Por Marcela Perticarari
Bajo la apuesta de consolidar un espacio “en el cual nos podamos encontrar fortaleciendo lazos, conociendo las experiencias, las problemáticas de las comunidades, visibilizándolas para crear y recrear comunidades y subjetividades activas”, comenzó en el Centro Cultural y Social El Birri un taller para formadores en educación popular destinado a organizaciones territoriales de Santa Fe. La capacitación, que arrancó el sábado 20 de julio, está a cargo de miembros de Pañuelos en Rebeldía y los talleres se realizan durante un fin de semana al mes hasta noviembre, aunque el proceso de formación completo dura alrededor de dos años.
Reunidos en una ronda, los capacitadores de Pañuelos en Rebeldía
afirmaron que “cada organización está muy metida en su micromundo”.
Los organizadores –entre los que se encuentran los colectivos de acción territorial A pedal (Santa Rosa de Lima), El Cuco (Cabal) y Revuelta (Vuelta del Paraguayo)– señalaron: “Somos una amalgama de organizaciones independientes que desde hace cuatro años venimos ensayando una articulación en común, buscando prácticas concretas y en reflexiones que acompañen la libertad que sólo se alcanza en el laburo colectivo, entre iguales, sostenido de modo autogestivo. Es así que desde abajo y autónomamente construimos nuestras culturas, permitiendo que se irradien a la comunidad en general, y que ésta se las apropie”. Según esta visión, la formación de educadores “promueve procesos de formación crítica y sujetos problematizadores de la realidad; identifica la naturaleza política de la educación y a la educación popular como una herramienta que sirve para contribuir con procesos organizativos que tienden a la transformación y a la emancipación de la sociedad en que vivimos, de manera que se asuma el compromiso de recrearlo”. Así, se propone a la educación popular como “un modo de ser, pensar y hacer, que resalta la importancia de la comunicación y las relaciones humanas, la creación colectiva de conocimientos, la relación íntima entre teoría y práctica”.La formación radica “en la apuesta al reconocimiento de la realidad como dinámica, como construcción histórica y cultural en la que se dialoga entre las distintas culturas existentes, que además interpela el permanente ejercicio del capitalismo y del patriarcado así como la funcionalidad de ambos sistemas en relación al disciplinamiento de nuestras subjetividades y de nuestros cuerpos”.
Una pedagogía liberadora
Pañuelos en Rebeldía es un equipo de educación popular desarrolla su práctica política pedagógica en diferentes movimientos. Nació en el año 2000 en el seno de la Universidad Popular de las Madres de Plaza de Mayo y en 2008 se independizó. Actualmente integra la Red Latinoamericana de Educadores Populares, desde la cual contribuye a la socialización y sistematización de las experiencias de formación política y educación popular. A través de esos espacios realiza sus prácticas de formación de educadores populares desde la concepción pedagógica nacida en América Latina que inspiró Paulo Freire, trabajando “desde una pedagogía liberadora, cuestionadora de todo sistema educativo que sirve para domesticación, para perpetuar las relaciones de poder existentes, para anular el pensamiento crítico y generar sujetos pasivos ante la vida, ante la realidad”.
Natalia De Las Navas y Germán Luques, los capacitadores rosarinos de Pañuelos en Rebeldía, contaron a Pausa que “articulamos las actividades con distintos actores, siempre dependiendo de la coyuntura. Estamos haciendo este mismo proceso en Rosario: por lo general las formaciones son abiertas, de hecho allí participan organizaciones barriales, estudiantes universitarios y docentes”.
“Esto surge desde de una convocatoria de las diferentes organizaciones que se articulan en El Birri a partir de problemáticas propias y estamos muy agradecidos que hayan confiado en nosotros. Está bueno sostener el espacio porque todos los que vienen a hacer la capacitación son militantes barriales y ya tienen una formación previa, cosa que no pasa siempre, así que el objetivo pasará por consolidar el trabajo que se viene haciendo. Si bien no tenemos un programa estricto, los primeros encuentros se basan en la concepción de educación popular. Después adaptamos los contenidos dependiendo de los intereses de cada grupo, seguramente el nivel de discusión de Santa Fe será muy bueno”.
Sobre las problemáticas específicas de los barrios rosarinos, Germán Luques señaló: “Hay mucha movilización, particularmente por el narcotráfico, que cada vez está avanzando más junto a la criminalización de la pobreza. En barrio Ludueña se ven muchos bunkers de droga y a los pibes laburando como soldaditos, y sabemos que la droga llega por falta de políticas que ofrezcan otras opciones de vida. Notamos que en general falta articulación entre el trabajo de los barrios y Pañuelos en Rebeldía viene a unir a las distintas organizaciones. Más allá de las diferencias, todos se plantan desde el lado de la resistencia y la búsqueda del poder popular, esa es la forma de avanzar”.
Por su parte, Natalia De Las Navas expresó: “Vivimos distintas realidades cotidianas. Por ejemplo, en Fuerte Apache el principal problema es la vivienda. La situación en Ludueña es distinta por el narcotráfico, hace seis meses mataron a una compañera durante un tiroteo entre bandas. Cada barrio está atravesado por diferentes realidades y eso dificulta la articulación porque cada organización está muy metida en su micromundo, inmersa en el día a día y problematizando lo local”.
—¿Cómo se construye el poder popular?
—Esa es una de las cosas que intentamos transmitir en el proceso de la formación de educación popular: la construcción y el poder popular se construyen con el otro, reconociéndonos todos como parte de la clase de oprimidos, valorizando los saberes de cada uno, poniéndolos en común y construyendo a partir de la conjunción de todos esos saberes –contestó Natalia.
Los territorios locales
Diego Segalla, integrante de A Pedal, comentó a Pausa que “este encuentro fue sólo un arranque, en donde la gente de Pañuelos en Rebeldía presentó la capacitación y algunas dinámicas nos hicieron pensar en nuestras experiencias y territorios. Durante el proceso podremos formarnos técnica y políticamente, algo necesario para cada colectivo participante. Las organizaciones venimos construyendo un proceso de articulación desde hace varios años, en la que se conocen y piensan estrategias conjuntas de laburo”.
“El 15 de febrero, con la resistencia por preservar el espacio del Birri, pudimos ver que esos lazos eran potentes y que nuestras prácticas resisten y construyen otro modo de relacionarse. La capacitación servirá para fortalecernos y, además, como espacio de reflexión política y búsqueda de acciones concretas de articulación con otros movimientos con los que todavía no pudimos trabajar. Es una herramienta poderosa que nos permitirá trazar un camino de construcción colectiva que maneje lógicas y decisiones de vida alternativas y comunitarias, distintas a las imperantes”, reflexionó.
Algunos integrantes del Movimiento de Ocupantes e Inquilinos (MOI) participaron de las jornadas y reflexionaron que “todo momento de capacitación es importante, sobre todo si se pone en primer lugar la construcción del conocimiento de manera colectiva. En este sentido, una de las tantas expectativas es romper con los prejuicios que giran sobre la educación popular. Muchas de las preguntas que surgieron giraron en torno a si es posible la educación popular o es sólo un paradigma y un posicionamiento educativo de otra época, qué pone en juego la educación popular, y si es posible la implementación de la educación popular en el sistema educativo”.
“En este primer encuentro nos permitimos debatir y abrazarnos, saltar, pensar y debatir, iniciamos un recorrido para desarmar algunos preconceptos y comenzar a construir herramientas ‘nuevas’ pero de manera colectiva. Es positivo reencontrarse con militantes de diferentes organizaciones territoriales entre quienes se comparten algunas prácticas pero sin embargo hacía mucho tiempo que no se articulaba un programa de trabajo conjunto. Este espacio nos va a permitir encontrarnos una vez al mes para pensar y repensarnos, y en ese camino dejarnos sorprender por los proyectos que puedan ir surgiendo”, determinaron.
Por su parte, los jóvenes de la revista comunitaria El Surco del Oeste manifestaron: “Realizamos la publicación en forma colectiva y, a la hora de formarnos e intercambiar saberes para producir, trabajamos desde la perspectiva de la educación popular. Sin embargo, pocas veces nos habíamos puesto a pensar concretamente en eso como grupo, por lo que llegamos al taller con muchas expectativas y entusiasmados por conocer a los integrantes de Pañuelos en Rebeldía, a quienes habíamos leído y escuchado nombrar muchas veces. A lo largo de las jornadas nos gustó poder compartir discusiones con diferentes compañeros que realizan un trabajo territorial similar en diferentes barrios de la ciudad, muchas veces con mayor experiencia y años de trabajo que nosotros”. A la hora de las evaluaciones, desde El Surco del Oeste sentenciaron: “Los movimientos territoriales de Santa Fe han crecido mucho y además se han estado encontrando en diferentes espacios de articulación y trabajo conjunto. Esta instancia de formación, que además está planteada para incluir a las territoriales y partir de sus preocupaciones, luchas e intereses, necesariamente va a fortalecer a cada organización y a su interrelación”.
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