martes, 18 de junio de 2013

Los barrios denuncian la trata

Con una marcha al Ministerio de Seguridad, asociaciones y vecinos del oeste se unieron en un reclamo por la desaparición de niñas en las redes de consumo sexual.

Durante 2012, la Dirección Especial de Prevención y Sanción del Delito de Trata de Personas, dependiente del Ministerio de Seguridad y dirigida por la comisaria Mónica Viviani, asistió a 171 mujeres en distintas localidades de la provincia. El 20% eran extranjeras. Se realizaron 39 allanamientos que culminaron en la clausura de 27 prostíbulos. Asimismo, 34 hombres y 27 mujeres fueron arrestados por infracción a la ley nacional 12.331 (profilaxis) y delitos conexos. En síntesis, puede calcularse que se realizó un procedimiento cada diez días; una clausura cada 12 días y 4,5 mujeres fueron asistidas en cada uno de los 39 allanamientos, con 3,5 detenidos en cada uno de ellos.
No obstante, los números dibujan sólo una parte de la realidad porque siguen desapareciendo niñas y mujeres de los barrios, en especial los ubicados en el cordón oeste de la ciudad.
El caso de Milagros Mansilla, de 14 años, rescatada por sus vecinos de Chalet de una red de trata en barrio Chaqueño –luego de haber pasado dos días secuestrada en Santa Rosa de Lima–, sirve para graficar la preocupante situación: la policía no tomó enseguida la denuncia, en la Terminal de Ómnibus no dejaban pegar las fotos de la menor buscada –por lo cual sencillamente podría haber sido trasladada en un colectio interurbano– y los vecinos se movilizaron en masa hasta lograr que Milagros aparezca.
María Claudia Albornoz, vecina de Chalet, dijo que “lo que hay que hacer es escuchar a la gente porque ya aprendimos que los barrios saben lo que pasa, cómo se mueven las cuestiones que tienen que ver con el tráfico de personas y también con el narcotráfico. Hay que escuchar a quienes ya tienen un recorrido, fundamentalmente a las mamás que todavía están buscando a sus hijas, y actuar en función de eso. El Estado está para propiciar situaciones de mejor calidad de vida para todos, porque las que desaparecen son nenas pobres. Hay que poner más política pública y para eso, lo mejor que puede hacer el Estado es escuchar y actuar en consecuencia”, insistió durante la concentración realizada el pasado jueves 6 de junio frente al Ministerio de Justicia, en la que diversas organizaciones entregaron un petitorio a las autoridades para solicitar un “Estado que desnaturalice de una vez por todas esta realidad”.
La marcha se desató a causa del secuestro de Milagros Mansilla, una niña que fue rescatada por los vecinos. (Foto: Pablo Bertoldi).

Consultada sobre los protocolos de búsqueda que lleva adelante la policía, María Claudia sentenció que “está todo muy burocratizado, hay que hacer las actuaciones mucho más rápido. Y una actuación es mandar un fax de una oficina a otra: si se demora un día o más en este tipo de situaciones, se pierde un tiempo valiosísimo en la búsqueda de las nenas. Creo que hay que correr las comisarías de este lugar para que entre en funcionamiento una brigada especializada en este tema. En tanto, hay que capacitar al personal de las comisarías para que empiece a modificarse el nivel de prejuicio, porque no buscan a las nenas argumentando que seguro se fueron con el novio. Los protocolos tienen que ver con esto y tienen que probarse, porque el que está en una oficina cree que funciona cuando en realidad no es así”.
Desde la campaña abolicionista, Silvina Sierra acompañó la concentración clamando “basta de trata, basta de llevarse niñas de todos los barrios de Santa Fe”. En este sentido, aseguró: “Vemos una gran inoperancia por parte de la policía y de la Justicia. El caso de Milagros fue clave por la gran movida que hicieron los familiares y vecinos, pero en principio ni siquiera se tomó la denuncia, por ende no se investigó. Hay una gran complicidad por parte del poder policial, político y judicial. Todo esto tiene que ver con la prostitución, de la que casi no se habla porque se sigue haciendo diferencia entre trata y prostitución, y es todo lo mismo, a lo que se suma el narcotráfico”.
“Sería interesante que se reconozca el saber de la población, pero para eso el gobierno también debería reconocer que la trata existe y que Santa Fe es una de las provincias con mayor captación de niñas y mujeres para este delito. Por más que se haga el protocolo, es necesario llevar adelante tareas de sensibilización o una campaña interesante para que la gente se involucre. Desde el Movimiento feminista y la Campaña Abolicionista siempre hay voluntad de articular, el problema es que el gobierno nos tiene que aceptar y no tomar a las organizaciones que denuncian estos delitos como enemigas”.
Mariela Ortego, trabajadora social de barrio Chalet, participó de la reunión con las autoridades junto a María Claudia Albornoz y las mamás de Milagros Mansilla y Natalia Acosta, una joven de 23 años desaparecida en 2009. En declaraciones posteriores, señaló: “Nos dijeron que tenemos abiertos los canales de comunicación con ellos y fuimos escuchadas. Necesitan que todos colaboremos y que toda la sociedad se comprometa. Nosotros vamos a seguir trabajando en el barrio con las organizaciones por nuestra cuenta, aunque evidentemente hay cosas que articular con la policía, con la Dirección de Trata y la Secretaría de Derechos Humanos”.


Publicada en Pausa #115, miércoles 12 de junio de 2013

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