de la Municipalidad?
—No hubo un cambio de posicionamiento –respondió la directora de la Agencia Santa Fe Hábitat, Sara Lauría–. Si bien el ROU define el área como de potencial desarrollo, esta gestión ha elevado un proyecto al Concejo Municipal para hacer una reserva de tierra no edificable y un reservorio. Desde el primer momento esto funciona como un reservorio. Lo que queremos es que se legitime. En este sector no hay forma de resolver el anegamiento y el tiempo que demora en evacuar el agua en muchos barrios. Esto ha generado muchísima polémica, lo hemos discutido un montón de veces, están los informes del Instituto Nacional del Agua sobre el Plan General de Desagües donde se recomienda esto.
—Pero legalmente no está habilitado como reservorio.
—Lamentablemente el Concejo Municipal no ha tratado todavía el tema. Pero esto es una clara muestra para quienes piensan, lo voy a decir con todas las letras, que esto es un desarrollo inmobiliario.
“Que una zona sea un reservorio, o no, es una decisión política, no depende de las condiciones naturales. Se está intentando construir un reservorio donde habitan personas. Hay una negación de la subjetividad ciudadana de los vecinos de los barrios, porque se le pasa por encima a las casas sin preguntarles, sin ningún tipo de legalidad y sin cuidar siquiera de los escombros. Es como que no son personas”, afirma el abogado Guillermo Moro, de la Asociación Civil Tramas, que junto a Manzanas Solidarias, Canoa Hábitat Popular y el Movimiento de Ocupantes e Inquilinos son las organizaciones que hacen pie en la zona.
“Pareciera que no tienen idea de qué es un reservorio”, arranca Berraz. “Cualquier reservorio nuevo necesita de la evaluación de cuál es la población perjudicada. No solamente son los sectores más pobres, sino todo el sector residencial de la zona. El reservorio nunca fue aprobado. Tuvimos reuniones con concejales del oficialismo y la oposición, con la comisión que está a cargo de las obras públicas, y a ninguno le pareció lógico un proyecto de este tipo. Además, la ley provincial 11.730, establece que todo lo que tiene relación con las zonas inundables y obras hídricas depende de la provincia. La Municipalidad no tiene competencia”. La letra de la 11.730 es clara: su objeto es el “uso de bienes situados en las áreas inundables dentro de la jurisdicción provincial” y quien ha de aplicarla es el Ministerio de Obras, Servicios Públicos y Vivienda.


Los vecinos son instados a demoler sus propias viviendas

Las demoliciones
En su mayor parte, los terrenos pertenecen a dos familias, los Acuña y los Funes, quienes reclaman el desalojo de los habitantes, que moran allí desde hace más de 10 años y, en muchos casos, toda la vida. Los Funes son, además, los dueños originales de las tierras que fueron tardíamente expropiadas para la construcción de Los Quinchitos (Nueva Esperanza Este para la Municipalidad), un predio donde se construyeron módulos habitacionales para los habitantes erradicados: primero 20 familias en 2010, y luego varias más. Con techo de paja, paredes de fino durloc y apenas 17 m2 utilizables, las pocilgas eran mucho más precarias que las viviendas originales. Durante tiempo, la Municipalidad incumplió la ordenanza que daba marco al emplazamiento, especialmente en lo referente a servicios y acceso. Recién a fines de 2012 comenzó a llegar dinero para refacciones, pero los resultados siguen siendo inferiores al hábitat que los vecinos ya poseen en su lugar de origen.
—¿Por qué los que se van tienen que derrumbar sus casas?
—Eso está en el compromiso firmado en el acta de reubicación con los vecinos –justifica Lauría–. No se derrumban. Hay un compromiso. Están viviendo en una situación de precariedad edilicia, en un lugar que hay que recuperar para poder profundizar un reservorio. El compromiso del Municipio es adjudicar un terreno y un módulo. Es de sentido común, no dejemos una vivienda que pueda ocuparse. La idea es que este lugar se recupere, que el reservorio funcione como debería funcionar.
—También hay demoliciones en terrenos altos, como en Riobamba y Pascual Echagüe.
—No sé cuáles son las demoliciones en terreno alto. Todas las reubicaciones que se han hecho son reubicaciones en áreas de riesgo. En área de riesgo no puede haber una vivienda para que vaya otra familia a encontrarse en la misma situación de riesgo. Todas las reubicaciones se han hecho de acuerdo con las familias que vivían. Algunos han desmantelado los componentes porque han recuperado partes y las han llevado y con otros hemos colaborado porque no tenían capacidad propia para desmantelar su vivienda precaria. Están acordadas –enfatiza– cada una de las reubicaciones.
—Varios vecinos dijeron recibir presiones y hay denuncias penales.
—Acá no hemos recibido ninguna denuncia. A mí no me consta que haya ninguna denuncia penal de ningún, ninguna, ningún funcionario... Yo lo que te puedo decir es que en todo el proceso de reubicación de familias a Nueva Esperanza Este es la gente de Santa Fe Hábitat la que ha trabajado con las familias, y no es esa la modalidad que nosotros tenemos de operar. Ni la presión, ni el apriete.
Sin embargo, el 19 de febrero  y el 28 de mayo de 2013 se sustanciaron denuncias penales ante las amenazas de expulsión, desalojo, uso de la fuerza policial y derrumbamiento de las casas de dos familias de Bajo Judiciales y Playa Norte, en trámite de regularización dominial, como muchas otras de la zona. Los cargos: abuso de autoridad, amenazas agravadas y violación de los deberes de un funcionario público. Los acusados: el subsecretario de Seguridad Rubén Montenotte (el protagonista del intento de desalojo del Centro Cultural y Social El Birri) y Mario Juan Manuel Martínez. Para los funcionarios imputados, el 20 de agosto de 2013 el Fiscal pidió la remisión a la justicia de instrucción penal porque la gravedad de la calificación superaba la competencia de la justicia correccional. “La acción judicial fue un último recurso. Denunciamos por vías administrativas, antes de ir a la vía judicial, por ejemplo, en la Dirección de Derechos Ciudadanos municipal. La instancia de recurrir a una denuncia penal fue tomada cuando vimos que a pesar de esos reclamos, manifestaciones públicas e instancias de diálogo, una y otra vez seguía operando este esquema de violencia paralegal”, explicó Guillermo Moro.
“Por más que demuelan... ¡Demuelen dos y se edifican cuatro!”, exclama Berraz para puntuar el sinsentido de esta larga historia de violencia.


De blanco, el funcionario Mario Juan Manuel Martínez

Diálogo y basura
“En los últimos 50 años en Santa Fe, el Estado no estuvo presente para definir políticas o estrategias que acompañen el crecimiento de la ciudad, sea con infraestructura, planes, programas, proyectos, de manera pareja y equitativa. Cuando el Estado aparece con políticas, trabajamos con organizaciones sociales preocupadas por los sectores en situación de exclusión y pobreza, para que puedan tener una vivienda, como el Movimiento de los Sin Techo, con quienes hemos hecho convenios en conjunto con la Provincia, incluso para la reubicación de muchas familias... Fijate cómo cuando las organizaciones realmente están preocupadas se suman al trabajo, podemos discutir maneras, procedimientos...”
—¿Considera que las organizaciones que trabajan en Playa Norte y en los bajos nos están realmente preocupadas?
—Yo lo que digo es que cuando hay una genuina preocupación el diálogo es posible, se puede trabajar conjuntamente y a elaborar alternativas. Nosotros en esto somos claros: no vamos a regularizar la situación de las viviendas que estén en áreas de riesgo.
Así se manifestó Sara Lauría respecto de la relación entre la Municipalidad y los colectivos de acción territorial del noreste. Quizá como una glosa de este vínculo se pueda recordar la historia del hoy clausurado basural de Playa Norte.
En septiembre de 2009, Manzanas Solidarias reveló la existencia de un basurero a la altura de playa, donde la firma de contenedores Mallozi hacía sus descargas sin ningún tipo de control. El 27 de septiembre de 2010 iniciaron un expediente en la Municipalidad, para formalizar un pedido de cierre. Los reclamos, sucesivos y en diferentes instancias, nunca fueron atendidos. Recién el 21 de marzo de 2012 se tomó nota del asunto: “Se observan en el lugar la presencia de residuos propios de la construcción, residuos domiciliarios comunes y residuos patológicos tales como jeringas y gran cantidad de pañales geriátricos, que habitualmente son quemados”, reza el expediente de la Secretaría de Control que dicta la clausura temporal del vertedero. Casi una copia de lo que más de dos años atrás avisaban las organizaciones desde el lugar de los hechos.

Dueños y derechos
Las primeras 20 familias que se mudaron a Los Quinchitos fueron expulsadas de Bajo Judiciales no sólo bajo la justificación del reservorio, sino que, además, se suponía que vivían sobre las tierras que reclamaban judicialmente los Acuña y De La Peña. Sin embargo, desde Tramas explican que “en el expediente está tan vagamente tratado el caso y con tantas deficiencias que ni el polígono del terreno reclamado corresponde a las personas que se quiere sacar.
Ya hay una sentencia de desalojo como resultado de las denuncias de los propietarios originales. Sin embargo, “todavía no hay ninguna operatividad de esa sentencia porque hay una apelación, vinculada con deficiencias profundas en el armado del proceso y en el acceso a la defensa. Buena parte de estos vecinos estuvieron en el juicio sin asistencia letrada. Y quienes sí han tenido un tipo de asesoramiento oficial, recibieron una defensa mínima que, por ejemplo, no ofreció pruebas ni opuso siquiera las excepciones básicas como la prescripción adquisitiva. Muchas de las familias están allí habitando pública y pacíficamente desde hace más de 30 años. Eso excede con mucho el plazo de prescripción adquisitiva largo del Código Civil que les permitiría incluso reclamar la propiedad del terreno. Es más, numerosas familias de Playa Norte presentaron su reclamo de regularización dominial, bajo el marco de la ley 24.374 (Ley Pierri) y presentaron toda la documentación necesaria. El medio camino recorrido es el que recorrieron los vecinos, muy esforzadamente, para presentar la documentación. Falta recorrer el otro medio camino, que tiene que ver con la concreción y el reconocimiento del mismo por la Provincia. Se ha mostrado que hay una tenencia legítima de la tierra, una comunidad organizada, y que hay una voluntad de sostenerse en el lugar. Todas las supuestas ilegitimidades que se les imputan son por la negativa del sistema legal de reconocer una tenencia que encuadra como caso perfecto para el carácter social de las leyes que los amparan. Los vecinos produjeron socialmente su propio hábitat, durante décadas, con muchísimo esfuerzo, con sus propias manos”.

Publicada en Pausa #121, miércoles 11 de septiembre de 2013

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sábado, 21 de septiembre de 2013

A dos aguas: El Vado

Por Fernando Callero

En enero de 1990 llegué con mi familia a Santa Fe en un camión de mudanza. Toda mi casa de Concordia trasplantada a una ciudad que sólo conocía de pasada. Pero en esas pasadas me habían sucedido dos cosas cruciales: cuando tenía 16 años, en una visita a un amigo artesano, tras una noche de excesos en un departamento de un “gay” estudiante de derecho, una “hippie” mayor que yo me regaló un polvazo que me dejó seco; en otra ocasión me fugué con un amigo al noroeste y al mes de andar como bola sin manija por la Puna, vendiendo artesanías truchas en los trenes, nos quedamos varados en Santa Fe.
Con la mugre y las porras que traíamos, nadie nos quería cruzar el túnel. Dormimos una noche en la plaza Pueyrredón, y al otro día pedí un teléfono en la 3ra para llamar a mi viejo. Juan Carlos nos vino a buscar, con su peor cara de culo pero por suerte acompañado por un amigo que lo distrajo con charla todo el camino de vuelta.
Pero en enero de 1990 conocí el infierno a pleno, caminé mil veces ida y vuelta, trazando un canal en el cemento chirle de la siesta, la calle San Martín, sin ningún tipo de pretensión saereana, sino para distraer el calor con el vientito de la marcha. Y aquí es donde entra el agua, el asunto de esta nota. La canilla de la placita frente al Teatro donde nos mojábamos la cabeza y tomábamos del pico hasta hartarnos, esa agua dulce y finamente clorada de la red de la Dipos, empresa que por entonces prestaba el servicio de agua potable.



Después de varios nuevos amigos santafesinos apareció Martín, el primer santotomesino que ingresó a mi experiencia directa. Me gustaría extenderme en sus rasgos particulares, un ser muy bello y me atrevo a decir, la persona mejor vestida que tuve cerca (ampliaré en la próxima columna). Martín me llevó una siesta a su casa, en una L, a buscar un porro. Cuando el colectivo bajó del puente carretero, por cómo me picaba la imagen del Salado y las islas, supe que mi conciencia había registrado algo duradero, es decir, algo que iba a durar.


Publicada en Pausa #121, miércoles 11 de septiembre de 2013

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viernes, 20 de septiembre de 2013

Cumbia es cultura

Entrevista a Pablo Benzaquén, el director de “Yo, Cumbia”.

Por Juan Almará

La cumbia en nuestra ciudad es un fenómeno social que excede ampliamente el marco musical. Bajo esa premisa comenzó su trabajo el equipo realizador del ciclo audiovisual para televisión Yo, cumbia. Durante el 2012, y a medida que le daban forma concreta a su idea inicial, confirmaron su hipótesis. En el camino se entrevistaron con Marcos Camino de Los Palmeras y con Juan Carlos Denis (Los del Bohío), entre otros músicos. También disfrutaron de los ensayos de La Groupera y Kaniche, y de recitales al aire libre en el barrio Yapeyú.  Premiados en la categoría Producción de Contenidos para Televisión, dentro de la Convocatoria Espacio Santafesino 2010/2011 del Ministerio de Innovación y Cultura de Santa Fe, ahora se preparan para la presentación de su producción. Con el fin de conocer más sobre este recorrido profundo en la cumbia santafesina, hablamos con Pablo Benzaquén, director del ciclo.

El origen
—¿Cómo surgió el proyecto y de qué manera se organiza narrativamente?
—Nació a partir de una idea para un programa de TV y de la curiosidad que despierta el fenómeno en Santa Fe. Se originó por el hecho de tener una relación un poco superficial con la cumbia, desconociendo sus componentes internos. Y después estuvo el empuje que representa el Programa Estímulo, que motiva a mucha gente a estar produciendo y, cuando se realiza el concurso, tener carpetas armadas para enviar. El programa se estructura con la historia de Nicolás, un joven que quiere formar una agrupación de cumbia. Él es la excusa para adentrarnos y contar lo que hay detrás de los shows. Es ficcional desde la puesta técnica. Hay un cuidado de luces y planos, existe un trabajo de audio. Pero desde el registro es netamente documental: dejamos que las cosas sucedieran, logrando una mirada íntima. Buscamos que los protagonistas se sintieran cómodos y a partir de ahí trabajamos. El formato se encuadra en la línea de Canal Encuentro, de la tele cultural. Tenemos un protagonista con el cual es posible sentirse identificado y que es capaz de contar una historia, convirtiéndose en un nexo para desarrollar otras cosas.
Los Tropicanos

—¿Cómo se gestó el equipo?
—El proyecto nació desde “PAR Audiovisual”, la empresa que llevo adelante, conjuntamente con Malchiko Cine de Mauricio Minotti. La idea surgió de nosotros dos, pero Mauricio no pudo continuar por cuestiones laborales. Y la persona más asociada fue el productor Pablo Ramirez, a través de su empresa Proaudiostore. Después se convocó a un grupo de gente proveniente del Instituto Superior de Cine y Artes Audiovisuales. Todos muy capacitados, técnicos muy buenos. Luego se incorporaron profesionales más allegados a mí, que tienen sus propias productoras. Algunos se sumaron en una primera etapa vinculada al rodaje y otros estuvieron desde el principio hasta el final. También hubo gente que entró y salió en diferentes momentos.

Luz, cámara, música
—¿Cómo fue el proceso de rodaje? ¿Mediante qué criterios seleccionaron a los entrevistados y cómo se acercaron a ellos?
—Primero se realizó una pre-producción paralela al guión, donde se iba conociendo a los personajes y en base a eso se escribía. Y esos protagonistas aparecen en base a la edición que tienen los programas, que va de lo general a lo particular. Cada uno de los cuatro capítulos desarrolla un eje diferente: social, musical, cultural y económico. Dentro de las condiciones sociales, hablan los personajes más fuertes porque soportaron contextos más adversos o porque fueron los primeros que traspasaron barreras de clase cuando la cumbia se expandió. Para el segundo tópico buscamos músicos, compositores e ingenieros de sonido. Para retratar el aspecto cultural, nos contactamos con bailarines y gente que participa en la difusión del género. Y en el último programa aparecen empresarios y managers. Por otro lado, nuestro productor, Pablo Ramírez, está vinculado a la cumbia desde hace mucho tiempo: es sonidista de muchos grupos. Incluso su tío es integrante de Los Cartageneros. Ese vínculo nos permitió tener una puerta de entrada más accesible. Conocimos gente muy amable, dada, que va para adelante. No miden consecuencias y no ven obstáculos, no tienen mediaciones intelectuales. Y de ahí sale la música, que es movilizadora, esperanzadora, de amor. Son tipos que siempre le pusieron el pecho a la vida.

Más allá de las melodías
—El tratamiento sobrepasa lo estrictamente musical. ¿Por qué se decidieron por ese abordaje?
—Surge desde la mirada desprejuiciada del programa, entendiendo que el conocimiento ayuda a tener una percepción diferente de las cosas. Es el móvil para entender o sentir la música de forma diferente. Después, cuando empezamos a hacer la pre-producción y fuimos a las casas de los entrevistados, nos encontramos con personas muy enriquecedoras, con muchísimas anécdotas y sentidos del humor sumamente diferentes. Los observamos en situaciones cotidianas que contrastaban con lo que pasaba en los recitales. En los shows, los tipos son ídolos y ahí los veías paseando en bicicleta. Todas esas cosas nos empezaron a llamar la atención. Y esa cultura termina conformando la música. Encontramos músicos profesionales, personas con capacidad de análisis sobre la cumbia –desde la idiosincrasia del que la escucha hasta la identidad que representa en la ciudad–, empresarios que entienden diversos aspectos del mercado. Esas voces comenzaron a resultar un material rico. Nosotros preveíamos que era un fenómeno complejo, que nos íbamos a encontrar con algo que iba a ir más allá del carácter binario de la música. Y después de recorrer la pre, descubrimos que era así. Había múltiples aristas y no podíamos cubrir todas. Así que tuvimos que hacer recortes puntuales. Dentro de lo social, trabajamos los prejuicios, la expansión de clase, el aprendizaje musical, cómo componen y graban, el fanatismo por bailar. Son temas dispersos que están dentro de los programas, pero siempre mechados con música. Si bien es una propuesta antropológica, no quisimos desprendernos de ese aspecto fundamental. A partir del relato, que incluye las situaciones diarias y del sentido de vida de los protagonistas, la idea es que el espectador escuche cumbia de diferentes maneras. Los programas están atravesados todo el tiempo por canciones: alguien tocando la guitarra, fragmentos de ensayos, etcétera.

Cumbia para todos
—Con la primera etapa ya concluida, ¿qué expectativas tienen respecto al estreno y lo que puede generar?
—El ciclo todavía no tiene fecha de presentación, pero está pronta a confirmarse. La idea es hacerla en septiembre, organizada conjuntamente con el Ministerio de Innovación y Cultura. Tal vez mostremos un especial de un capítulo, aún no lo sabemos. Luego, a través del Programa Señal Santa Fe, será emitido a más de 70 canales abiertos y de cable de la provincia. Aparte de eso, pensamos difundirlo en las emisoras de la ciudad. Hay dos expectativas, a corto y largo plazo. La primera implica la presentación de este año y la difusión. Tenemos grandes perspectivas, porque el fenómeno es importante. Hablar de cumbia en Santa Fe es referirse a lo que somos. No podemos pretender que llegue a pocas personas. Queremos que alcance a los que escuchan el género y a los que no, los consumidores pasivos, atravesando esas diferencias. Y a largo plazo, pretendemos que pueda persistir en el tiempo. El ser un programa socio-cultural y documental implica que posee un carácter atemporal. No estamos atrás de una noticia, un hit o la banda del momento. Hablamos de una expresión que tiene una historia muy larga y de la cual hacemos un pequeño análisis o racconto a partir de determinadas áreas. Apuntamos a que en el 2014 podamos difundirlo en la provincia, que llegue a las escuelas. Y sobre todo, que los partícipes estén satisfechos con el producto y que se sientan identificados con el mensaje.

Publicada en Pausa #121, miércoles 11 de septiembre de 2013

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jueves, 19 de septiembre de 2013

Yo pienso de que

Por Federico Coutaz

I
Los programas radiales de fútbol sirven para pensar. Hace poco escuché decir en uno que “de los seis partidos del grupo, cuatro fueron visitantes y dos, empate”. Esto que podría, forzosamente, considerarse algo parecido a una información, es, sin embargo, una explicación o justificación de la derrota que sufrió uno de los equipos de los cuatro que perdieron.
Contextualizo. Un equipo, que suele ganar copas, pierde una serie de partidos y esto despierta excitación intelectual en el periodismo deportivo. No se trata de una impostura; es casi una intriga existencial que estimula inspiración poética y fervor militante. Las discusiones recrudecen en la semana.
“De seis partidos 4 fueron visitantes” repite un notero que, a juzgar por su tono revelador, deberíamos suponer que no estaba escuchando el programa. Los conductores no lo reprenden al aire, como suele ocurrir según la costumbre de maltratar en público al más débil. La sentencia detiene la polémica e impone reflexión, casi silencio.



II
Es curioso que nadie considere la hipótesis de que seis partidos de fútbol son insuficientes para demostrar una tendencia general, o que el dato no constituya un hecho que amerite ser explicado con urgencia, o que quizás no tenga una explicación especial, distinta, por ejemplo, a la que logre desentrañar el azar o la belleza.
No es menos curioso que la búsqueda de razones para explicar el hecho de que los equipos locales pierdan no ilumine la posibilidad de que el equipo en cuestión haya jugado peor que el visitante que le ganó.
Los programas de fútbol de la radio sirven para pensar posiblemente porque recurren a metáforas con valor de tecnicismo y ostentan misteriosos conceptos como “volumen de juego” o “mística de equipo” (este último de clara intriga metafísica). Aparecen jugadores cuyas debilidades defensivas obedecen a que “no sienten la marca” y directores técnicos que despliegan tácticas y estrategias acordes a sus distintas “filosofías de juego”. No menos estimulante resulta la constante sorpresa que ofrecen repentinos y abruptos cambios en el vocabulario. Sin razón aparente un clásico pasa a llamarse derby y una dupla pasa a ser un tándem, como si así hubiese sido siempre.

III
En radio y televisión, hay otros programas, no sólo de fútbol, que también sirven para pensar, pero yo prefiero escuchar el horóscopo. La filosofía, se sabe, es aburrida y no lleva a nada. Puro chamuyo.


Publicada en Pausa #121, miércoles 11 de septiembre de 2013

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miércoles, 18 de septiembre de 2013

El arma junto a las carpetas

Equipos poco visibles, propuestas reactivas desatentas a contextos de antiguo abandono profundo y la crónica policial: la violencia escolar se agita en la arena pública.

Por Milagros Argenti

“Tras un aviso a la central de emergencias 911, agentes del Destacamento 4to acudieron a una escuela situada en adyacencias de Presidente Perón y Salvador Caputto, frente al parque Garay, porque recibieron la información por parte de docentes del mencionado establecimiento educativo de que, dentro del mismo, podría haber un arma de fuego. Ante esta situación, los funcionarios intervinientes inspeccionaron una de las aulas y secuestraron un revólver calibre 32 con numeración suprimida y tres objetos punzantes, tipo chuzas. A raíz de ello, trasladaron a la Seccional 4ta a un joven de 17 años, dos de 15 y una adolescente de 15 años de edad”. Tal era la información en el parte de prensa de la Unidad Regional I del 3 de septiembre, con respecto a lo ocurrido el día anterior en la escuela Constituyentes.
El hecho conmocionó al público y reavivó los ataques de los lugar-comuneros de siempre contra cierto sector de la juventud. También despertó reflexiones de interés.  

Reacción versus acción
A horas de conocido el suceso, la ministra de Educación Claudia Balagué anunció la elaboración de un “protocolo de intervención” tendiente a que directivos y docentes sepan “qué hacer ante el hallazgo de un arma o de sustancias peligrosas en las escuelas”. Para Ana María Salgado, por 20 años autoridad de la Monseñor Zaspe de barrio Santa Rosa de Lima, la solución ministerial tiene gusto a poco. “Siempre corremos detrás del suceso. Eso es ‘protocolizar’. Hay que ponerse a pensar no solamente para reaccionar, sino ver qué hacemos con los alumnos para que tengan en su propio ADN la defensa de la institución escolar. Y hay que empezar a decir que la inseguridad tiene que ver con las condiciones de vida de nuestros chicos. Con no tener iluminación en la calle ni asfalto, y las cloacas llenas de agua podrida. Están inmersos en un mundo donde la violencia se verifica en todos lados”. Liliana Fassanelli, integrante del Foro de la Infancia de la Ciudad de Santa Fe, coincide: “estas manifestaciones se dan en el barrio, en el club, en los bares donde los adolescentes concurren. La escuela no es ajena”. “El Estado tiene que coordinar programas de prevención, con la participación de la comunidad”, agrega. “La escuela debe seguir siendo el ámbito de aprendizajes saludables, que tiendan a mejorar las condiciones existentes. No es sólo un lugar de conocimiento, es una productora de subjetividad. Tiene que ser formadora de ciudadanos libres y nosotros como docentes tenemos que asumir esa responsabilidad”, reconoce. Y reclama: “hace mucho que nos sentimos desprotegidos. Tenemos la Ley de Financiamiento Educativo y la de Educación Nacional, que habla de la formación de gabinetes interdisciplinarios, de la articulación intersectorial con todas las áreas gubernamentales y de la atención psicológica y psicopedagógica de los jóvenes que la necesiten. Pues bien, estas normativas no se cumplen”.
Ana María Salgado, referente de la educación en las situaciones mayor complejidad social.

Sin embargo, cada vez que surgen situaciones como la ocurrida en la Constituyentes, desde la cartera educativa provincial se hace alusión a gabinetes como los que pide Fassanelli, como si estuvieran en plena marcha. Esta no fue la excepción: “nosotros siempre estamos presentes con nuestros equipos socioeducativos, que están tomando el tema y sobre todo el trabajo posterior, de diálogo con la familia y con los menores involucrados”, afirmó Balagué ante la prensa. La representante del Foro de la Infancia insiste en que esos equipos no son visibles. Lo que sí sucede es que ciertos funcionarios, junto a profesionales de diversas áreas, aparecen espasmódicamente, ante las contingencias desafortunadas. Por lo demás, el 26 de julio pasado el gobernador Antonio Bonfatti presentó el programa Lazos, “diseñado a partir de la conformación de consejos escolares para dar respuesta a las situaciones de violencia y para abordar la problemática de las adicciones en el ámbito escolar”. Esos consejos, se informó oficialmente, “estarán integrados por directivos, docentes, preceptores, padres, alumnos y referentes barriales”. El anuncio fue bien recibido por los actores involucrados, pero obliga a preguntarse qué acciones concretas desarrollan y quiénes conforman, entonces, los equipos que reiterada e históricamente refieren las autoridades. 

Arte y libertad
“¿Alguien puede pensar que uno va armado a un lugar que ama, del que se apropió?”, se pregunta en voz alta Salgado. “No hablo de esta situación en particular. Lo que quiero decir es que la escuela es uno de los últimos bastiones de resistencia. Es donde uno puede ejercer la verdadera libertad”.
—Pero los alumnos, ¿lo estarán sintiendo así?
—Precisamente ese es el punto… Si el discurso dice que podés pero las herramientas quedan fuera de la posibilidad de los jóvenes, indudablemente hay que ponerse a pensar en las prácticas escolares y en las de aquellos que conducen el sistema educativo. Y esto es tarea de todos: poderes del Estado, Justicia, policía, hombres y mujeres comunes –opina, para luego detenerse a contemplar el contexto de la entrevista (el Parque Juan de Garay) y soñar despierta–: miremos el lugar en el que estamos. Un espacio hermosísimo. Esto tiene que estar lleno de vida para nuestros chicos: de tambores, de murga, de teatro, de danza. Las escuelas tienen que estar abiertas el día entero. Pero para eso la reflexión tiene que ser de todos.
Sus palabras no son errantes. Luego de la inundación de 2003 Salgado, junto a la comunidad de la Monseñor Zaspe, pusieron en funcionamiento un proyecto institucional de jornada completa, cuyo hilo conductor era el arte. “De lunes a sábado de 7 a 20 los chicos desarrollaban sus talleres, sus aprendizajes, sus enojos, y las situaciones de agresión que había en la calle o entre las familias no se reproducían dentro de la escuela. Podían pelearse… ¡vaya por Dios que lo han hecho! Pero no se reflejaba lo de afuera”, cuenta. Comprende, y pide ocuparse de los afectados por la violencia (docentes, directivos, vecinos, alumnos, padres), y de las realidades particulares de quienes generan esa violencia (los protagonistas de esos episodios y sus familias). Pero sobre todo exige trabajar seriamente “en el antes. Basta de lugares ‘de contención’. Los chicos no son un rebaño a cercar. Deben sentirse partícipes y propositores”. El camino requiere “recuperar el valor de la palabra. Hablar mucho con ellos, conversar, aún en el momento de mayor disgusto. Hay que tener la capacidad de hacer un parate y ver qué nos está pasando”.
—Pero en el momento de la agresión, ¿Usted qué hacía?
—El abrazo fuerte, para que se termine. Tratar de intermediar con el diálogo y hasta físicamente, poniéndose en medio de la gresca.
—Recibió varias piñas.
—Y, alguna que otra recibí, sí. 
Pero poco le importó, evidentemente. Parece que los resultados del diálogo, del trabajo, del enfoque acertado, tarde o temprano, llegan. Las satisfacciones, aunque pocas, también. Sin mediar pausa, relata: “una vez viene un chico y saca una faca de su manga. Tenía 40 cm, fácilmente. Me dice: ‘se la quiero dejar a Usted para evitar tener que usarla’. ‘Tener que usarla’ era en su propia casa, porque sufría serios abusos. Todavía la tengo. Es el mejor premio que me pudieron otorgar por mis años de docencia”.

Publicada en Pausa #121, miércoles 11 de septiembre de 2013

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Las mujeres en el desamparo

La sucesión de femicidios puso en la mira de la Legislatura a la Dirección Provincial de Políticas de Género. Pedido de renuncia, ratificación y muy pocas explicaciones.

Por Ezequiel Nieva

¿Quién protege a una mujer golpeada? ¿Qué hace el Estado ante las denuncias? La ola de femicidios en la provincia –19 en lo que va del año, cuatro de ellos el último mes– reactivó el debate y puso en la línea de fuego a las autoridades, que dejaron más dudas que certezas al explicar las políticas que llevan adelante para atacar la problemática.
Militantes sociales y dirigentes de todos los espacios coinciden en que se trata de un problema cultural profundo. Pero difieren cuando se trata de discutir el abordaje. Para las organizaciones que trabajan por los derechos de las mujeres, el Estado sigue en mora mientras los asesinatos se suceden: un fenómeno que fue definido por la periodista y activista Ana Fiol como “una guerra de baja intensidad”.
Santa Fe es la segunda provincia con mayor cantidad de femicidios, sólo superada por Buenos Aires. Un relevamiento de la concejala rosarina Norma López (Frente para la Victoria) indica que en todos los casos la muerte fue a consecuencia de las agresiones de hombres de su círculo íntimo: parejas, ex parejas o parientes. Desde su espacio contabilizan 19 casos en los primeros ocho meses de 2013; la provincia suma 18.
La concejala y militante feminista señaló que según los datos registrados “sigue siendo la franja etaria de los entre 15 y los 50 años donde se da la mayor cantidad de femicidios y el arma blanca es la más utilizada”. La demanda principal es que se establezcan protocolos de atención y que la sociedad, en su conjunto, se sume a la lucha contra la violencia de género.

Mucho ruido y pocas nueces
En agosto hubo cuatro femicidios: dos en Santa Fe, uno en Rosario y otro en Venado Tuerto. La cercanía en el tiempo, la alevosía con que ocurrieron, el patrón –fueron cometidos por parejas o ex parejas–, la imposibilidad de previsión por parte del Estado, motivaron que el tema volviera al tope de la agenda. Se debate la declaración legislativa de la “emergencia por violencia de género”, pero las demoras en el tratamiento del proyecto ratifican que la solución no pasa por allí. Las leyes están; algunas no se cumplen y otras no se aplican.
En paralelo a la discusión en torno a la sanción de la emergencia, la directora provincial de Políticas de Género de la provincia, Mercedes Martorell, fue a la Cámara de Diputados convocada por la oposición, que no quedó conforme con sus explicaciones y le pidió al gobernador Antonio Bonfatti que remueva a la funcionaria.
La directora de Políticas de Género, Mercedes Martorell, junto a los diputados, en una reunión abierta a la prensa pero no a las militantes.

Martorell expuso las políticas de su Dirección, tanto en lo referido a prevención y concientización como en el acompañamiento a las víctimas. Sus argumentos resultaron insuficientes para el PJ. No supo explicar cuál es el protocolo que sigue la Policía ante una denuncia por violencia realizada por una mujer (dijo que esa respuesta debe darla el Ministerio de Seguridad). Tampoco confirmó cuándo se comenzarán a elaborar estadísticas. También deslizó críticas –compartidas por los legisladores– hacia el Poder Judicial.
A la reunión pudo ingresar la prensa pero no las militantes que se habían acercado a la Legislatura. De entrada, Martorell definió la problemática como “compleja” y dijo que la violencia contra las mujeres es un emergente de cuestiones sociales y culturales más profundas. El abordaje de los casos “no puede ser rápido”, dijo. Y puso como ejemplo los tres meses que demandó lograr una entrevista con una mujer que había hecho una denuncia.
Durante toda su exposición la directora de Políticas de Género evitó plantear casos con nombre y apellido y, en cambio, trató de señalar las conclusiones a las que arribó desde su asunción en diciembre de 2011. Mencionó la capacitación en materia de derechos de género para la Policía y los convenios con municipios y comunas para abordar, de manera conjunta, el tema. En sus 20 meses de gestión, dijo que su oficina realizó 617 intervenciones; en el mismo lapso hubo 45 mujeres asesinadas en la provincia.
No quedó claro cuál es el protocolo ante una denuncia. “Varios”, respondió la funcionaria. “Estamos poniendo en crisis lo que existe porque la realidad lo demanda”. Reiteró que se trata de un tema complejo, no sólo por su esencia sino porque además requiere de un trabajo conjunto entre la Justicia, la Policía, la provincia y las ciudades y comunas. Un “proceso de cambio cultural” que no se verá en el corto plazo.
Entre las medidas que el gobierno implementó, Martorell enumeró la habilitación de 12 casas de amparo o refugios –para mujeres y niños– en distintas localidades de la provincia. Hay uno en la ciudad (por razones de seguridad, no se informa su ubicación).
No obstante, para los protagonistas del encuentro quedó la sensación de que la funcionaria a cargo de la Dirección de Políticas de Género no sabe cómo trabaja la Policía ante una denuncia. “Las mandan de vuelta a su casa”, sostuvo María Claudia Albornoz, de la Coordinadora de Mujeres. Ante los diputados, Martorell había dicho que su oficina –que depende del Ministerio de Desarrollo Social– está “profundizando la articulación” con el Ministerio de Seguridad.
En un segundo plano quedó lo relacionado con el Poder Judicial. Oficialistas y opositores coincidieron en reclamar medidas concretas a jueces que no dictan medidas de restricción o que, si lo hacen, luego no observan su cumplimiento. También Martorell deslizó algunas críticas, en particular por “los tiempos”·, aunque prefirió remarcar la intención de articular el trabajo entre ambos poderes del Estado.

Un caso testigo
Griselda Noemí Correa tenía 26 años y vivía con su pareja, de la misma edad, y su beba de nueve meses. La mataron de seis balazos la noche del martes 20 de agosto; el autor del crimen escapó de la escena con la beba, que horas después fue entregada a su abuela materna. Griselda había alertado sobre golpizas previas: hizo una denuncia una en una comisaría de Santo Tomé y otra en la Seccional 1ª de Santa Fe. Martorell lo negó y dijo que se enteró por los medios de la muerte de la joven.
El hecho ocurrió en barrio Cabal. La Policía divulgó el perfil del asesino, apodado el “El gusano”: compra y venta de mujeres, estupefacientes, armas de fuego y asaltos. La información es pública y apareció en todos los medios. Por algunos episodios delictivos debió comparecer ante la Justicia, pero “extrañamente”, como consigna El Litoral, siempre salió airoso.
Susana Montes, la madre de Griselda, hizo el relato: “Ella hacía dos años que estaba juntada con este tipo. Él quería mandarla a trabajar (de prostituta). Se habían conocido en un baile. Ya el año pasado, él la hizo trabajar y ella quedó embarazada. Cuando él se enteró, le pegó tanto que terminó internada en el Iturraspe. Allí perdió a su bebé como consecuencia de la golpiza”.
“Ahora –sigue Susana– quería quitarle a su bebé porque la quería vender para que trabaje ocho meses en Córdoba. Y ella no quería. La semana pasada (antes del asesinato) la encerró y la quiso quemar. Ahora no estaban viviendo juntos porque él tiene otra pareja. Él aparecía y le daba palizas. Todo siguió así hasta que ella se escapó. Los vecinos la ayudaron a escapar cuando le estaba pegando y la quería quemar”.
“Se fue a vivir a Santo Tomé, a la casa de mi nuera. Ella radicó una denuncia allá en la comisaría de Santo Tomé por el miedo que tenía. Porque él amenazaba que si ella se iba, entonces nos iba a matar a todos. Además estaba muy golpeada. Los policías de Santo Tomé le dieron un papel para que venga a la Seccional 1ª para que la vea el médico policial. Todo eso ocurrió el mismo día que la mató, cuando este tipo supuestamente la levantó ahí, en la Seccional 1ª”.
“De ahí él la trajo en el auto hasta acá. Yo no pude ver nada porque tiene vidrios polarizados. Entonces me metí adentro. Por ahí escucho que me gritan: ‘¡Mamá, mamá, me quitó la bebé!’. No alcancé a reaccionar cuando lo veo entrar a la casa con un arma. Primero le pegó tres tiros a Griselda y se fue. Al rato volvió y le pegó tres tiros más cuando ella estaba en el suelo. Yo estaba con mis dos nenitas, de 10 y 5 años”.

El debate en la campaña
La diputada justicialista Alejandra Obeid dijo tras el encuentro con Martorell: “La Policía no comunica las denuncias a la Dirección de Políticas de Género. Griselda Correa hizo dos denuncias que no fueron comunicadas a Martorell. Griselda Correa murió y la denuncia quedó en la Policía porque no se hizo nada después. Entonces, ¿para qué tantos organismos?, ¿para qué tenemos tanta gente si no somos capaces de salvarle la vida a una mujer?”.
En bloque, pese a sus disidencias internas –y acaso alentados por la coyuntura electoral–, los diputados del PJ pidieron la renuncia de la directora de Políticas de Género. El gobierno ni se molestó en responder y Martorell quedó ratificada. Entre tanto, en el movimiento de mujeres esperan mayor compromiso del Estado –en todos sus niveles– para ponerle fin al flagelo.

Publicada en Pausa #121, miércoles 11 de septiembre de 2013

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