ARTES CIRCENSES | En la Esquina Encendida
se dictará un Seminario de Montaje y Seguridad Aérea.
—Me teletransporta. Es muy introspectivo, pero a la vez está
el afuera, la persona que está observando. Cuando estoy arriba me siento feliz,
y poder transmitir eso para afuera me parece super, increíble. Después, es un
cable a tierra. Y es una adicción a la adrenalina que se siente ahí arriba:
situaciones de equilibrio, de tormenta, de caída. Y esos momentos de vértigo,
de tener esa libertad de estar allá arriba y tirarte son como muy adictivos.
En pleno vuelo, Isabel Ruiz Clausen encuentra en la tela una combinación entre la destreza deportiva y la expresión artística.
—Pero ese vértigo, ¿qué medidas de seguridad requiere?
—Hay que tomar conciencia de que la disciplina es una
disciplina de riesgo, uno la está practicando a muchos metros de altura. A ese
riesgo hay que asumirlo.
Quien habla es Isabel Ruiz Clausen, una de las más
reconocidas artistas acróbatas en tela de nuestro medio. Junto al equipo de
Cuerpo en Movimiento de la
Esquina Encendida (Estanislao Zeballos 3310), uno de los
espacios del Tríptico de la
Imaginación del Ministerio de Innovación y Cultura de la Provincia , Isabel
organizó para el próximo 4 y 5 octubre un seminario gratuito de Montaje y
Seguridad Aérea, que contará con la coordinación de Javier Pagés.
La preocupación de Isabel es clara: “Las disciplinas de
circo contemporáneo, específicamente las aéreas, ya sea danza, acrobacia,
trapecio o tela, están acaparando muchos espacios: gimnasios, centros
culturales, academias de danza, hasta escuelas, porque incluso ahora hasta en
los jardines le están dando clases de tela a niños de 4 o 5 años, lo cual es
una locura. ¿Qué sucede?: cualquier persona toma un taller de apenas dos o tres
meses y ya se manda a dar clases. Así, hubieron demasiados accidentes, están
sucediendo hechos de negligencia, algunos muy recientes y graves, y hay que
parar”.
El seminario, que se desarrollará en dos bloques de cuatro
horas (a la mañana o a la tarde, a elección), tiene al frente a uno de los
rigger –así se denomina al especialista en seguridad, específicamente de
objetos colgantes en movimiento– del famosísimo Cirque Du Soleil, que además
cuenta con una vasta experiencia en espectáculos que van desde eventos para
Disney o Aerolíneas Argentinas a participaciones en shows internacionales, como
los de Pink Floyd, Paul McCartney, Guns ‘n Roses, o Back Street Boys. Pagés
viene a Santa Fe para instruir respecto de equipamiento (sogas, eslingas,
mosquetones, arneses, colchones...) y sus usos, armado de estructuras y puestas
en escena, control de la vida útil de los materiales, realización de nudos,
prevención de riesgo y primeros auxilios, entre otros aspectos. La actividad
está específicamente destinada a profesores de disciplinas aéreas y montajistas
que precisen ahondar conocimientos sobre técnicas de montaje. Se le solicita a
los asistentes, además, que traigan todos sus elementos para colgarse, en
función de que sean revisados por el especialista.
—¿Por qué hay un boom de tu disciplina en los últimos años?
—Acá en Santa Fe los artistas independientes que hacen esto
llegaron hace muchos años, pero la clave fueron los medios, la televisión sobre
todo. Estuvo el circo de Susana Giménez, la serie El Deseo, con Natalia Oreiro,
donde ella hacía telas. Y ahí la gente empezó a ver y a querer hacer eso. Yo
creo que se hace popular porque es una actividad para todas las edades y para
todos los géneros.
—¿Y qué es lo que hay que observar si se quiere iniciar la
actividad?
—Primero, asegurarse que las personas que están en el taller
hayan sido formadas –reitera Isabel–. Porque no se puede tomar un taller de dos
meses y luego salir a dar clases, como mínimo se requieren dos o tres años de
experiencia. Segundo, ver que el lugar cuente con condiciones de seguridad, que
no haya colchonetas de ocho centímetros, por ejemplo, cuando tiene que haber
colchonetas de alto impacto y, si no hay presupuesto, porque son muy caras, al
menos que haya cuatro colchones de dos plazas, envueltos en lona de camión. Hay
que ver si las telas están colgadas de una estructura idónea, no de un gancho
de alambre precario. Si la tela tiene una extensión, yo directamente no me
subiría: hay que asegurarse si la persona sabe hacer nudos de amarre entre la
tela y la extensión. Otra cuestión, super importante, para los padres sobre
todo: ellos compran las telas a sus hijos, y a veces los chicos las cuelgan de
cualquier lado, sin colchón abajo, como si nada pudiera pasar. Tampoco es
correcta la formación como autodidacta. Está lleno de autodidactas que van y
cuelgan la tela de cualquier lado y ven videos de Youtube y prueban cosas. Eso
es una falta de responsabilidad.
A sus jóvenes 26 años, Isabel está comprometida con la
actividad que ama desde que hiciera su primer curso, cuando todavía estaba en
la escuela secundaria. Aparte de los talleres que dicta en la Esquina Encendida ,
da clases en diversos lugares de la ciudad “de lunes a sábado, estoy colgada de
la tela todo el día”. Su objetivo, hoy, es que la actividad tenga una formación
profesional acorde (como la que ella recibió en el Centro de Artes Circenses y
Urbanas de la
Municipalidad ) y un marco normativo que controle la seguridad
y aleje a los riesgosos chantas.
En Pausa #142, miércoles 24 de septiembre de 2014. Pedí tu
ejemplar en estos kioscos.
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