Con un llamado a “rescatar a la ética que el modelo
capitalista pierde”, se realizó la semana pasada en Rosario el Congreso
Argentino de las Cooperativas 2012 en el que se postuló a la economía solidaria
–mutualismo y cooperativismo– como un “sistema alternativo al capitalismo
mundial en crisis en los países centrales”. El objetivo: contribuir al
desarrollo de empresas que promuevan la unión de trabajadores, productores,
ahorristas y usuarios.
“Es posible una economía basada en los valores de la ayuda
mutua, de la responsabilidad, de la democracia, de la equidad y de la
solidaridad”. A modo de conclusión del encuentro, se emitió un Mensaje del
Cooperativismo Argentino aprobado por todos los participantes. Ahí se sostiene
que “es posible la organización de empresas cuyo motor no sea el lucro sino
responder a las necesidades y aspiraciones de sus asociados, gestionadas en
forma democrática por los usuarios, trabajadores, productores, consumidores o
ahorristas, de acuerdo al principio de ‘un asociado-un voto’ y no según los
privilegios de una minoría”.
El documento agrega: “En plena crisis del sistema económico
mundial, la comunidad internacional ha declarado, desde la Organización de las
Naciones Unidas, a éste como el Año Internacional de las Cooperativas bajo el
lema ‘las empresas cooperativas construyen un mundo mejor’. No es casualidad:
el mundo está buscando nuevos caminos, nuevos paradigmas para organizarse”.
“La crisis muestra las debilidades de un sistema que no
puede siquiera sostenerse en los países más desarrollados”, continúa el Mensaje
del Cooperativismo Argentino, “Si hay hambre y exclusión social, si estamos
comprometiendo la calidad de vida de generaciones futuras y no hay un problema de
tecnología o de recursos económicos, el problema es la forma en que estamos
organizados para acceder a los bienes y servicios, para decidir qué producimos
y cómo lo distribuimos”.
El congreso fue convocado por la Confederación
Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro) y la Confederación Cooperativa
de la República
Argentina (Cooperar), cuyos respectivos presidentes, Carlos
Garetto y Ariel Guarco, encabezaron el cierre junto al vicegobernador Jorge
Henn, al presidente de la Alianza Cooperativa Internacional para las
Américas, Ramón Imperial, y al presidente del Instituto Nacional de
Asociativismo y Economía Social (Inaes), Patricio Griffin.
En el encuentro confluyeron más de mil dirigentes del sector
aglutinado en Cooperar y Coninagro, que consensuaron el documento conjunto
basado en las discusiones mantenidas en los 35 encuentros realizados durante
los cuatro meses previos, de manera abierta y participativa, a lo largo y ancho
del país. Fue el séptimo congreso de carácter nacional organizado por las dos confederaciones;
en el mensaje final, remarcaron que el sector representa el 10% del PBI
nacional.
El lugar en los medios
El presidente del Inaes Patricio Griffin apuntó a “mejorar
los niveles de integración” a través de la economía solidaria en el marco de la Unasur e hizo especial
hincapié en expandir el mensaje del asociativismo a través de los medios. Buena
prensa para mostrar los logros de un sector dinámico de la economía que, en
otros años, sólo merecía titulares por casos puntuales de índole policial.
“Las estrategias de los medios del sector para colocar a la
economía solidaria en primera plana son la integración en escala con una
participación democrática, es decir, romper con el esquema de concentración”,
dijo Griffin. En el encuentro se postularon diversas iniciativas para empezar a
producir contenidos de calidad que apunten no solamente a optimizar e integrar
los costos de las pantallas dispersas a lo largo y ancho del país sino también
a disputar una parte de la torta publicitaria.
Eficiencia y arraigo
“No se trata de empresas marginales ni experiencias en
período de prueba. Se trata de la principal experiencia empresaria de base
democrática y con profundo arraigo social. Empresas con más de 120 años de
presencia en nuestro país”, expresó el presidente de Cooperar.
Los números son elocuentes: alrededor de 10 millones de
personas en el país están asociadas a una cooperativa; en forma directa o
indirecta, uno de cada dos argentinos consume productos de cooperativas. El
sector contribuye con casi el 10% del PBI nacional y brinda servicios
esenciales a más de siete millones de personas. “No somos la hermana pobre de
la economía”, resumió Ariel Guarco. “Somos empresas eficientes formadas por
personas que creen que el resto de la sociedad puede adoptar esa forma de
vida”.
Publicada en Pausa #101, miércoles 12 de septiembre de 2012
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